Excelente pregunta. Es lo que se han planteado los chicos de AutoExpress, que han decidido poner contra las cuerdas a las dos versiones del Mazda MX-5. Una de ellas está equipada con el motor de acceso, un interesante 1.5 SKYACTIV-G que desarrolla 131 CV a 7.000 rpm y un par máximo de 148 Nm a 5.000 rpm. Al otro lado del ring, un MX-5 con motor 2.0 SKYACTIV-G, capaz de generar 160 CV a 6.000 rpm con un musculoso par máximo de 200 Nm a 4.600 rpm. Con todo, el resultado de esta comparativa en circuito podría sorprenderos.
Sobre el papel, el Mazda MX-5 con motor de 1,5 litros es 29 CV menos potente y tiene 52 Nm menos de par motor. Pensaría que su peso es muy inferior, pero no lo es tanto. En orden de marcha, el Mazda MX-5 1.5 pesa 1.050 kilos, sólo 25 kilos menos que su homónimo con motor 2.0. El probador instantáneamente reconoce que el sonido del motor de dos litros y su respuesta al acelerador es mucho más contundente. La diferencia de rendimiento en pista es palpable: aventaja en casi cuatro segundos a su mellizo con motor de «litro y medio».
Y en un circuito corto, donde el tiempo más rápido ha sido de sólo 1:15,5. Y con todo, nuestro querido Steve Sutcliffe prefiere con creces al Mazda MX-5 con el motor de acceso. Cree que es más divertido, que nos permite jugar más con el cambio y estirar más las marchas. Además, su puesta a punto es algo más blanda, más orientada a las calles. Y gracias a ello se convierte en todo un juguete en una pista ratonera, permitiendo jugar mucho más con las masas del coche sin miedo a que su potencia nos muerda.
Así que el MX-5 con motor 2.0 es más rápido, pero el MX-5 con motor 1.5 es mucho más divertido.
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