Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena. Pero estaréis conmigo en que SEAT ha llegado con mucho retraso a la fiesta del SUV y el crossover. Y pretende hacerlo por todo lo alto, puesto que el SEAT Ateca no será el único modelo SUV de la marca en los próximos años. El Volkswagen Tiguan comenzaba a producirse en 2007, un año después de que el Nissan Qashqai hiciera lo propio en la fábrica de Sunderland. Mientras tanto, en SEAT ya estaban jugando con la posibilidad de lanzar su propio SUV de dimensiones compactas 9 años antes de que finalmente se presentase el SEAT Ateca. Sin ir más lejos, en el Salón de Frankfurt de 2007 ya hizo acto de presencia el que ves sobre estas líneas, el SEAT Tribu.
Aquellos fueron los años del Toledo III, el León II y el Altea. Los años en que Luc Donckerwolke comenzó a definir nuevos rasgos bajo la estética que ya había ido definiéndose desde los tiempos de Walter de Silva. Sin ir más lejos, el SEAT Tribu fue la primera obra puramente Donckerwolke, el diseñador que ahora milita en las filas del Grupo Hyundai. En aquellos años se anunciaría como un anticipo de lo que estaba por llegar en SEAT en los años venideros, una referencia del devenir estético de la marca.
Pero la realidad es que los trazos de este Tribu no serían ni de lejos tan influyentes para los siguientes modelos de SEAT como lo fueron los dibujados por su predecesor.
Aunque inicialmente no se anunciase su lanzamiento, estaba claro que el SEAT estaba anticipando ya la llegada del primer SUV de la marca española. Un año más tarde, incluso, se conocería que SEAT había registrado en la oficina de patentes unos bocetos que mostraban los rasgos de un SEAT Tribu definitivo, con un diseño menos dramático, cinco puertas, y una silueta muy parecida a la del Volkswagen Tiguan. Pero el resto de la historia ya la conoces, el Tribu jamás llegaría a los concesionarios, y para ver al primer SUV de SEAT aún habría que esperar 9 años.
SEAT escogió para este prototipo una carrocería de tres puertas, probablemente para añadir espectacularidad, así como llantas de 20″, un buen alerón trasero, y un portón de luneta sin marco, con un curioso sistema de apertura.
A bordo también contaba con un sistema de entretenimiento y navegación creado a modo de prolongación de la instrumentación, que también contaba con su propia pantalla.
Fuente: SEAT
En Diariomotor: