Ya han pasado nada más y nada menos que 25 años, un cuarto de siglo, del lanzamiento del Volvo 850. El «ladrillo volador» de Volvo, el producto que cambiaría la imagen de la marca sueca para siempre, era presentado un buen 11 de junio de 1991. Entre aquel lanzamiento del Volvo 850, y el momento actual, había cierto paralelismo. Volvo invirtió una cantidad ingente de recursos, y obviamente dinero, para apostar por una línea tecnológica completamente nueva, y sobre todo tecnológica. Tal y como recuerda Volvo, no deberíamos dejarnos engañar por su estética, y sus reminiscencias a las series 700 que le precedieron. El Volvo 850 era un coche completamente nuevo, y el ancestro directo de productos como el Volvo S60 y el Volvo V60 modernos. Ver historia del Volvo 850 T5-R.
¿Por qué fue tan innovador el Volvo 850?
Con el Volvo 850, los suecos apostarían por una nueva generación de motores de cinco cilindros, sobre una plataforma de tracción delantera y motor transversal. Una seña de identidad que les acompañaría hasta nuestros días. Aquella evolución le proporcionaría a Volvo todo un universo de posibilidades.
El Volvo 850 también apostó por un nuevo esquema de suspensiones traseras, en forma de triángulo, o delta, de ahí su nombre Delta-link, que apostaban por el confort. También se integraron avanzados sistemas para el confort y la seguridad, como refuerzos de protección lateral, y cinturones delanteros de ajuste automático.
¿Por qué el paralelismo con el momento actual?
Aquellos fueron años de grandes cambios para Volvo. Al igual que actualmente asistimos a la que probablemente sea la era dorada de Volvo, y el momento en que más innovaciones se están presentando, y más ha evolucionado la marca. Evoluciones importantes en lo estético, abogando por una nueva línea cuidada, refinada, e incluso minimalista. Evoluciones importantes en sus plataformas, con una apuesta seria por la modularidad, que permitirá a Volvo crear la gama más extensa y variopinta de su historia. Evoluciones importantes en tecnología, empezando por sus nuevos sistemas de entretenimiento, que probablemente se sitúen entre los mejores de la industria.
Evoluciones importantes en motores, abogando por el downsizing, por el menos es más, por bloques de tres y cuatro cilindros realmente potentes gracias al turbo, los compresores, y la hibridación. Y evoluciones importantes, faltaría más, en seguridad, la que siempre fue la seña de distinción de la marca.
El Volvo 850, y sus derivados posteriores, dejarían de fabricarse tras 1.360.522 unidades entregadas en todo el mundo.
De entre todos ellos, ya destacamos un icono, el «ladrillo volador», el Volvo 850 T-5R. Algo así como un familiar deportivo, rebajado, con motor de cinco cilindros, turbo, 243 CV de potencia, que incluso hizo sus pinitos en la competición.
Fuente: Volvo
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