Cada vez se venden menos diésel en Europa. Es un hecho. Los escándalos de los últimos años, el punto de mira en el que se ha puesto a los motores de gasóleo, y las medidas que se están tomando en muchas ciudades para paliar la contaminación, están contribuyendo a desarrollar esa espiral que amenaza con acabar con los diésel. Pero no nos equivoquemos, los diésel no han muerto. Los medios alemanes hoy dirigían su atención a la marca Audi, y sus próximos lanzamientos. De hecho, aseguran que Audi podría comenzar la retirada de sus diésel a partir del año que viene, empezando por el Audi A1, que comenzará a fabricarse en 2018 en Martorell. Esa retirada continuaría en otros modelos como el Audi A3. ¿Pero es creíble que Audi, que durante tantos años desarrolló y promovió el diésel, vaya a deshacerse de él?
Auto Motor Und Sport publicaba (ver noticia en Focus.de) que el primer modelo – para todos los públicos – en prescindir del diésel sería el Audi A1. Aunque aún nos cueste creerlo, la noticia puede tener incluso su lógica. Si una marca comienza a retirar los diésel de su gama lo más probable es que comience a hacerlo por sus modelos más pequeños.
Audi A1
Serán precisamente los más pequeños los que tengan más problemas para cumplir con las nuevas normativas de emisiones y en los que el diésel esté menos justificado, con motores de gasolina cada vez más compactos y ahorradores. Aún así, es difícil imaginar que el Audi A1 vaya a prescindir de un motor diésel el año que viene, y aún más que el Audi A3 haga lo propio en su relevo generacional.
Es difícil creerlo por varias razones. La primera, que la inversión que Audi y el Grupo Volkswagen, en su totalidad, ha hecho en esta tecnología, nos invita a pensar que les llevará a defenderla durante muchos años, antes de retirarla de sus productos. El dominio del Grupo Volkswagen en muchos mercados se ha fraguado en gran medida gracias a los diésel. Por extensión, la industria alemana sería de las más perjudicadas con la desaparición de los diésel. De hecho, en los últimos meses hemos visto numerosas muestras de acercamiento de las marcas alemanas hacia las autoridades, que demuestran que, antes de acabar con el diésel, están dispuestas a invertir grandes sumas de dinero por salvarlo.
La segunda razón, y quizás más importante, que los compromisos de reducción de emisiones de CO2 suscritos por los fabricantes difícilmente podrían cumplirse, a corto plazo, prescindiendo del diésel. De hecho, el cambio de la tendencia en el mercado y la caída que las ventas de los diésel están sufriendo en muchos países, incluido España, es un imprevisto más para los fabricantes europeos. En los próximos años tendrán que cumplir con una media de emisiones de CO2 en sus coches vendidos cada vez más exigente. Y eso no es nada sencillo para un fabricante cuya gama se compone de productos que, en su mayoría, distan mucho del utilitario urbano con un motor muy pequeño. Y aún menos si eliminamos de la ecuación al diésel.
Os recomiendo visualizar está gráfica animada de emisiones medias de CO2 por fabricantes, y su evolución en los últimos años, de la web de la Unión Europea.
Por último, que Audi comenzase la retirada de los diésel implicaría un golpe para todo el Grupo Volkswagen, que sigue defendiendo esta tecnología. Ya hemos visto cómo los diésel se resisten incluso a marcharse de marcas que, como Porsche, probablemente serían las menos perjudicadas si prescindieran del él, y sí han tenido demasiados problemas con los motores de gasóleo en los últimos meses.
Por otro lado nos consta que el Grupo Volkswagen sigue trabajando en el desarrollo de sus diésel, y no tiene prevista su retirada. Ya hemos visto cómo los relevos generacionales de Volkswagen Polo y SEAT Ibiza mantenían sus diésel. En los próximos años veremos cómo las importantes inversiones que el Grupo Volkswagen está realizando en eléctricos se verán materializadas en productos definitivos, que llegarán a los concesionarios, y que veremos por la calle como a día de hoy vemos cada vez más Tesla, o Nissan Leaf.
También veremos cada vez más productos que asocian su motor de gasolina a sistemas microhíbridos de 48 voltios. Pero es difícil pensar que los diésel vayan a marcharse tan pronto y que Audi comience su retirada el próximo año. Insistimos en que el día en que se produzca esa retirada, que se producirá, sí es probable que comience por los más pequeños de la gama. Pero pensar que va a comenzar en 2018, y que seguirá más tarde con el Audi A3, de momento es demasiado atrevido, al menos con los datos de que disponemos.
Más imágenes del Audi A1, cuya próxima generación se producirá en Martorell, en la siguiente galería: