El Mercedes Clase G es un todoterreno fabricado por Mercedes-Benz desde 1979. Actualmente se comercializa la cuarta generación, presentada en 2018. El Mercedes Clase G se caracteriza por ser uno de los todoterrenos más auténticos que quedan, con un sencillo diseño «cuadrado», que se ha mantenido prácticamente inalterado desde que su producción arrancara en 1979, cuando fue concebido como un vehículo militar y de uso profesional. La «G» de su nombre hace referencia a la palabra Geländewagen, lo que podríamos traducir como “coche para el campo”. Su enfoque es del un todoterreno de lujo, con un precio de partida que supera holgadamente los 130.000 euros y un gran catálogo de personalización, también concebido para sus principales mercados en Oriente Medio. Se fabrica en la factoría de Magna Steyr en Austria.
Entre los todoterreno que aspiran a rivalizar con el Mercedes Clase G nos encontramos con otros automóviles de su clase, entre los que destacan el Land Rover Defender, el Toyota Land Cruiser, el Jeep Wrangler o el Ineos Grenadier.
Mercedes Clase G: el todoterreno de lujo
Con el paso del tiempo, el Mercedes Clase G se ha mantenido muy firme en su condición de auténtico todoterreno, lejos de SUV como el Mercedes GLE y de hecho ha mejorado muchas de sus capacidades fuera del asfalto pero además ha ido paulatinamente corrigiendo su condición de coche espartano para virar en dirección al lujo, mejorando notablemente en confort y equipamiento en sus sucesivas (y pequeñas) actualizaciones al tiempo que ganaba inserciones más cuidadas, acabados mejorados…
Con la cuarta generación del Mercedes Clase G de 2018 mantiene su filosofía de todoterreno tradicional y con grandes capacidades off-road, pero mejorando numerosos aspectos así como un equipamiento tecnológico incluso más sobresaliente.
El Mercedes Clase G completa la oferta de la marca, la cual cuenta con una generosa propuesta de SUV – como el Mercedes GLE y el Mercedes GLS.
El Clase G sigue conservando la arquitectura de largueros y travesaños, pero en este caso sustituyendo el tradicional eje rígido delantero por suspensiones independientes que mejoran el comportamiento en terrenos pavimentados.
El diseño rudo y robusto del Mercedes Clase G
Su diseño es robusto, con grandes capacidades off-road, siendo lujoso, potente, con un diseño tradicional y muy caro. El de su última generación era el mayor cambio realizado por la marca alemana a su todoterreno estrella en casi cuatro décadas con un gran cuidado para no modificar su identidad propia. Dispone de elementos nuevos como los faros LED o una completa renovación en el interior, destacando la presencia de dos grandes pantallas de 12,3″. Sin embargo, no se renuncia a elementos clásicos como la rueda de repuesto en el portón trasero.
Las medidas del Mercedes Clase G, partiendo de la versión estándar, pasan por una longitud de 4.817 mm, una anchura de 1.931 mm y una altura de 1.969 mm, aunque hay diferentes carrocerías y configuraciones que alteran estas cotas. Además cuenta con un ángulo de ataque y de salida de 30º, de mantenerse estable con una inclinación lateral de hasta 35°, una capacidad de vadeo de 70 cm (10 más que la anterior generación) y una altura libre disponible de 24,1 cm, 27 en el eje delantero.
Ha contado con una cura de adelgazamiento a base de la utilización de aceros de alta resistencia y aluminio en defensas, capó y puertas que le han permitido reducir en 170 kilogramos su peso total hasta situarse en los 2.429 kg. Las mayores dimensiones y la nueva distribución del espacio interior permiten además una mayor habitabilidad, con más espacio para piernas, hombros y codos.
El Mercedes Clase G ha abandonado el eje rígido delantero: quería un vehículo más ágil y cómodo en carretera, lo que ha conllevado renunciar al eje rígido delantero, para optar por un sistema de suspensiones independientes.
