10:45 de la mañana en un gris y frío Madrid. Me pongo al volante de un Lexus GS F del que buena cuenta daremos en los próximos días y emprendo el camino a una cita con un modelo muy especial y que tenía bastantes ganas de conocer, un Alfa Romeo Giulia QV que ha llegado a Madrid para proponernos un breve primer encuentro, un rápido cara a cara con el BMW M3, con el Mercedes-AMG C 63 de Alfa Romeo. Las 11, aparco el GS F y sus 477 cv en un parking de la calle Serrano y me apresuro a entrar en el club privado escogido por la marca para su presentación…
Músculo, mucho músculo. Un pequeño grupo de compñaeros se arremolina ya a su alrededor. A lo largo de la mañana van a venir algunos posibles clientes de esta vitaminada berlina, clientes de Alfa Romeo que ya tienen en su garaje algún Quadrifoglio Verde, que tienen un Alfa romeo 4C.
La unidad que ha traído Alfa Romeo España luce un tono azulado que bajo la luz del flash de la cámara deja entrever ciertos matices adicionales, un toque como de purpurina. Me gusta ese capó, me gustan sus nervaduras, ventiladas, dirigiéndose hasta la parrilla frontal. Bonita estampa la del frente de este Giulia, esas tomas inferiores, la matrícula a un lado, sus ópticas con ese destello LED…
No podemos pasar por alto ese splitter delantero en fibra de carbono. Mientras lo fotografío se me acerca un miembro de la marca para puntualizarme que a 100 km/h ese alerón se despliega para favorecer el flujo de aire y darle mayor estabilidad al eje delantero. Tampoco podemos pasar por alto las dos tomas directas que conducen el aire hasta los frenos para refrigerarlos.
Prosigue mi vuelta alrededor de este italiano. Me gusta el diseño de sus llantas, de 19 pulgadas y cinco estilizados radios en forma de “Y” tras los que se esconde un gran disco de freno y una pinza de freno negra sobre la que se ha impreso un “Alfa romeo” con una bonita grafía. Por encima de esta llanta una branquia que colabora activamente en ese músculo que destila esta berlina y más allá el clásico trébol en una clásica, bonita y bien engarzada placa sobre la aleta.
Recorro el lateral pendiente de esa talonera también confeccionada en fibra de carbono y llego a su zaga, una zaga donde de nuevo la fibra de carbono se encuentra presente, en su alerón de tipo lip, una zaga donde nuestra mirada se dirige automáticamente a esas salidas de escape, a ese difusor. Me asomo bajo el coche, planto la cámara y mi vista y el objetivo de mi cámara sólo llega a ver una suerte de fondo aparentemente plano.
Un compañero tiene que grabar un vídeo, abandonamos por unos minutos la sala, esperamos en un patio donde la firma ha traído para la ocasión a un Alfa Romeo Giulietta QV, a un Alfa Romeo 4C Spider. Me encanta el 4C, más ahora que lo podemos descapotar. Su línea, la melodía mecánica que llega al habitáculo, lo que representa, como además de exclusivo es excluyente… pero volvamos al Giulia.
¿Alguien esperaba un mal trabajo en términos de diseño? Creo que la mayoría teníamos muy claro que este Giulia iba a ser bonito y efectivamente, no nos han defraudado. Se siente deportivo, se siente italiano y se siente ese salto generacional anunciado por el Alfa Romeo 4C y corroborado por el modelo que tenemos precisamente hoy delante.
Alzamos su capó. No pesa nada. Bajo la capa de pintura, por la parte inferior, se vislumbra la fibra de carbono. Alfa romeo ha recurrido a este material para confeccionar su capó, también el techo y al abrir las puertas para adentrarnos en su habitáculo, más adelante, nos toparemos con una ligereza inusual fruto de la presencia del aluminio.
Ante nosotros el V6 de 2.9 litros de origen Ferrari, con 510 caballos, sobrealimentado por un sistema biturbo, entregando la potencia el eje posterior… no, por desgracia hoy no lo vamos a poder conducir. Tendremos que esperar aún unos cuantos meses, pero no puedo tener ya más ganas de descubrir como se desenvuelve dinámicamente esta berlina, de ver si es capaz de hacerle sombra a esa espectacular puesta a punto del BMW M3.
Dejo para el final su habitáculo y es precisamente uno de los puntos que más ganas tenía de conocer en persona. Por las pocas fotos que nos han llegado, por comprobar sus ajustes y calidades.
La sensación al abrir las puertas de aluminio es un tanto extraña por lo poco que pesan y curiosamente las puertas traseras no se mantienen abiertas, cerrándose si no las sujetamos. Una vez sentados en el puesto del conductor nos topamos primero con un volante que lleva hasta uno de sus radios al botón de arranque, un detalle muy deportivo y que luce un diseño bastante atractivo, sencillo, con un aro fino.
En líneas generales el salpicadero del Giulia se presenta con ese aire sencillo que mentaba al hablar de su volante, algo que se palpa en las tres ruletas del puente central, en una consola en la que sólo se han situado los botones de la climatización.
Me gusta su pomo del cambio, en aluminio, clásico. Me gusta la fibra de carbono que se reparte por el salpicadero, por el puente central. Su instrumentación es clara, dos esferas también clásicas y un display digital de generoso tamaño en el centro. Bien.
Junto a la ruleta que se encarga de controlar el sistema multimedia, una solución ya extendida en otras marcas como BMW y Audi, nos encontramos con una segunda ruleta encargada de gestionar los modos de conducción, el ya conocido DNA.
Buenas calidades, una atmósfera premium bien conseguida, bien resuelta y unos asientos cómodos y con un aparentemente buen agarre lateral que además lucen una cubierta trasera en fibra de carbono de excepcional presencia.
Me gusta la simplicidad palpable en ciertos detalles, me gusta el diseño que se ha escogido para su volante, para la palanca del cambio manual, para sus asientos.
La luz de la habitación donde nos encontramos no es precisamente la mejor para sacar alguna foto de su habitáculo, doy el salto a las plazas posteriores.
Tras el mencionado detalle de las puertas, tras esa rara solución de unas puertas traseras que no pueden permanecer abiertas si no las sujetamos, nos encontramos con unas plazas traseras con una buena habitabilidad, con la salvedad de ese túnel de la transmisión bien marcado. La butaca trasera queda recubierta en cuero y alcántara, los tiradores se presentan en aluminio y nuestra visión queda deslumbrada por las espaldas de los buckets de las plazas delanteras.
Nuestro primer encuentro con el Alfa Romeo Giulia llega a su fin. Me hago con uno de los catálogos del Giulia QV, por puro afán de coleccionismo y le echo un último vistazo al Giulia. Sí, me convence lo que he visto, me ha gustado su aspecto, me han gustado los acabados y el aspecto de su interior y sólo me queda por comprobar de que es capaz su V6 y como se ha puesto a punto su chasis, ¿será capaz de sorprendernos en este sentido?