Son poco más de las 9 de la mañana y en Atocha me espera un AVE para poner rumbo a Valencia. Allí me espera un renovado Volkswagen Polo GTI, me espera el circuito Ricardo Tormo y la incógnita de cómo habrán mejorado en Volkswagen a su pequeño deportivo.
Ahora tiene más motor, se ha pasado del motor 1.4 TSI de 180 caballos al 1.8 TSI, aumentando no sólo su cilindrada, también su potencia, llegando así hasta los 192 2caballos. Esta mecánica además, a diferencia del 1.4 TSI puede estar asociada a un cambio manual, buena noticia desde luego, pero, ¿conseguirán con estos cambios escalar puestos en la categoría de los pequeños GTI?
Hora de poner rumbo a Valencia. Nos esperan menos de dos horas de trayecto en tren para ponernos tras el volante del nuevo Volkswagen Polo GTI y conocer a fondo los cambios introducidos tras el lavado de cara del nuevo Polo. Es más potente, cuenta con una nueva puesta a punto, nuevas claves de diseño… y además se presenta con un precio de lo más tentador.
¿Se merece el Polo GTI todo un especial de Diariomotor Altas Prestaciones? En mi opinión sí, desde luego. Su evolución, su mejora dinámica y como queda posicionado ahora frente al Ford Fiesta ST, al Renault Clio RS o el Peugeot 208 GTI bien lo merece.
Una saga de prestaciones a la sombra del Golf, pero con mucho encanto propio
Antes de adentrarnos en que es capaz de ofrecernos este renovado Volkswagen Polo GTI conviene que nos paremos unos segundos en echar la vista atrás y reconocer la trayectoria deportiva de un modelo que a pesar de estar a la sombra del Golf tiene mucho que contarnos.
Nacido en 1975, basado en el Audi 50, pero no fue hasta 1979 cuando nació lo que podemos considerar como el primer paso deportivo del Polo. Nacía entonces el Volkswagen Polo GT que con un motor 1.3 de 60 caballos lucía un diseño más deportivo específico, con una parrilla heredada del Golf GTI, emblemas en los listones laterales y llantas de un peculiar tono rojo.
8 años más tarde y ya metidos en la segunda generación del Volkswagen Polo, nacía un G40 que acompañado de un motor 1.3 sobrealimentado por compresor desarrollaba 115 caballos. Su suspensión se rebajaba en 20 milímetros, bajaba ya de los 10 segundos en el 0 a 100 km/h (9 segundos) y coqueteaba con los 200 km/h de velocidad punta (196 km/h). Sus llantas las firmaba BBS, contaba con unos pasos de rueda específicos y por supuesto no faltaba el característico añadido rojo contorneando la parrilla. Pero sobre el G40 tenemos una sorpresa preparada que podrás leer unas cuantas líneas más abajo.
En 1998, 4 años después de la llegada del Volkswagen Polo III, llegaba el primer Volkswagen Polo GTI, el primero de los Polo en lucir la insignia de Gran Turismo Injection. Limitado a 3.000 unidades, el Volkswagen Polo GTI contaba con un cuatro cilindros 1.6 16V de 120 caballos. Por supuesto llegaba con un chasis más deportivo, con una suspensión rebajada en 10 mm y sólo un rasgo exterior se encargaba de distinguir a este Polo de cualquier otra versión: unas llantas BBS de 15 pulgadas, una estrategia que también siguió Volkswagen en el Volkswagen Golf GTI IV. En 1999 esta alternativa recibió un lavado de cara en el que se introdujo una parrilla de nido de abeja y faros de xenón entre otros cambios, aumentándose su potencia hasta los 125 caballos.
Saltamos al siglo XXI, a 2006 y nos encontramos con una cuarta generación movida por un 1.8 turbo de 150 caballos. La parrilla negra, con el clásico panel de abeja y la línea roja, lo delataba, encontrándonos con otros detalles hoy presentes en este nuevo Polo GTI: las pinzas de freno en rojo, el alerón posterior, la doble salida de escape…
De la cuarta generación a la quinta, lanzada en 2009 con una versión GTI que llegaba en 2010 movida por el 1.4 TSI de 180 caballos, y de esa quinta generación al Polo GTI protagonista de este Altas Prestaciones.
