Bentley ha introducido una variante con motor V8 en su berlina de representación Flying Spur, perfilando así una versión de acceso «más económica» y con el conductor en mente, para que pueda ser usada en el día a día y con el Rolls-Royce Ghost, pero sobre todo, la nueva generación del Mercedes Clase S, en el punto de mira.
A veces, menos es más
La gran novedad de este británico no es otra que la introducción del mencionado bloque V8 a 90 grados, un propulsor de cuatro litros que desarrolla una potencia de 550 CV y un descomunal par motor de 770 Nm. Para ello, Bentley a recurrido a dos turbocompresores twin-scroll que consiguen mejorar la entrega de par a bajas vueltas, y que se han dispuesto en el interior de la V para que el recorrido de los gases de escape hasta ellos sea menor y la respuesta lo más inmediata posible.
Bentley Flying Spur
Sin embargo, lo más interesante de este V8 es que permite un ahorro de combustible que los de Crewe cifran en un 16 % aproximadamente, y que lo convierten un esa alternativa para el día a día. En gran medida ese menor consumo se debe al sistema de desconexión de cilindros, el cual actúa en sólo 20 milisegundos (0,020 segundos), entrando en funcionamiento ese modo 4 cilindros siempre y cuando el motor gire a menos de 3.000 r.p.m. y la demanda de par sea inferior 235 Nm.
Siguiendo con esa idea de mejorar la experiencia de conducción, con el bloque V8 el Flying Spur reduce su peso en 100 kg respecto a la versión W12, lo que se traduce en una mayor agilidad y mejor reparto de pesos. En la búsqueda de esa mayor agilidad también se suman soluciones ya conocidas en marca británica, como una suspensión neumática adaptativa, un sistema antibalanceo activo de 48 V que es capaz de generar un momento de 1.300 Nm en 0,3 segundos para contrarrestar la inclinación de la carrocería en curvas y la dirección en ambos ejes, la cual hace que a baja velocidad las ruedas traseras giren en sentido opuesto de las delanteras, lo que reduce el radio de giro, y en el mismo sentido a altas velocidades para conseguir una mayor estabilidad.
Menos cilindros, pero igual Bentley que siempre
No por contar con un motor más pequeños de acceso este Flying Spur renuncia al lujo y buen hacer de Bentley y los especialistas de Mulliner, siendo prueba de ello que es posible elegirlo incluso hasta en 60 colores diferentes o con gadgets tan impresionantes e innecesarios como una nevera con capacidad para dos botellas de champagne.
Así, en este alarde de suntuosidad cabe mencionar que cuenta con el ya conocido display giratorio que alterna entre la pantalla de 12,3″ del equipo multimedia con conectividad Apple CarPlay, tres indicadores anológicos y una superficie lisa de madera, además de la posibilidad de dotarlo con las llantas opcionales de 22 pulgadas negro brillo Mulliner, una configuración exterior blackline o una tablet para que los pasajeros de las plazas posteriores (que por cierto, es posible seleccionarlo con 4 o 5 plazas) controlen todo el sistema multimedia o funciones como la calefacción en los asientos o la regulación de los mismos.
Las primeras unidades del nuevo Bentley Flying Spur V8 serán entregadas a finales del 2020 en Europa y Reino Unido, uniéndose el resto de mercados a principios de 2021.