Los aranceles a los coches eléctricos fabricados en China podrían convertirse en un verdadero tiro en el pie para la Unión Europea, perjudicando a su propio tejido industrial, si las advertencias del CEO de SEAT y CUPRA, Wayne Griffiths, se acaban cumpliendo.
Había un doble objetivo de la Unión Europea tras la implantación de los aranceles específicos a los coches eléctricos fabricados en China. Por un lado, equiparar competencias entre los fabricantes chinos y europeos para que los precios de estos coches se ajusten en Europa de manera más equiparable, mientras que por otro, disuadir con ello a fabricantes tanto europeos como americanos o japoneses a la hora de comercializar aquí coches fabricados en China.
CUPRA Tavascan
El Tavascan se planteaba como el coche más puntero de SEAT, pero puede acabar siendo una trampa.
Imágenes del CUPRA Tavascán
Dentro de este contexto, se da una situación crítica para SEAT. Y es que su primer coche eléctrico, comercializado bajo la marca CUPRA, se decidió que iba a ser fabricado en China.
Hasta la fecha, el resultado de la medida tomada por la Unión Europea, lejos de tener efectos positivos, ha acabado por perjudicar más a los fabricantes del Viejo Continente que a los chinos. La prueba de ello reside en que marcas como BYD, MG, Omoda o Jaecoo no han subido el precio de sus coches: siguen siendo igual de competitivos que antes, mientras que a fabricantes europeos como SEAT, que tiene en el Tavascan en China un coche clave para su desarrollo a corto plazo, se le han complicado las cuentas.
Tal y como señala Griffiths, hay poco tiempo para actuar, ya que vender un coche eléctrico de 50.000 o 60.000 euros en volúmenes relevantes para poder tener efecto, a su vez, en las cuentas impuestas por la UE con la normativa CAFE, no es fácil. Esto acabará derivando a multas que se calculan por cientos de millones de euros si no se revierte la situación.
Ha señalado Griffiths recientemente en una entrevista publicada por Reuters, en relación a esta situación: «No tenemos mucho tiempo. Necesitamos llegar a una solución dentro del primer trimestre». Prosigue: «CUPRA es nuestro cambio de juego, es lo que nos hizo rentables como empresa. Si CUPRA está en riesgo, SEAT está en riesgo».
El alemán señala que compensar las pérdidas que están calculando no se puede hacer «de la noche a la mañana» y que lo que puede acabar pasando es que opten por «reducir la producción de motores de combustión y empezar a despedir gente».
Para acabar, aunque es SEAT la marca que, obviamente, más preocupa en España, lo cierto es que en la misma situación hay muchas firmas europeas que tienen coches eléctricos de volumen relativamente importante afectados por ambas medidas. El Dacia Spring es uno de ellos, mientras que BMW también produce en China los iX3 y MINI Cooper SE.
Imágenes del CUPRA Tavascán
