Estos días nos hacíamos eco de un acontecimiento importante para Renault, la llegada de un nuevo modelo, con un nombre por todos conocido, el nuevo Renault Koleos. Lo que quizás te sorprenda es el hecho de que el emblema Renault Koleos se remonte casi dos décadas atrás en el tiempo, mucho antes de que naciera lo que más tarde entenderíamos como la primera generación del Koleos. Y no solo eso. Que ya en el año 1999 desde Renault se tuviera esta visión de lo que más adelante conoceríamos como crossovers (ver artículo: ¿qué es un crossover?), 7 años antes de que naciera el Nissan Qashqai y el SUV y los crossover se pusieran de moda. ¿Cuál era el objetivo del Renault Koleos Concept de 1999?
En 1999, Renault ya tenía muy claro que la gallina de los huevos de oro, en aquellos años, era el monovolumen. La primera generación del Renault Scénic ya estaba en los concesionarios, y la marca francesa había apostado con fuerza durante muchos años para propiciar que el fenómeno mini-van llegase a Europa, con el Renault Espace.
En cualquier caso, el Renault Koleos Concept deja patente un hecho, que por aquellos años, antes del cambio de siglo, en Renault ya estaban imaginando cómo la idea del monovolumen acabaría evolucionando a lo que hoy en día entendemos como crossover. Algo así como un monovolumen con aspecto campero, o un SUV con cualidades de monovolumen. Y esa evolución quizás no sea tan patente en modelos como Renault Kadjar o el nuevo Renault Koleos 2016, sino precisamente en los nuevos Scénic y Espace, que indudablemente tras su silueta de monovolumen presentan características que hasta hace bien poco entendíamos propias de un todocamino.
El Renault Koleos Concept de 1999 contaba con unas llantas que por aquel entonces nos parecían inmensas, de 21 pulgadas. Hoy en día siguen sorprendiéndonos, pero no nos parecerán para tanto si tenemos en cuenta que incluso el Renault Scénic equipa de serie llantas de 20 pulgadas.
Entre otros detalles de este prototipo, también nos quedamos con su cintura alta, su altura libre al suelo, o incluso un sistema de suspensiones hidráulicas que permitía alzar su carrocería para pasar de una altura (total) de 1,6 metros en configuración «turismo» a 1,7 metros de altura en configuración todoterreno.
Aquel prototipo contaba con un diseño futurista, exterior e interior. A bordo apostaba por el minimalismo y por soluciones tan peculiares como un compartimento para separar la carga mediante una ventana retráctil, o un portón trasero que para abrirse se deslizaba hacia la izquierda de la carrocería.
Bajo el capó, una mecánica híbrida no menos interesante, con un motor de gasolina de 2.0 litros, 16 válvulas, turbo y 170 CV, conectado al eje delantero, y un motor eléctrico de 30 kW solidario al eje trasero y alimentado por baterías de ión de litio.
Años más tarde se presentaría un segundo prototipo del Renault Koleos, esta vez más próximo al modelo definitivo, que sería menos francés, en cuanto a desarrollo, y producción, que arrancaría en la planta de Renault Samsung Motors en Busan, en Corea del Sur.
Fuente: Renault
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