El de los antiguos BMW Serie 8, y sobre todo el 850i, es un caso curioso donde los haya. Un coche exclusivo de BMW, innovador, apabullante, que curiosamente no ha sido bien tratado a la hora de mantener su valor, probablemente por los muchos problemas que surgieron en torno a su electrónica. Aún así, estaréis conmigo en que encontrar un BMW 850i de 1991 con solo 1.759 kilómetros es todo un hallazgo. Y hasta sorprendente que su puja se haya cerrado en 87.750 euros, dado el estado y el kilometraje de esta unidad, cuando un BMW Serie 6 moderno, con motor de seis cilindros, ya roza los 100.000 euros.
Tal y como decíamos al comienzo, el BMW Serie 8 se presentó en 1989 como el verdadero buque insignia de BMW. Algo así como el estado del arte de la tecnología, el coche más apasionante del mercado. Entre otras soluciones inéditas hasta su llegada, los aceleradores electrónicos, la centralita con un protocolo de comunicación de incidencias y telemetría similar al de los coches modernos, un eje trasero multi-link, etcétera, etcétera.
Pero precisamente sería su tecnología, a la postre, su piedra en el zapato.
El BMW 850i contaba con un motor V12 de 5.0 litros y 295 CV, y habitualmente venía combinado con un cambio automático de cinco relaciones. Otra de las peculiaridades de este coche, subastado por Silverstone Auctions este fin de semana, está en el hecho de contar con un cambio manual.
Pero lo más sorprendente, sin duda, está en su kilometraje. La primera vez que pasó el servicio técnico fue en mayo de 1995, con 1.445 kilómetros. Su siguiente visita no llegó hasta diez años más tarde, en junio de 2015, y solo había llegado a 1.759 kilómetros.
Se vendieron en todo el mundo en torno a 20.000 unidades del BMW 850i, y se estima que no más de 1.000 con cambio manual. Con lo cual, con esos kilómetros, y con este estado de conservación, es más que evidente que estamos ante una pieza realmente valiosa.
Fuente: Silverstone Auctions
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