¿Quién dijo que los deportivos no podían ser coches longevos? No, un deportivo no implosiona al superar los 100.000 kilómetros, siempre que haya sido bien cuidado y mantenido. Los vehículos japoneses tienen fama de ser fiables, y esa fama fue cimentada en gran parte durante los años 90, época en la que coches como los últimos Toyota Supra fueron lanzados. Este ejemplar, procedente de Tennessee, nos demuestra que algunos deportivos pueden dejar en ridículo a los vehículos comerciales en lo tocante a durabilidad.
Se trata de un Toyota Supra del año 1992. En vez de estar equipado con el potente 2JZ-GTE doblemente turboalimentado de 320 caballos, este ejemplar monta un motor 2JZ-GE. Es el mismo seis cilindros en línea de tres litros de cilindrada, pero de aspiración atmosférica. Se mire como se mire, un atmosférico es más fiable que un motor turbo a largo plazo. Por una simple razón: menos piezas móviles, mayor simplicidad mecánica. Simple y llanamente. En este caso, este atmosférico desarrollaba 220 CV.
El coche ha saltado a la palestra online cuando su dueño – Dale Thomas, procedente de Tennessee (Estados Unidos) – lo llevó a Hoover Toyota a hacerle un mantenimiento rutinario, posiblemente un cambio de aceite. El coche tiene actualmente la friolera de 520.590 millas en su odómetro. Traducido a kilómetros, hablamos de 837.629 kilómetros. Es necesario mencionar que el motor es el original, y nunca ha sido abierto para ser reconstruido, una operación habitual debido al desgaste en motores de muy alto kilometraje.
El coche se usa habitualmente, pero si traducimos su kilometraje a cifras anuales, tampoco sorprende en demasía. La media es de unos 34.500 kilómetros anuales, una cifra más que respetable, pero nunca excesiva. Sí es poco común descubrirla en un vehículo de corte deportivo. Hemos recopilado recientemente una selección de coches que dejaron muy atrás el millón de kilómetros, pero en ella no había ningún deportivo moderno. Quizá tengamos que actualizar la entrada en unos años con este excepcional Toyota Supra A80 estadounidense.
Ya que entró al concesionario para un mantenimiento rutinario, el coche fue fotografiado con su frontal lleno de bichos y la bahía del motor bien sucia. Su dueño afirma que sigue encantado con su coupé, y que el coche no está oxidado – un problema en otras zonas de Estados Unidos. Aparte de unas llantas un tanto gastadas, el coche no muestra signos de gran desgaste en su carrocería.
Fuente: Carcoops
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