Que Mercedes-Benz tiene planeado crear una generosa estirpe de modelos eléctricos no es ninguna novedad, tal y como deja patente su actual familia EQ. Pero lo que sí que es novedad es la estética del futuro Mercedes-Benz EQE en su variante SUV, modelo que, además de ser el homólogo eléctrico del GLE, promete ser tan feo como el polémico BMW iX, uno de sus rivales más directos.
Y es que la firma de la estrella ya anunció sus claras intenciones de «SUVerizar» toda su gama de vehículos eléctricos. Es decir, crear la correspondiente variante SUV de los actuales EQS, EQE y un hipotético EQC berlina cuyo compañero directo de gama en formato crossover es el ya existente y primogénito de la familia EQ, el EQC.
El Mercedes-Benz EQE promete una estética no del todo agraciada
De momento, Mercedes-Benz no ha proporcionado fechas de llegada para el EQE en su variante SUV, pero sí que se han avistado mulas de pruebas. Estas anuncian un alto nivel de desarrollo, lo que nos permite vaticinar ya no solo que el nuevo SUV eléctrico de Mercedes-Benz está a la vuelta de la esquina, sino también su poca agraciada estética.
El frontal del EQE SUV augura una parrilla de considerables dimensiones, las cuales se enfatizan frente a sus demás hermanos de gama al adaptarse a la envergadura del coche y no ayudan a ofrecer un conjunto armonioso. Unos faros rasgados y afilados son los encargados de terminar de confeccionar a una delantera totalmente tapiada en pro de una mejor aerodinámica y reducir el consumo energético.
La zaga, más recelosa de mostrarse en estas mulas de prueba, solo se insinúa con unos pilotos a juego con los delanteros y lo que para mí crea el desajuste aparente y principal del EQE: unas proporciones mal logradas. Y es que la descomunal anchura del pilar C, el corto voladizo posterior y la distancia entre ejes hacen que, a priori, el Mercedes-Benz EQE no resulte un coche demasiado atractivo. Veremos una vez presentado.