Motores gasolina y diésel del Mercedes Clase G
El Mercedes Clase G está disponible con tres motorizaciones térmicas, todas ellas dotadas además de tecnología microhíbrida de 48 voltios que aporta un plus de potencia y par motor. Para empezar tenemos G 450d que hace uso de 3.0 turbodiésel de 6 cilindros en línea con 367 CV (+20 CV) y 750 Nm (+200 Nm) y un G 500 con propulsor 3.0 Turbo gasolina de 6 cilindros en línea con 449 CV (+20 CV) y 560 Nm (+200 Nm).
Por encima de estos dos propulsores se sitúa la variante de corte más deportivo y prestacional, un Mercedes-AMG G 63 que hace uso de un 4.0 V8 Twin-Turbo capaz de desarrollar 585 CV (+20 CV) y 850 Nm (+200 Nm).
Todos los motores están asociados a un cambio 9G-TRONIC y, por supuesto, cuentan tracción total. Además debemos mencionar que cuenta con triple bloqueo de diferenciales y reductora (botón low-range) entre otras muchas virtudes off-road.
Mercedes-AMG Clase G 63, el más deportivo de todos
El Mercedes-AMG G 63 es la preparación deportiva sobre el todoterreno de la firma alemana. En este caso mantiene la filosofía con la que fue ideado el Clase G. En esta versión se opta por mejorar prácticamente todos los apartados mecánicos, empleando el motor 4.0 V8 Twin-Turbo. El propulsor empuja hasta los 585 CV de potencia a 6.500 rpm y un par de 850 Nm entre 2.500 y 3.500 rpm, asociado en este caso a una caja de cambios secuencial AMG Speedshift TCT de 9 velocidades y doble embrague.
Las prestaciones que asegura este Mercedes-AMG Clase G 63 le permiten hacer el 0 a 100 km/h en apenas 4,5 segundos, mientras que la velocidad punta es de 220 km/h, 240 km/h si eliges el paquete opcional denominado Driver. Las capacidades off-road vienen aseguradas en este caso por el sistema de tracción 4×4 AMG Performance 4Matic (40:60), la reductora (LOW RANGE, puede ser activada hasta 40 km/h) y tres bloqueos de diferencial.
Su altura libre respecto al suelo de 241 milímetros en el punto del diferencial del eje trasero demuestra que el compromiso de este vehículo con sus capacidades todoterreno siguen intactas. Exteriormente, destacan las llantas de 22 pulgadas firmadas por AMG, la introducción de nuevos cromados, una defensa en el paragolpes frontal y la adopción de una calandra que sustituye el diseño de tres laminas horizontal por uno con varillas verticales.
Mercedes G 580 EQ, el primer Clase G eléctrico
Con motivo de la renovación sufrida en 2024, el Mercedes Clase G estrenó por primera vez en su historia una variante 100% eléctrica denominada como G 580 EQ. Esta variante cuenta con una importante revisión del chasis para instalar la enorme batería de iones de litio, con 116 kWh de capacidad, además de un avanzado tren motriz con nada menos que cuatro propulsores eléctricos.
Gracias a esta configuración, el Mercedes Clase G eléctrico desarrolla 587 CV de potencia máxima y 1.164 Nm de par motor máximo, añadiendo a ello funciones especiales para la conducción off-road como son G-Turn o G-Steerin, facilitando así las maniobras fuera de asfalto. A todo ello se añade la presencia de reductora (2:1) y un sistema Crawl Control con el que mejorar la tracción en la práctica todoterreno.
Otro aspecto interesante de esta variante eléctrica es el hecho de que modifica las cotas del G, a mejor en la mayoría de casos. La altura libre al suelo pasa de 24,1 cm a 25 cm, mientras que la capacidad de vadeo se incrementa de 70 a 85 cm. Los ángulos también mejoran, aunque ligeramente. El ángulo de ataque se incementa de 31 a 32º y el ángulo de salida pasa de 30 a 30,7º. Es el ángulo ventral el que se reduce al pasar de 26 a 20,3º, una merma producida por la presencia de la batería y su armazón de fibra de carbono bajo el suelo del coche.