Cambia el Polo, cambia el Polo GTI
A finales de febrero de este mismo año Volkswagen presentaba el lavado de cara del Volkswagen Polo. Un facelift que introducía paragolpes de nuevo diseño, nuevas llantas y ópticas LED, pero que sobre todo implicaba la llegada de un nuevo sistema multimedia, nuevos asistentes a la conducción, sistemas de seguridad y nuevas mecánicas, además de un sistema de suspensión adaptativa y una dirección electromecánica que también incorpora el Volkswagen Polo GTI.
Respecto al Volkswagen Polo GTI este lavado de cara introduce un nuevo acabado para la parte inferior del paragolpes así como una parrilla donde la característica linea roja pasa de ser doble a ser una única franja que se adentra además hasta el interior de las ópticas delanteras que pueden ser LED. Un nuevo alerón posterior y un nuevo conjunto de llantas, de 17 pulgadas completan los cambios exteriores.
En su interior aparece un nuevo volante deportivo, una nueva instrumentación y un nuevo sistema multimedia.
¿Qué hay de nuevo en su mecánica?
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Bajo el capó del Volkswagen Polo GTI nos encontramos con el cambio fundamental introducido en este lavado de cara, la sustitución del propulsor 1.4 TSI por el nuevo 1.8 TSI (EA88). De los 180 caballos del propulsor saliente a los 192 caballos de esta nueva mecánica, pero hay más.
Ahora esta mecánica puede quedar asociada a una transmisión manual de 6 velocidades, además de la caja de cambios DSG de 7 velocidades, señalándose desde Volkswagen a que esta decisión ha sido tomada tras haber recibido múltiples comentarios pidiendo la incorporación de este cambio.
El aumento de potencia introducido llega además acompañado por un incremento de par, pero sólo en la versión manual ya que por cuestiones de fiabilidad mecánica no se puede ofrecer un par mayor en la caja de cambios de doble embrague. De este modo nos encontramos con un incremento de 70 Nm, pasando, de los 250 Nm de la anterior generación, mantenidos en la versión DSG, a los 320 Nm.
Prestacionalmente, con este incremento de potencia, mejora su aceleración en el 0 a 100 km/h en 2 décimas, parando el crono en los 6.7 segundos. Su velocidad máxima también incrementa para pasar a alcanzar los 236 km/h.
A pesar de ofrecer un cubicaje mayor cuenta con un peso menor, alrededor de 6 kg menos que el motor 1.4. “Destripando” el entramado mecánico de este bloque nos encontramos con un sistema de colectores integrados en la propia arquitectura del motor, aprovechándose así de la refrigeración de la culata.
¿Y en su puesta a punto?
Más allá de haber contado con un nuevo propulsor o la incorporación del cambio manual el Volkswagen Polo GTI 2015 hace gala de una nueva dirección electromecánica, unas llantas de mayor anchura (pasando de 7 pulgadas de ancho a 7.5 pulgadas) y la posibilidad de contar con el chasis “Sport Select” con el “Sport Performance Kit”.
Pero, ¿que es eso del chasis “Sport Select” y el “Sport Performance Kit”.
De manera opcional, aunque disponible sin coste en la oferta de lanzamiento, el nuevo Volkswagen Polo GTI puede contar con una suspensión adaptativa, suspensión que llega además acompañada por el “sport Performance Kit”, siendo ambos elementos inseparables. A través de la pulsación de un botón Sport situado en la consola central, el “Sport Performance Kit” nos ofrece un tacto más firme a la dirección y suspensiones, una respuesta más concisa al acelerador, un mayor sonido (sí, a través de un “actuador” electrónico) y, en el caso de contar con una unidad con cambio DSG, con una respuesta más rápida al cambio.
Esta suspensión nos ofrece una altura 15 mm menor que la del Polo original, completando la parte ciclo una barra estabilizadora delantera y unos discos de freno de 310 mm en el eje delantero y de 240 mm en el eje trasero, luciendo unas pinzas de freno acabadas en rojo.
Sin perder de vista sus frenos, tenemos que mencionar el bloque de diferencial electrónico XDS+ que actúa en virajes sobre las ruedas interiores de ambos ejes para mejorar el paso curva, mejorando la tracción y reduciendo el subviraje. Completando las menciones a la electrónica al cargo de la seguridad no podemos pasar por alto el control de estabilidad ESC, control que cuenta con un modo deportivo en el que se puede desconectar el sistema antideslizamiento ASR y un segundo modo, tras una pulsación más prolongada, en el que además de desconectarse el ASR el ESC aumenta su umbral de actuación.
