El sector automovilístico tiene un claro favorito entre todos los segmentos existentes y es, nos pese lo que nos pese, el SUV. SUV pequeños, SUV compactos, SUV de 7 plazas y hasta SUV cabrios, fórmula que nunca ha cuajado muy bien como ya han experimentado Volkswagen con el T-Roc Cabrio y Land Rover con el Evoque Cabrio. Pero la falta de éxito de este maridaje lo descubrió Porsche mucho antes al coquetear con el que fue el primer SUV descapotable de todos los tiempos, el Porsche Cayenne Cabrio.
Bien es cierto que el Cayenne se encargó de salvar a la firma alemana en momentos de máxima necesidad, y a día de hoy sus altas ventas -junto a las del Macan- permiten que sigan existiendo vehículos como el 911. Puede que este fuese el motivo que alentase a los ingenieros de Porsche a plantear, y hasta materializar en forma de prototipo, a un Cayenne descapotable, aunque fueron lo suficientemente avispados como para descartarlo.
Así fue el primer SUV cabrio de la historia, el Porsche Cayenne
Fue en el año 2002 cuando Porsche lanzó a su salvavidas, y tan solo un año más tarde cuando se planteó esta curiosa criatura. Pese a que tan solo alcanzó la fase de prototipo, el Porsche Cayenne Cabrio mostraba los suficientes avances como para vaticinar el resultado final de esta arriesgada jugada. El frontal se respetó en todo momento, siendo el mismo que el del Porsche Cayenne convencional, pero fue la zaga la zona que más cambios iba a experimentar.
Lo primero fue suprimir el pilar B y las puertas posteriores, así como instalar un techo de lona y las modificaciones pertinentes que requiere un descapotable de tal envergadura. La trasera muestra dos planteamientos diferentes entre los cuales Porsche nunca se decidió, dejando un resultado que recuerda, en cierta manera, a un cuadro de Picasso.
La forma de los pilotos, la posición del portamatrículas, la defensa y el alerón eran algunos aspectos que estaban aún en el aire cuando se decidió declinar al Cayenne Cabrio. No obstante, lo que sí que estaba decidido era su tren motriz que, aunque no desvelaron información alguna, se sabía que iba a ser atmosférico y complementado con elementos del Cayenne Turbo, como los frenos. Sea como fuere, Porsche fue lo suficientemente sensata como para rechazar la idea.