Hace un tiempo que os hablamos de la moda de los palos selfies. Estos artilugios prolongan la distancia a la que hacemos fotos o grabamos vídeos, mejorando la distancia focal de los smartphones y dando a esos vídeos de GoPro la impresión de que están grabados por otra persona. El problema es cuando algún irresponsable usa un palo selfie para grabarse mientras conduce, prestando más atención a la cámara que a al volante. Era cuestión de tiempo que viésemos un vídeo como este, demostrando que la conducción y estos palos no son compatibles.
Todo ocurrió en Estados Unidos. El propietario de un Jeep Wrangler preparado para off-road se estaba grabando a sí mismo con una GoPro mientras circulaba por una pista sin asfaltar. Aparentemente, la pista no presenta alguno. El problema era la pick-up con una canoa en su parte trasera que circulaba delante de él, presumiblemente de un amigo suyo. Si estás mirando a la cámara en vez de al frente puede que no veas a la pick-up frenar. Y si no ves a la pick-up frenar, puede que la canoa que lleva atraviese tu cristal.
El resultado de este vídeo podría haber sido catastrófico si la colisión no se hubiese producido a 10 o 15 kilómetros por hora. No hace falta que os diga lo que les puede ocurrir a los ocupantes de un coche cuando un objeto afilado atraviesa el parabrisas de un coche – que no es irrompible – a cierta velocidad. Es sentido común, que en este caso se ha saldado con la necesidad de una luna nueva, pero pudo haber acabado en desgracia. Por favor, al volante no puede haber distracciones absurdas, como los palos selfie.
En Diariomotor: Te digan lo que te digan, el peligro no son los palos-selfie