En volkswagen hablan de una nueva filosofía en el desarrollo de esta revisión del GTI, una filosofía que pasaba por ofrecer una mejor tracción y una mayor estabilidad.
Cara a cara con el diseño del Volkswagen Polo GTI
- Equilibrio entre dinámica, usabilidad, buenos acabados…
- Precio y equipamiento
Puntos negativos
- Seguimos echando en falta un toque mayor de compromiso con la deportividad
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Teoría al margen es la hora de enfrentarnos cara a cara con este renovado Polo GTI. He de reconocer que tenía bastantes ganas de ver en que había quedado la evolución del utilitario deportivo de Volkswagen tras el lavado de cara, como le había sentado ese extra de potencia y la posibilidad de contar con un cambio manual. Ahora, a las faldas del pitlane del circuito valenciano Ricardo Tormo lo tengo ante mí representado por toda una hilera de unidades vestidas de rojo, blanco y un tono plateado, 3 de los 7 colores en los que esta disponible.
Me gusta el diseño del Polo GTI y me gusta como le ha sentado el lavado de cara. El diseño sencillo original queda ahora bien acompañado por un buen número de detalles de índole deportivo, de taloneras, nuevos paragolpes, alerón, llantas y una doble salida de escape en un conjunto de atractiva presencia. Por si quedaba alguna duda las insignias laterales y su parrilla se encargan de dejar claro que estamos ante un GTI, ante el hermano pequeño del Golf GTI.
Las llantas de 17 pulgadas de serie no podían tener mejor aspecto y tras ella, como en toda alternativa deportiva que se precie, aparecen unas pinzas de freno en contraste, rojas en esta ocasión.
Vuelvo a decir que, lo mire por donde lo mire, me gusta estéticamente el Volkswagen Polo GTI.
Disponible tanto en carrocería de 3 o 5 puertas, el Volkswagen Polo GTI cuenta con una longitud de 3.983 mm, una altura de 1.443 mm y una anchura de 1.682 mm, siendo su distancia entre ejes de 2.468 mm. Su peso, incluyendo un conductor de 75 kg, es de 1.280 kg en la versión DSG y de 1.272 kg en la versión manual.
Espacio y acabados de su habitáculo
Dejando a un lado su diseño exterior nos adentramos en su habitáculo. Lo primero con lo que nos damos de bruces al abrir la puerta es con la clásica tapicería Clark, un excelente guiño retro que no le podía sentar mejor. El Golf GTI, el Polo GTI, el Golf GTE… de los pocos coches que compraría sin cuero.
Ante nosotros la clásica distribución a la que ya estamos habituados en la marca y la también ya habitual buena calidad de ajustes. De diseño sencillo, al igual que su exterior, no peca ni de demasiados botones ni de curvas o florituras innecesarias. El sistema multimedia de pantalla táctil se convierte en el principal protagonista del salpicadero mientras que a su alrededor nos encontramos con botones para la calefacción de los asientos, para el control de estabilidad, el modo sport…
Por supuesto no falta la correspondiente dotación de detalles deportivos empezando por unos asientos deportivos que si bien lucen una buena pareja de refuerzos laterales no agarran tanto como nos gustarían, ahí los Recaro del Ford Fiesta ST le llevan ventaja. Las alfombrillas lucen un ribeteado rojo a juego con las costuras rojas del volante y el freno de mano.
Completan el conjunto de aderezos deportivos unos pedales en aluminio y unos umbrales de las puertas específicos en lo que termina siendo un catálogo de soluciones habituales para este tipo de modelos aplicados sobre un interior de buenos ajustes, con una muy buena habitabilidad en las plazas delanteras y unas plazas traseras con buena capacidad para realizar un viaje 4 adultos. Configurada la banqueta delantera para mi puesto de conducción, con una altura de 1.80 metros, queda espacio suficiente para ir cómodo.
Su maletero cuenta con una capacidad de 204 litros, ampliables hasta los 882 litros si abatimos los asientos. Teniendo en cuenta su segmento se presenta como uno de los maleteros más pequeños, pero por otro lado más que suficiente para unas 3 maletas de cabina sin necesidad de jugar demasiado al Tetris con ellas. Como curiosidad, bajo el suelo del maletero y por debajo de la rueda de repuesto, nos encontramos con la batería que se ubica en esta posición para mejorar el reparto de pesos.
