En estos momentos estamos probando la cuarta generación del Toyota Prius. Se trata del patrón oro del vehículo híbrido, el estándar mundial. El híbrido más exitoso de la historia, el coche que a través del taxi se ha dado a conocer en nuestro país, con los mejores embajadores. La cuarta generación del Toyota Prius repite la fórmula del éxito: una carrocería de cinco puertas, con mucho espacio interior y una eficiencia aún más alta. Tras varios días de análisis exhaustivo, vengo a hablaros un poco acerca de sus consumos de combustible.
En primer lugar, el Toyota Prius mejora con respecto a su predecesor en varios puntos clave. La aerodinámica es uno de ellos, con un coeficiente de sólo 0,24. Es de los mejores del mercado en cualquier tipo de vehículo. En segundo lugar, su plataforma modular TNGA-C hace uso intensivo de acero de alta resistencia y materiales ligeros, con el objetivo de contener el peso del vehículo: a pesar de ser más grande y espacioso, su peso no ha variado con respecto a su predecesor, situándose en torno a los 1.450 kilogramos.
Su mecánica sigue combinando un propulsor atmosférico de 1,8 litros y ciclo Atkinson con un motor eléctrico y una batería de NiMh. ¿Cómo consigue el Toyota Prius un consumo medio homologado de 3,3 l/100 km y unas emisiones de dióxido de carbono de 76 g/km? Mediante una completa revisión de su tren de propulsión híbrido. El motor térmico 2ZR-FXE alcanza una impresionante eficiencia térmica del 40%, gracias a una menor fricción entre sus componentes internos, el uso de un nuevo lubricante y una gestión térmica mejorada.
El motor eléctrico desarrolla 72 CV, y ha disminuido en tamaño, así como aumentado en eficiencia gracias a un nuevo diseño. El engranaje planetario que lo une al motor térmico tiene una menor fricción y su batería de NiMh de 1,3 kWh de capacidad es de menor tamaño y carga más rápida. Otra detalle importante es que el motor eléctrico permite abusar más de la circulación en modo cero emisiones: hasta los 30 km/h su aceleración es comparable a la de un motor térmico, y he llegado a ver ratios EV de hasta el 66% en circulación urbana.
La potencia combinada del Toyota Prius es de 122 CV, y sobre el papel, acelera hasta los 100 km/h en 10,6 segundos, sólo 0,2 segundos más lento que su predecesor. Dejando a un lado el tema diseño, desde el primer momento el incremento en eficiencia del Toyota Prius es más que patente. Circulando en ciudad noto que una gran parte del tiempo el motor térmico está apagado, su entrada se retrasa todo lo posible, y aprovechar sus peculiaridades de funcionamiento es clave para lograr consumos bajos.
Hace un par de semanas os conté que el Lexus RX 450h consumió 7,3 l/100 km en un ciclo de conducción urbano previamente predefinido – y exigente. En el mismo ciclo de conducción, mismas circunstancias, mismo tráfico y misma hora, el Toyota Prius consumió sólamente 3,9 l/100 km. Todos los ciclos urbanos se han saldado con consumos inferiores a los 4,5 l/100 km, sin excepción. Ayer mismo, estuve casi una hora dando vueltas por ciudad, haciendo fotos. Tras 12 kilómetros de circulación y casi una hora al volante, el consumo medio fue de 4,0 l/100 km.
Este consumo urbano tan bajo es compensado con un consumo extraurbano más elevado, pero mucho menos elevado que generaciones previas del Prius. Un recorrido Madrid-Gijón por autopista a velocidades legales arrojó una media de 4,2 l/100 km – comparable a una berlina diésel eficiente – y ciclos más cortos a mayores velocidades nunca superaron los 5,5 l/100 km. Cuando termine la prueba del coche habré recorrido cerca de 1.700 km a bordo del híbrido, y estimo un consumo total medio de 4-4,5 l/100 km. Francamente impresionado.
Pronto publicaremos la prueba del nuevo Toyota Prius y tendréis nuestras impresiones al completo. Me quedo de momento con su suavidad y sencillez de conducción. Soy un quemado, un petrolhead, pero el Toyota Prius ha logrado conquistarme, y me dolerá despedirme de él. Mención importante merece su centro de información, un ordenador de a bordo que incluso permite registrar costes de repostaje, medir nuestro consumo diario y mensual, o saber qué proporción de nuestro recorrido ha hecho uso del modo 100% eléctrico.
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