Koenigsegg es uno de los fabricantes de coches más exclusivos y caros del momento. Su nuevo Koenigsegg Jesko tendrá un precio cercano a los dos millones de euros, y podría superar los 500 km/h gracias a su espectacular aerodinámica y una revolucionaria caja de cambios de nueve relaciones… y siete embragues. Quien conozca la historia de Koenigsegg sabrá que los orígenes de la marca son humildes, con los pies plantados en la tierra. De hecho, Christian von Koenigsegg tenía una empresa avícola antes de dedicarse a fabricar supercoches. Y uno de sus primeros coches fue un precioso Mazda MX-5.
Concretamente un Mazda MX-5 NA de primera generación, un coche del año 1992 pintado en color negro. En la foto que incluimos bajo estas líneas podemos ver a Christian von Koenigsegg y su esposa, junto al roadster japonés. La foto no tiene fecha, pero por la mata de pelo de Christian… asumimos que tiene en torno a 20 años. Un detalle que mucha gente no suele tener en cuenta, es que la familia Koenigsegg no se mueve en coches de la marca: Christian conduce un Tesla Model S y su mujer conduce un Volvo XC90 habitualmente, además de un Porsche 911 Targa, según informan desde Road & Track.
Mazda MX-5
Christian von Koenigsegg conoció a su mujer hace unos 27 años. Asumimos que entonces él conducía el Mazda MX-5 negro que preside estas líneas. Es sencillo ver por qué es un coche con un enorme valor sentimental. Habrá sido el protagonista de viajes de pareja, habrá estado presente en sus primeras reuniones de negocios y en momentos clave de la vida de la pareja. Aquél Mazda MX-5 cargado de recuerdos fue vendido por Christian hace años y años, y como suele ocurrir con los coches que uno vende, se les suele perder la pista. Sin embargo, el destino es a veces caprichoso.
El jefe de transporte de Koenigsegg asistió hace meses a una concentración de coches clásicos en la isla de Öland, en pleno Báltico. Curiosamente, en aquél sencillo evento de aficionados había un Mazda MX-5, cuyo propietario afirmaba que había sido el coche de Christian von Koenigsegg. Tras una conversación con su dueño, Christian von Koenigsegg confirmó que aquél era efectivamente su coche. Naturalmente, tenía que recuperarlo. Christian admite que pagó un precio superior al de mercado por recuperar su antiguo Miata. Pero ahora puede disfrutar de nuevo del coche de su juventud.
El sueco afirma que el coche es tan divertido como lo recordaba, además de estar en un excelente estado mecánico y estético. Aunque Koenigsegg fabrica coches de más de 1.000 CV de potencia, le asombra cómo un coche con apenas 110 CV de potencia puede ser tan divertido. En sus propias palabras, «una lección que siempre debes tener en tu cabeza cuando desarrollas coches realmente potentes y rápidos».
Galería de fotos del Koenigsegg Jesko
Fuente: R&T