Al volante del Volkswagen Polo GTI
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Hace un año me ponía al volante del Polo GTI prerestyling. Lo hacía en una comparativa en la que se enfrentaba al Ford Fiesta ST, al Renault Clio RS y al Peugeot 208 GTI, además de contar con un MINI John Cooper Works como invitado especial. Entonces se quedaba fuera del podio como consecuencia de una dinámica menos deportiva que la del Renault Clio RS y Fiesta ST, más cerca del concepto del Peugeot 208 GTI que de estos, enfocándose en ofrecer un utilitario potente y bien acabado más que un pequeño deportivo. Hoy, a título personal, cambiaría el resultado y sí, elevaría al Polo GTI a la primera posición. Suena drástico el cambio, ¿tanto ha mejorado?
No tardo demasiado en soltar la maleta y recoger las llaves de una unidad con cambio DSG. Mi compañero, Quique Calle (al que podéis leer en KM77) hace lo propio con una alternativa manual para cambiarnos a mitad de camino los coches. Los alrededores del circuito son el escenario de los primeros kilómetros y a pesar de que aún nos queda rodar en el circuito con el GTI empezamos a descubrir ya los principales nuevos matices añadidos.
El nuevo cambio manual nos ofrece, como era de esperar, el típico tacto de Volkswagen. Recorridos cortos, bien guiados y una dureza correcta, no es excesivamente duro ni lo podemos tildar de blando, mientras que sobre su dirección podemos hacer una apreciación similar. En los primeros compases nos muestra un tacto quizá demasiado blando, aunque perfecto para ciudad, pero en cuanto aumentamos el ritmo se endurece y adquiere una buena resistencia que mejora muy ligeramente al presionar el botón del modo “Sport”.
Bien por el tacto del cambio, bien por su nueva dirección, por sus frenos y bien por la mejorada respuesta de su propulsor que resulta ahora ligeramente más enérgico, subiendo con un buen desempeño líneal desde las 1.500 rpm hasta más allá de las 6.000 vueltas coqueteando desde las 4.500 vueltas con una considerable mejora de su sonido, aunque sí, es artificial (ouch!). El ascenso del ritmo es progresivo, algo que ya nos demostró el modelo prerestyling, aunque con esta revisión parece mostrar algo más de carácter.
El Polo GTI es rápido, acelera con soltura, hace gala curva a curva de una entrega enérgica mejorada y de una buena estabilidad con un, como es de esperar, leve subviraje. Sigue siendo un coche dócil, pero desde su chasis nos llega una respuesta más temperamental.
La mejor forma de hacernos una idea de como ha mejorado este Polo GTI es poniéndolo en contexto. Ahora tiene una respuesta mejor al acelerador, con mayor actitud y su chasis parece dispuesto a ofrecernos un mejor paso por curva y un toque más de personalidad, pero sigue estando por detrás del Ford Fiesta ST y del Clio RS en lo que a temple deportivo se refiere. En una escala de deportividad se situaría el tercero tras el Ford y el Renault, pero ha recortado considerablemente distancias.
Esta mejora de atributos unido a la calidad de su habitáculo y a, algo tan subjetivo como su diseño, es lo que me hace situar al Polo por encima del Fiesta ST y el Clio RS. Si eres el más quemado de tu grupo el Polo puede satisfacer con mucha soltura tus ansias de “piloto sin patrocinadores”, totalmente válido para el trackday, perfecto para una salida el domingo a las 9 de la mañana por tu carretera favorita pero quizá el Clio RS y el Fiesta ST colmen mejor tus expectativas, haciéndote ligeramente más participe al buscar una conducción muy deportiva.
En mi opinión el Volkswagen Polo GTI ofrece el mejor conjunto tanto dinámicamente como por otras cuestiones, como aquellas que tienen que ver con su calidad de acabados. Sin duda con estas mejoras y con la posibilidad de contar ahora con cambio manual el Polo GTI sería mi elegido entre los pequeños GTI. Ha marcado distancias con el carácter excesivamente polivalente del Peugeot 208 GTI sin perder de vista su total condición de coche de diario y ha escalado posiciones frente al Clio RS y el Fiesta ST en lo que a tacto de conducción se refiere, es, para mí, el más completo de los 4.
