Nadie en la Comisión Europea podía imaginar que poner más aranceles a los coches eléctricos chinos podría aumentar la venta de coches más contaminantes. Pero está pasando: las ventas de coches chinos en Europa se han disparado en 2025, y esto viene acompañado de un problema con el que quería luchar la UE: las emisiones de CO2. Y también es un problema para los fabricantes.
A estas alturas, nadie puede contener el avance de los fabricantes chinos. Han pisado el acelerador y sus ventas han subido un 78% en los tres primeros meses de 2025, duplicando su cuota de mercado respecto al mismo periodo del año anterior. Pero hay un problema que empieza a preocupar, sobre todo a los propios fabricantes: las emisiones de CO2.

Omoda 5
Imágenes del MG ZS






El boom de los coches chinos trae consigo más emisiones
Más allá de los números de ventas, lo que está pasando este 2025 es un cambio de estrategia en toda regla. Las normativas de emisiones de la Unión Europea están obligando a los fabricantes a repensar su oferta. El objetivo ya no es sólo vender mucho, sino vender lo correcto. Y esto significa vender una determinada proporción de coches eléctricos o híbridos enchufables para no exceder el límite de emisiones de CO2 de la normativa CAFE y acabar pagando las multas correspondientes.
Aunque algunos fabricantes chinos venden exclusivamente eléctricos o híbridos enchufables, por ejemplo BYD, otros como MG siguen apostando por una oferta variada donde los coches de gasolina (incluso sin hibridación) siguen teniendo mucho peso.
En España tenemos un buen ejemplo: el SUV más barato en nuestro país es el MG ZS 1.5 VTI de gasolina, un coche sencillo, pero práctico, a la venta desde 14.890 €. Un precio sin rival entre los SUV de tamaño compacto. También tiene versiones híbridas y eléctricas, pero lógicamente, con ese precio el gasolina se vende como churros. El problema está en sus 149 g/km de CO2.
Dos fabricantes chinos con éxito superan el límite de CO2
MG, propiedad de SAIC, tiene un 13% de cuota en eléctricos en Europa (sobre el total de sus ventas). Claramente insuficiente, porque sus emisiones medias de CO2 superan en más de 15 g/km el objetivo asignado, según datos recogidos por Dataforce.
El caso de Chery, con sus marcas Omoda y Jaecoo, es más extremo: tiene un 6% de eléctricos y un 20% de híbridos enchufables. La mayoría no son enchufables y esto hace que Chery esté 47 g/km por encima de su límite. Un desfase que le llevaría directa al pago de una cuantiosa multa: 95 euros por cada gramo que supere el límite y multiplicado por el total de coches vendidos.
Los fabricantes tienen 3 años más de margen
Esta situación no beneficia a la propia UE, que tiene ambiciosos objetivos de descarbonización, ni a los fabricantes. Sin embargo, hay una buena noticia para MG, Chery y el resto de fabricantes que están por encima del límite: la Comisión Europea dará tres años más de margen antes de imponer las multas. Aunque no será gratis.
Aunque estaba previsto empezar con este sistema en 2025, los fabricantes pidieron una moratoria para retrasar la medida hasta 2027, alegando que las multas podrían costar hasta 16.000 millones de euros a la industria. En un principio la Comisión Europea se mostró reacia, pero finalmente cedió.
En lugar de imponer multas este mismo 2025, se calculará la media de emisiones de los vehículos vendidos en 2025, 2026 y 2027, aplazando las sanciones hasta ese año. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, justificó esta decisión señalando que daba más flexibilidad a los fabricantes sin cambiar los objetivos a largo plazo.
En caso de no llegar al objetivo de eléctricos necesario, fabricantes como MG o Chery tienen dos opciones para evitar pagar multas. Vender menos coches de gasolina o comprar créditos de carbono a otros fabricantes que están muy por debajo de los límites de CO2. Un negocio que resulta muy rentable a Tesla -que sólo vende coches sin emisiones- y que podría beneficiar también a BYD.
Imágenes del Omoda 5






Fuente: Autonews