Hoy en día no resulta sorprendente encontrarnos con enormes SUV, con enormes motores bajo el capó, mucha potencia, y unas prestaciones dignas de un deportivo. Mientras escribo estas líneas, mi compañero David Clavero está probando un Bentley Bentayga con nada más y nada menos que 608 CV de potencia. Pero estaréis conmigo en que un BMW X5, un SUV con 700 CV de potencia sigue siendo algo inédito y sorprendente, y aún más lo era en el año 2000. Y la sorpresa será aún mayor si recordamos que bajo el capó escondía el motor de un campeón de Le Mans. El BMW X5 Le Mans era una bestia con motor V12, 700 CV de potencia, y unas prestaciones de infarto. ¿Lo recuerdas?
En 1999, BMW rebosaba de felicidad tras haber logrado la victoria en Le Mans con el BMW V12 LMR. Aquel prototipo de carreras se había erigido campeón alcanzando los 342 km/h de punta y con restricciones mecánicas, por cuestiones de homologación, que llevaban a entregar «solo» 580 CV de potencia.
En BMW estaban tan ilusionados con aquella victoria que querían crear un prototipo muy especial instalando ese mismo motor en un coche de calle, sin restricciones, con 700 CV de potencia. El gran problema con el que se encontraron entonces no fue otro que el hecho de que la lista de vehículos en los que potencialmente podían instalar un motor de ese tamaño se redujera a dos, y uno de ellos, el BMW Serie 8, iba a cesar su comercialización. Eso llevó a BMW a aprovechar la base de su nuevo y flamante SUV, el BMW X5.
Incluso empleando la base de su producto más grande y espacioso, BMW tuvo que sobredimensionar el capó para hacer sitio a los radiadores que se encargaban de refrigerar este motor de doce cilindros.
Sus cifras eran de infarto. De 0 a 100 km/h tardaba 4,7 segundos y alcanzaba una punta de 278 km/h. En aquellos años, su aceleración era más rápida y su punta más próxima a la del nuevo y flamante Ferrari 360 Modena. El BMW X5 Le Mans contaba con chasis rebajado 30 milímetros, llantas de 20 pulgadas y una relación de pesos de 51/49 – delante / detrás. BMW instaló en su interior cuatro asientos de competición y por aquellos años se realizarían algunas pruebas en circuito en las que trabajarían con neumáticos 315/35 detrás y, según la ocasión, en medidas 315/35 o 275/40 delante.
Como os podéis imaginar, aquel BMW X5 Le Mans jamás llegó a los concesionarios.
Aún habría que esperar unos años para que BMW lanzase un gran SUV deportivo, el BMW X5 M. Y lo haría con unas prestaciones que ni mucho menos son baladí, con un motor V8 de 575 CV de potencia y un 0 a 100 km/h en 4,2 segundos.
Fuente: BMW
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