No es ninguna sorpresa contaros que la oferta de vehículos se ha reducido y se ha encarecido. Un problema que no sólo afecta a las unidades nuevas, también a las de alquiler. En 2022, la crisis de los semiconductores y los microchips así como la falta de stock y los retrasos en las entregas puede hacer que conseguir un coche de alquiler sea complicado… y muy caro.
Si tienes planeado alquilar un coche en tu destino vacacional, tanto la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos Con y Sin Conductor (Fenesval) como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconsejan reservarlo cuanto antes para evitar dos grandes problemas: no encontrar ninguna unidad o encontrarlas a precios desorbitados. Y es que en este sector se ha desatado la tormenta perfecta con el resurgimiento del turismo y la escasez de vehículos.
¿Por qué los coches de alquiler son tan caros?
Como apuntábamos hace un momento, esta pregunta tiene dos respuestas. La primera de ellas es la recuperación del turismo que se ha vivido desde 2021, momento en el que las restricciones derivadas del coronavirus empezaron a relajarse. La segunda es la reducción del parque de las alquiladoras: está un 30% por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia.
En 2022, debido a la escasez de chips, las marcas de coches no han fabricado las unidades habituales, han dado prioridad a los modelos que más margen generan dejando en un segundo a los vehículos pequeños y baratos que suelen alquilar los turistas y, finalmente, han destinado una proporción menor de su producción a empresas de alquiler. The Washington Post recoge los datos de Europcar al respecto: esa asignación ha pasado de un 7-12% a un 4-7%.
Los viajes han aumentado, pero los servicios de alquiler carecen de vehículos suficientes para satisfacer la demanda. El resultado es evidente: la oferta es, cada vez, más cara.
Coches de alquiler más caros y más viejos
Las empresas de alquiler de coches tienen que ser ágiles para no dejar a los clientes con las manos vacías y para lograrlo han encontrado dos soluciones. La primera de ellas pasa por mantener los coches de su flota durante más tiempo de lo normal: la misma información desvela que la edad media de un vehículo de alquiler solía ser inferior a los 18 meses, pero ahora las flotas utilizan modelos que podrían tener más de dos años.
La segunda consiste en ampliar su lista de proveedores abriendo las puertas a la llegada de modelos asiáticos o adquirir modelos de segunda mano. Esto significa que los clientes pagarán precios más altos por coches más viejos.
Un ejemplo
En 2021, según Bloomberg, el precio de los coches de alquiler había subido un 143% comparado con el mismo mes (mayo) de 2019. No en vano, algunas empresas pasaron de cobrar, de media, entre 30 y 50 euros al día a tener unas tarifas que oscilaban entre los 130 y los 175 euros. Ponía, además, un ejemplo para comprender mejor la situación: un alquiler de un Volkswagen Polo con Europcar durante la última semana de julio en Palma de Mallorca costaba 880 euros. Este año puede superar los 1.000 euros.
Una posible solución
¿Existen alternativas al alquiler tradicional? Los clientes que estén dispuestos a ello pueden decantarse por el transporte público para moverse por el destino que han elegido para sus vacaciones, por el coche compartido o por servicios de VTC y taxi. Es posible que sea más asequible que el alquiler de un coche, que, en el contexto actual, puede llegar a costar lo mismo o, incluso, más que un billete de avión. Y a esto hay que añadir el hecho de alquilar un coche antiguo con un considerable número de kilómetros recorridos.