Si solamente pudieras conducir un coche más en tu vida una última vez, ¿cuál sería? ¿Tu primer coche, tu favorito o el que aparece en tus sueños? Christian von Koenigsegg, Gordon Murray, Mate Rimac y John Hennessey, nombres propios del mundo del motor que han tenido que responder a esta pregunta… y sus respuestas no son las que muchos esperarían.
Esta ha sido la cuestión que les han planteado en ‘The Ultimate Car Boss Chat’, de Top Gear, y cabe pensar que elegirían alguno de sus modelos, ejemplares exclusivos o muy prestacionales… No es el caso de Christian von Koenigsegg, que haría ese último viaje con un modelo tan asequible como divertido: su Mazda MX-5 NA, que compró cuando tenía 19 años y todavía conduce casi todas las semanas. Afirma que es un “buen ejemplo de cómo un coche puede ser divertido sin tener una gran cifra de potencia”.
Christian von Koenigsegg y su Mazda MX-5
Mazda MX-5
La historia de este coche no es una más: fue en 1992 cuando compró una unidad de la primera generación del Miata. Un tiempo en el que también comenzó a dar vueltas a la idea de crear una marca de coches capaz de superar a las más ilustres del mundo del motor. A pesar del enorme valor sentimental que tenía, acabó vendiendo aquel Mazda MX-5 y le perdió la pista.
Muchos años después, uno de los empleados de Koenigsegg participó en una concentración de coches clásicos en la Isla de Öland (Suecia) y se encontró con un Mazda MX-5 negro, cuyo propietario afirmaba que había pertenecido a Christian von Koenigsegg. Le pidió su número de teléfono y se lo dio a su jefe: le llamó, confirmó que era su Miata y supo que tenía que recuperarlo. Eso sí, reconoció que tuvo que pagar un precio demasiado alto para ello.
How Christian von Koenigsegg bought back his first Mazda Miata. https://t.co/8GMpHSezPd pic.twitter.com/g0gbcSUJp7
— Road & Track (@RoadandTrack) March 27, 2019
Murray, Rimac y Hennessey
¿Qué respondieron los demás? Gordon Murray eligió uno de los vehículos que sirvieron de inspiración para desarrollar, precisamente, el Mazda MX-5: el Lotus Elan Serie 3. Contó, también, que, cuando estaban desarrollando el McLaren F1, la velocidad máxima no estaba entre los intereses prioritarios. La única razón por la que quisieron cómo de rápido podía ir era para determinar las relaciones de transmisión: varias décadas después de haber alcanzado los 386,4 km/h, sigue siendo el vehículo de producción impulsado por un motor atmosférico más rápido del mundo.
Mate Rimac, por su parte, eligió un BMW M3 E30 y contó lo complicado que ha sido construir su empresa desde cero: no en vano, Rimac ha estado al borde de la bancarrota varias veces. Confesó, al mismo tiempo, que la situación fue especialmente complicada después del accidente de Richard Hammond y también habló sobre su proyecto original: convertir un BMW E30 323i de 1984 en un coche eléctrico. Por último, John Hennessey se queda con el Oldsmobile Cutlass 442 Convertible de 1969 que su mujer y sus hijos le regalaron cuando cumplió sesenta años.