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Ford GT

Vista frontal y lateral que resalta las lineas aerodinámicas del Ford GT.

El Ford GT es un superdeportivo de motor central, fabricado por Ford desde 2005, e inspirado a su vez en el Ford GT40 de carreras de los años sesenta. Actualmente se comercializa la segunda generación, presentada en 2015 y comercializada en series muy limitadas. Seguir leyendo...

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Características del Ford GT

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El Ford GT es un superdeportivo de motor central, fabricado por Ford desde 2005, e inspirado a su vez en el Ford GT40 de carreras de los años sesenta. Actualmente se comercializa la segunda generación, presentada en 2015 y comercializada en series muy limitadas.

Entre los superdeportivos que aspiran a rivalizar con el Ford GT podríamos mencionar diferentes modelos de Ferrari, Lamborghini o McLaren, aunque su filosofía sea diferente. El Ford GT es más radical y limitado que un Ferrari F8 Tributo, pero no tan exclusivo como alguno de los encargos especiales que producen en series aún más limitadas marcas como ferrari o Lamborghini.

Ford GT: radical y apto para el día a día

El Ford GT destaca por ser un deportivo de muy altas prestaciones, biplaza, con motor central y vinculado muy estrechamente a la competición, con una arquitectura monocasco propia de un deportivo de carreras. En cualquier caso, más allá de tratarse de un deportivo muy radical, está preparado y equipado para ser utilizable en el día a día. Dispone de chasis monocasco y, en posición central trasera, de un motor V6 de 3.5 litros y 669 CV de potencia.

Ford Gt Heritage Gulf 0818 004

Ford GT: de los circuitos a la carretera

La segunda generación del Ford GT nace de un proyecto de competición. El Ford GT de calle es, esencialmente, y salvando las particularidades presentes en elementos aerodinámicos, sistemas de seguridad, y restricciones de rendimiento, el mismo deportivo de carreras desarrollado por Ford para competir en las 24 Horas de Le Mans. De ahí que el Ford GT goce de una arquitectura radical, incluso si la comparamos con la empleada en los mejores superdeportivos del mercado.

La búsqueda de un coche competitivo llevó a Ford a emplear una arquitectura de chasis monocasco de fibra de carbono y soluciones propias de un prototipo de carreras, como un esquema de suspensiones de tipo push-rod que, sin entrar en muchos detalles, y escondida bajo su carrocería, es muy parecida a la que se aprecia en los monoplazas de Fórmula 1. De serie, el Ford GT equipa también frenos carbocerámicos.

El objetivo de triunfar en competiciones de resistencia y grandes turismos, también llevó a Ford a emplear una arquitectura de motor central posterior, recurriendo a un motor sobrealimentado por turbo y con seis cilindros colocados en forma de uve, que entrega 669 CV de potencia.

2017 Ford Gt 17

El motor y las cifras del Ford GT

El Ford GT es un deportivo capaz de alcanzar los 347 km/h de velocidad máxima. Lo consigue gracias a una aerodinámica privilegiada y su motor EcoBoost V6 Twin Turbo, de 3.497 cm3, que en su última actualización (en 2020) llega a los 669 CV de potencia. Con un peso de 1.385 kilogramos, el Ford GT acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y de 0 a 200 km/h en 11 segundos.

2017 Ford Gt 19

Un deportivo de carreras, apto para el día a día

La estética del Ford GT es, indudablemente, muy agresiva y radical, y se asemeja por sus formas a la primera generación del Ford GT y al germen de este emblema de Ford, el deportivo de carreras que arrasó en las 24 Horas de Le Mans en los años sesenta. Su estética, en cualquier caso, es sobre todo moderna y atrevida, con detalles que vienen condicionados por las necesidades técnicas y aerodinámicas, como unas aletas traseras separadas de la sección de carrocería del habitáculo, que le confieren una apariencia tan especial.

Ford Gt Heritage Gulf 0818 009

A bordo del Ford GT

Por dentro, el Ford GT es un coche que bien podría calificarse de espartano, es sencillo, incluso modesto por algunos acabados, pero muy deportivo, alejándose de la apariencia lujosa y la calidad impecable que podemos encontrar en un Ferrari o un Lamborghini.

El Ford GT nos deja curiosidades realmente sorprendentes, como el hecho de que no cuente con asientos al uso. El Ford GT dispone de una especie de banqueta que se construye a la medida del propietario y que reposa directamente anclada sobre el monocasco de fibra de carbono. De esta forma, al acomodarnos en el puesto de conducción de un Ford GT no podemos ajustar la posición del asiento, tan solo reclinar levemente el respaldo, pero sí disponemos de un ajuste longitudinal para acercar o alejar los pedales y el volante.

No obstante, el Ford GT sí dispone de un sencillo sistema de entretenimiento y navegación y de aire acondicionado, así como de una deportiva y espectacular instrumentación digital.

Un Ford GT extremadamente bajo

Lo que más sorprende al ver un Ford GT en directo es lo extremadamente ancho y bajo que es. En su configuración más baja, el Ford GT apenas supera el metro de altura (1063 milímetros). Aún así, sigue siendo un coche práctico para el día a día. Y es que el Ford GT emplea un sistema de suspensiones neumáticas que es capaz de elevar la altura libre al suelo en más de 5 centímetros, para disponer de configuraciones más aptas para la conducción en carreteras públicas y entrar y salir en un garaje, o la configuración más extrema, baja, y aerodinámica, en la cual alcanza su velocidad máxima próxima a los 350 km/h.

La aerodinámica del Ford GT, insistimos, es propia de un deportivo de carreras. Si bien es cierto el Ford GT de competición emplea toda una serie de elementos fijos propios, más agresivos, que no serían homologables en un deportivo de calle. Por ejemplo, y a diferencia del Ford GT de competición que emplea un alerón fijo trasero enorme, el Ford GT de calle dispone de un alerón activo móvil, que se pliega a ras de la carrocería.

El legado del Ford GT40

El emblema Ford GT, más allá del superdeportivo de calle que hoy comercializa Ford, representa una de las grandes hazañas de la competición y de la historia del automóvil, la de aquellos Ford GT40 que acabaron con la hegemonía de Ferrari en las 24 Horas de Le Mans en los años sesenta.

Tras un proceso infructuoso por el que Ford negoció la compra de Ferrari, la marca del óvalo azul se propuso batir a los deportivos del cavallino rampante en su territorio, en una de las pruebas automovilísticas más importantes en Europa, las 24 Horas de Le Mans. Ford desarrolló un deportivo con motor V8 central, que se denominó Ford GT40, por las siglas de Gran Turismo, y sus 40 pulgadas de altura (1061 milímetros). Ford no solo consiguió crear un deportivo de carreras competitivo, sino también acabar con la hegemonía de los Ferrari (victoriosos en 6 ocasiones consecutivas desde 1960 hasta 1965), alzándose ganadores en el Circuit de la Sarthé cuatro veces seguidas (desde 1966 hasta 1969).

Ford recuperó el emblema GT en 2005, con el lanzamiento de un nuevo superdeportivo que recuperaba muy fielmente la imagen de los Ford GT40 de los años sesenta. Tras este, llegaría la segunda generación del Ford GT que hoy conocemos y que se presentó en 2015.

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