Ayer se celebró la Super Bowl LV en Estados Unidos. El partido más importante del año en el mundo del fútbol americano tiene aparejados a su parafernalia algunos de los anuncios más caros y con mayor alcance del año. Es usado por todo tipo de marcas para sus campañas más especiales, mimadas y de mayor presupuesto. Algunos años hemos repasado con vosotros algunos de los anuncios de coches más destacados, y este año queremos poner el foco en un único anuncio. El anuncio de Jeep, que tiene como protagonista a nada más y nada menos que el mismísimo Bruce Springsteen.
Como sabéis, Estados Unidos acaba de reelegir un nuevo presidente, tras haber vivido uno de los episodios más turbulentos y escalofriantes de su historia democrática, tras el asalto de los simpatizantes de Trump al Capitolio. Reconciliar a una sociedad más dividida que nunca es uno de los principales retos del nuevo gobierno, y es el sentimiento al que Jeep quiere apelar con su spot de la Super Bowl. Un carísimo anuncio de dos minutos, que tiene lugar en el punto más central de Estados Unidos, una capilla situada en el condado de Smith, en el estado de Kansas.
En todo el anuncio solo hace presencia un antiguo Jeep CJ-5 conducido por «The Boss» – un vehículo de su propiedad, dicho sea de paso. Su música y mensaje han sido ideados por Springsteen y es la primera vez en toda su carrera que se presta a aparecer en un spot publicitario. Un mensaje de reconciliación entre «azules y rojos», de abandonar el miedo y volver a los valores que hicieron de Estados Unidos la potencia que es hoy. Un bonito mensaje, aunque sea canalizado a través de la religión y el capitalismo – la verdadera religión americana.
En todo caso, es llamativo que este bonito spot no haga referencia alguna a los vehículos de la marca, más allá de la aparición puntual del CJ-5 de Bruce, un auténtico icono de la resiliencia estadounidense y su optimismo de cara a un futuro incierto. El mensaje que Estados Unidos necesita hoy día.