Además por si hacía falta un argumento extra allá va uno de peso: su precio. El volkswagen Polo GTI se presenta con un precio de partida de 22.850 euros que a priori no lo sitúa en una posición especialmente aventajada frente a sus rivales. La buena noticia llega cuando le descontamos los 1.805 euros que tiene de descuento, quedándose en el caso del manual en unos ya más que interesantes 21.045 euros que llegan además con un “paquete de lanzamiento” en el que se incluye el climatizador, los faros LED, el sistema de navegación con pantalla táctil de 6.5 pulgadas y el sistema Sport Select con el Sport Performance KIT, teniendo presente que como equipamiento de serie ya cuenta con sensores de aparcamiento, control de velocidad de crucero, bluetooth y faros antiniebla delanteros.
Campeón del WRC…
Versiones GTI al margen, aunque no demasiado lejos, le debemos al Volkswagen Polo GTI un “enhorabuena” bien grande por su triunfo en el WRC con Ogier tras el volante acompañado por Ingrassia a quienes también le debemos un enhorabuena bien grande, así como a Latvala y Mikkelsen quienes han copado las otras dos posiciones del podio subidos también a un Polo WRC.
… y fabricado en España
Además no podemos perder de vista que el Volkswagen Polo se fabrica en la planta de Navarra, en la que más de 4.000 trabajadores dan vida a este Volkswagen Polo en exclusiva mundial (salvo una pequeñísima tirada fabricada en Sudáfrica y producciones locales en India y Rusia), así como a esta variante deportiva, al GTI. Como dato, 1 de cada 5 coches exportados de España al mundo es un Polo.
La sorpresa de la jornada: ponernos al volante de un Volkswagen Polo G40
La jornada en Valencia nos deparaba una sorpresa. Junto a todo el elenco de GTIs disponibles, de 3, de 5 puertas, manuales, DSG, rojos, blancos, plateados… aguardaba un Volkswagen Polo G40 de la división de clásicos de la marca, en perfecto estado de conservación y a nuestra disposición en un trazado paralelo al circuito principal. Y sí, antes siquiera de ponerme tras el volante del Polo GTI fui directo a disfrutar de ese férreo manjar que Volkswagen había puesto ante nosotros.
La unidad en cuestión es de 1992 y cuenta con poco más de 30.000 kilómetros a sus espaldas. Todo un “chaval” de 22 años que se presenta con 4 cilindros de 1.3 litros bajo el capó, desarrollando, compresor mediante, 115 caballos y 150 Nm de par para un peso en vacío de sólo 835 kg.
Llantas BBS de 13 pulgadas impolutas, molduras en perfecto estado y un interior a la altura del cuidado exterior. Espartano, cuadrado, infinitamente más tosco que cualquier coche moderno, con ese característico olor a coche clásico… y sorprendentemente con esa sensación de todo en su sitio, a mano y en una posición lógica, que a día de hoy percibimos fácilmente al adentrarnos en el interior de cualquier Volkswagen.
Acomodados rápidamente, los asientos del Polo G40, que no distan demasiado en diseño de los del Polo GTI 2015 (sí en estampado), nos ofrecen un puesto de conducción cómodo, listos para mover, sin dirección asistida, el pequeño volante que tenemos ante nosotros.
Arrancamos y nuestra mano se tiene que desplazar unos cuantos centímetros extra para engranar la primera marcha. De las rápidas y bien guiadas transiciones que nos encontramos en las cajas de cambio manuales de los Volkswagen actuales a una enorme distancia entre marcha y marcha, que para más inri discurre prácticamente sin guiado alguno.
Primera, segunda… y el Polo G40 nos brinda una excepcional entrega de potencia, con una buena aceleración progresiva y una sensación de agilidad buena incluso para los estándares actuales. Por supuesto esta a mundos de distancia en lo que a calidad de rodadura se refiere, así como en frenada y balanceo, pero sin duda sorprende muy gratamente su ritmo, no así tanto su dirección que a pesar de carecer de asistencia peca de un tren delantero no demasiado comunicativo.
No puedo dar muchas más vueltas con el G40. Me espera el GTI a sólo unos pocos metros y el tiempo, como suele ser habitual, apremia y a fin de cuentas hemos venido a Valencia a conocer al nuevo GTI. No puedo evitar recordar tras bajarme del G40 al Fiat Uno, coetáneo a este Polo del 92, que había en casa cuando un servidor no levantaba demasiado palmos del suelo a pesar de que no, no era el Uno Turbo que por aquel entonces rivalizaba con este Volkswagen junto a alternativas como el Peugeot 205 GTI, el Ford Fiesta XR2i o un más que interesante Renault Clio 16v.