El Mazda3 es un compacto, del segmento C, fabricado por Mazda desde 2003. Actualmente se comercializa la cuarta generación, presentada en 2018. El Mazda3 se caracteriza por ser un coche de excelente calidad de construcción, tacto premium y gran dinámica de conducción. Se fabrica en la planta de Hofu, en Japón.
Entre los compactos que aspiran a rivalizar con el Mazda3 nos encontramos con otros compactos de su clase entre los que destacan el Volkswagen Golf, el Mercedes Clase A, el BMW Serie 1, el Audi A3 o el Peugeot 308.
Diseño exterior
El Mazda3 está disponible en dos versiones: compacto y berlina. El compacto (de cinco puertas) mide 4,460 metros de largo, 1,435 metros de alto y 1,795 metros de ancho. Tiene una batalla de 2,725 metros, un peso de 1.274 kilos y un maletero de 351 litros. La berlina (bautizada como Mazda3 Sedán) tiene tres volúmenes y cuatro puertas. Mide 4,660 metros de largo, 1,440 metros de alto y 1,795 metros de ancho. Tiene una batalla de 2,725 metros, un peso de 1.300 kilos y un maletero de 450 litros.
El Mazda3 fue el primer vehículo de la marca concebido con el lenguaje de diseño KODO. Destaca por su dinamismo y marcado look deportivo: luce trazos suaves, limpios y fluidos en todas sus vistas. En el frontal destaca su gran parrilla en forma de uve que se extiende hacia los afilados faros. En el perfil llaman la atención sus abultados pasos de rueda y en la zaga muestra, aún más, su personalidad con ese portón trasero inclinado en el que se integran los grupos ópticos circulares.
Gama de motores del Mazda3
La gama de motores del Mazda3 está integrada por dos opciones de gasolina, Skyactiv-G (122 CV) y e-Skyactiv-X (186 CV), que tienen un sistema de hibridación ligera: esta microhibridación no funciona como un híbrido puro: el coche nunca avanza en modo eléctrico sin la ayuda del motor térmico. Sí que dispone de la etiqueta Eco de la DGT.
Ambos motores pueden combinarse tanto con un cambio manual de seis relaciones como con una transmisión automática con el mismo número de marchas. Funcionan con mucha suavidad y presumen de unas buenas prestaciones. Además, entregan la potencia de manera lineal y progresiva.
La tecnología Skyactiv-X
La tecnología Skyactiv-X consiste en hacer funcionar un motor de gasolina quemando el combustible por compresión igual que lo haría un motor diésel, aunque en esta caso la ignición por compresión puede estar inducida por una chispa. La función de la chispa es incrementar la presión en la cámara, pero no quemar el combustible.
Estos motores tienen cuatro sensores que, en cada cámara, analizan las explosiones y la gestión electrónica decide (en tiempo real) cuánta presión de aire tiene que meter, a qué temperatura, cuál es la mezcla perfecta en función de la posición del acelerador y cuándo hay que activar (si es necesario) la chispa detonante.
Interior del Mazda3
En el interior el diseño es minimalista y emana una deportividad acorde con su filosofía. Las calidades y ajustes son excelentes, destacando el gran número de superficies mullidas terminadas en símil piel que hay por todo el habitáculo. La calidad percibida en botones, satélites del volante y puertas es elevada.
En el puesto de conducción el conductor ocupa una posición perfecta respecto a pedales, volante, palanca de cambios y visibilidad. El asiento es cómodo y envolvente. A esto hay que sumar el buen tacto de todos los mandos. Las plazas traseras, sin embargo, tienen un acceso complicado por culpa de la fuerte caída del techo que también compromete el espacio libre para la cabeza y, en consecuencia, la habitabilidad de esos asientos.
En el apartado tecnológico, el Mazda3 cuenta con un cuadro de instrumentos combina relojes analógicos con una pantalla central digital: un diseño bastante tradicional en el que sólo la parte central es mínimamente configurable. El salpicadero se caracteriza por su horizontalidad y por integrar perfectamente la pantalla central, que es flotante y mide 8,8 pulgadas. Esta superficie no es táctil y se maneja desde una rueda situada en la consola central: tiene cuatro botones de acceso directo y puede manejarse como un comando direccional: arriba-abajo-izquierda-derecha, girando o pulsándola.
En el apartado de asistencias a la conducción y seguridad encontramos un gran despliegue con tecnologías como la frenada autónoma de emergencia, alerta de tráfico cruzado, iluminación Full-LED adaptativa, detector de fatiga, alerta por cambio involuntario de carril, control de crucero adaptativo o sistema de visión 360º.
Dinámica del Mazda3
Sobre el asfalto el Mazda3 muestra una dirección tan precisa como comunicativa. Se nota que Mazda ha afinado el chasis para optimizar el comportamiento: el coche gira muy plano evidenciando un comportamiento muy neutro y fácil de controlar. Destaca, asimismo, el tacto del cambio con unos recorridos cortos y resistencia justa.
En autopistas y autovías tiene un elevado confort de marcha y un más que correcto aislamiento. En carreteras con curvas se mueve con decisión, aplomo y seguridad. En este último escenario, el Mazda3 cuenta con el sistema G-Vectoring Control Plus, que controla el par de giro rueda por rueda para ayudar al coche a mantener la trazada perfecta manteniendo, así, un comportamiento totalmente neutro.
Versiones: Mazda3 Sedán
El Mazda3 tiene una variante más: una berlina bautizada como Mazda3 Sedán. El diseño exterior e interior, el equipamiento tecnológico y de seguridad así como la gama mecánica son idénticos. Las diferencias residen en la forma (esta versión tiene tres volúmenes y cuatro puertas) y en las medidas: 4,660 metros de largo, 1,440 metros de alto y 1,795 metros de ancho: su longitud aumenta 20 milímetros frente al compacto. Tiene una batalla de 2,725 metros y pesa 1.300 kilos.
Las diferencias no se reducen únicamente a estos números, también son apreciables en la capacidad de carga del maletero que crece en 90 litros hasta alcanzar los 450. Una cifra realmente destacable si tenemos en cuenta el tamaño de la berlina japonesa. No obstante, el Mazda3 Sedán carece de portón y esta característica complica el transporte de objetos que son especialmente voluminosos.
El mayor tamaño del Mazda3 Sedán se traduce en un extra de espacio en su habitáculo, sobre todo para las personas que ocupan los asientos de la fila trasera: la habitabilidad de los mismos mejora respecto al compacto y se sitúa en la media del segmento. A pesar de ello, quizás, tres personas no viajen con todo el confort que tendrían si sólo fueran dos viajeros en la parte de atrás.