Algunos somos tan mayores que aún recordamos un tiempo en el que si no te decidías por un color a la hora de comprarte un coche aún tenías la opción de llevártelos todos.
En recuerdo del Arlequín original
Más allá de esta broma, la idea de decorar un coche con una suerte de collage de colores, en el que cada uno de sus paneles se había decorado con un acabado de pintura diferente, funcionaba allá por los años noventa.
Fue entonces cuando Volkswagen lanzó lo que acabaría convirtiéndose en un coche icónico, el Volkswagen Polo Harlequin, un buen retrato de aquellos coloridos años y también del esfuerzo que puso la marca alemana en acercarse con su utilitario al público más joven.
Reinventando el Arlequín
Casi veinte años después, Volkswagen ha tenido a bien recuperar esta idea, imaginando lo que podría ser un Volkswagen ID.3 con una combinación de diferentes colores al más puro estilo del Harlequin original.
Por desgracia estamos ante una broma, promovida por el equipo de prensa de Volkswagen Reino Unido para alegrarnos el April Fools’ Day, algo así como el equivalente al día de los Santos Inocentes en algunos países anglosajones, donde se acostumbra a realizar inocentadas, incluso desde los medios, y las propias marcas.
Como curiosidad, y hablando del Volkswagen Polo Arlequín clásico, Volkswagen escogió cuatro colores, rojo, azul, verde y amarillo, para decorar cada uno de los paneles. Y no fijó de qué color iría decorado cada panel. De manera que en las líneas de producción se combinaban los paneles de diferentes colores y el comprador final recibía su Polo Arlequín en la configuración que le hubiera tocado. Si ya es difícil encontrar un Volkswagen Polo Arlequín por la calle, encontrarnos con dos exactamente iguales es prácticamente imposible.