Como ya os adelantamos en nuestro análisis de la tecnología Volvo PowerPulse, acabamos de probar los nuevos Volvo S90 y Volvo V90, las dos carrocerías que representan el máximo escaparate tecnológico de Volvo en estos momentos. Por este motivo hoy os animo a acompañarme en la que ha sido mi primera experiencia «conduciendo» un coche semiautónomo», y es que entre las muchas novedades del fabricante sueco, el nuevo sistema Pilot Assist es el primer gran paso de Volvo hacia el coche autónomo.
En estos momentos, Volvo es una de las marcas que más está apostando por el desarrollo e implantación de la conducción autónoma con iniciativas como la ciudad de AstaZero o el programa de implantación de 100 coches autónomos en la ciudad de Gotemburgo para 2017. Está claro entonces que en Volvo tienen muy claro que el coche autónomo es el futuro del transporte y parte fundamental de su objetivo de que ningún Volvo de nueva generación se vea implicado en un accidente a partir de 2020.
Pero hoy, en 2016, el Volvo S90 y su sistema Pilot Assist de conducción semiautónoma es la tecnología más avanzada desarrollada por Volvo y actualmente a la venta. Se trata de un sistema que va un paso más allá del ya extendido control de crucero adaptativo, presentando una evolución en forma de cómo controlar la dirección por sí sola sin lo incómodo que resulta depender de los actuales sistemas de mantenimiento de carril. Sin llegar a las posibilidades del sistema AutoPilot de Tesla, tampoco a sus más recientes y nefastas consecuencias, la propuesta de Volvo es un importante paso adelante para realizar largos trayectos con una menor implicación sobre la conducción.
PilotAssist es un sistema de soporte a la conducción, y Volvo subraya este concepto en tanto a que la tecnología de conducción semiautónoma es diseñada como complemento y asistencia al conductor, no como una herramienta sustitutiva. Esta idea es muy importante, y es que en nuestra experiencia de «conducción» semiautónoma y en las posteriores charlas con ingenieros de Volvo, queda patente que existe una falta de comprensión real sobre qué es la conducción autónoma y cómo debe ser usada. Aunque el coche autónomo sea ya una realidad, el conductor siempre será el responsable dado su papel como supervisor.
Dicho esto, Volvo ha concebido Pilot Assist como un paso más allá de los controles de crucero, enfocándose en la mejora de cómo el sistema actúa sobre la dirección y en cómo el vehículo es capaz de reconocer su entorno y actuar en consecuencia. Su funcionamiento además hace evidente que estamos ante un paso más sobre el control de crucero, pues al conducir el Volvo S90 o el Volvo V90, el conductor puede escoger entre diferentes modos de control de crucero: función limitador para no exceder de una velocidad indicada, control de crucero con función de seguimiento y Pilot Assist donde se complementa al control de crucero con una gestión más precisa de la dirección y sin necesidad de seguir a ningún vehículo.
El funcionamiento de Pilot Assist es posible a velocidades de hasta 130 Km/h, pudiendo entonces trabajar en todo tipo de situaciones, pero siendo su mejor escenario las autovías y autopistas donde el coche podrá conducir por sí sólo. Como único requisito, el coche exige que tengamos siempre las manos sobre el volante. Su activación se realiza mediante los mandos del control de crucero en la brazo izquierdo del volante, mostrando su funcionamiento al aparecer un volante de color verde en el cuadro de instrumentos digital. Los instrumentos que emplea Pilot Assist para funcionar son un radar y una cámara de vídeo frontal de gran angular ubicados tras el parabrisas en una caja negra
Frente a los controles de crucero adaptativos más avanzados que he probado, el sistema Pilot Assist de Volvo hace bien dos cosas muy importantes. Por un lado el sistema siempre busca mantener centrado el coche en el carril, lo que hace del sistema una herramienta mucho más cómoda que los sistemas de mantenimiento de carril convencionales que sólo efectúan correcciones al aproximarnos a los límites del carril. Gracias a este funcionamiento, el vehículo consigue girar de forma mucho más natural y no se percibe esa conducción errática buscando siempre los límites del carril.
Por otro lado, y aunque no menos importante, el sistema trabaja con bastante rapidez, tanto a la hora de reconocer marcas viales y actuar en consecuencia, como a la hora de alertar de la falta de atención sobre la conducción y recuperar el funcionamiento semiautónomo. Es decir, por un lado el sistema reconoce rápido los patrones por los que se rige para funcionar, pero por otro lado, el sistema recupera rápidamente su funcionamiento en caso de desactivación por falta de atención o en caso de pérdida de referencias por falta de marcas viales.
Tras realizar un buen puñado de kilómetros probando Pilot Assist en diferentes escenarios, mi conclusión es que estamos ante un sistema que funciona francamente bien como asistente a la conducción. Tanto para realizar largos trayectos como para despreocuparnos en los atascos, este sistema de conducción semiautónoma supone un gran paso adelante frente a los controles de crucero que ya conocemos casi todos. De aquí al coche autónomo no hay tanto como parece, pero en Volvo tienen muy claro que usar el piloto automático será siempre una opción en sus coches y no una forma obligada de conducir. La idea con la que defiende Volvo el coche autónomo es la de evadirnos en todos esos momentos donde nuestro coches es simplemente un transporte, pudiendo disfrutar de la conducción en cualquier momento y con sólo pulsar un botón.
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