Si hay algo común en la comunidad de aficionados al motor de Honda, ese algo son los swaps de motor. Especialmente si hablamos de viejos Honda Civic EG de los años noventa. En primer lugar, son coches de por sí muy ligeros, con una postura de conducción muy baja, y una plataforma extremadamente ágil. Si son divertidos con un motor de menos de 100 CV, cuando a la ecuación añadimos un motor K20 capaz de superar las 9.000 rpm y los 200 CV de potencia, se convierten en auténticos cohetes.
El vídeo que acompaña este artículo nos lo demuestra. El coche en cuestión es un Honda Civic del año 1993, que por fuera apenas destaca por unas llantas de aftermarket y una suspensión rebajada. En su interior lo único que nos llama la atención es una caja de cambios con short-shifter, idónea para acortar al máximo el recorrido de los cambios de marcha. En cuanto el youtuber AutoTopNL se pone en movimiento vemos que no es un Civic cualquiera. Especialmente cuando el motor supera las 5.500 rpm y entra en funcionamiento el sistema VTEC.
El coche empieza a acelerar de forma endiablada y a rugir hasta más de 9.000 rpm. Los cambios de marcha se suceden y el coche, de apenas una tonelada, gana velocidad con una facilidad pasmosa. Llama la atención cómo la aguja del velocímetro pasa de los 220 km/h máximos que indica el cuadro y comienza a aproximarse al cero en el sentido contrario. Si este coche es una auténtica fábrica de diversión y placer sensorial en la Autobahn, imaginaos de lo que sería capaz en un tramo bien revirado con un buen firme.