Una vez más hemos vuelto al Circuito 4×4 de Ocaña Raid Aventura para enfrentar, en este caso, a tres colosos del 4×4: el Jeep Wrangler Rubicon, el Ford Ranger Raptor y el Toyota Land Cruiser. En esta ocasión hemos seleccionado directamente las 4 pruebas más complicadas del circuito, dado el nivel de los contendientes, y hemos logrado una contienda de lo más reñido entre coches muy diferentes entre sí. ¡Empezamos!
Empecemos por las diferencias entre los tres coches, que son muchas: El Jeep Wrangler Rubicon lleva doble eje rígido y tres diferenciales bloqueables, el Ford Ranger Raptor lleva suspensiones de competición pero sólo bloquea el diferencial posterior (central no lleva, por lo que es un 4×4 conectable) y finalmente el Toyota Land Cruiser lleva suspensión independiente delantera, eje rígido posterior, bloqueo del diferencial central y Torsen trasero, todo ello bien aderezado con su casi mágico Crawl Control electrónico.
Jeep Wrangler
Vamos a ver qué tal juega cada uno sus cartas…
Batidora de tierra resbaladiza
En este primer obstáculo, constituido por sucesivos cruces de puentes sobre tierra muy resbaladiza, ya se empiezan a ver las diferencias entre los distintos sistemas de tracción.
El ganador claro de este primer asalto es el Wrangler, que impone su ley con el triple bloqueo de diferenciales y sin electrónica de tracción. Una vez más, queda demostrado que la sincronización mecánica entre las ruedas es más poderoso y eficaz que cualquier sistema reactivo gobernado por la electrónica. Incluso el Raptor, que bloquea diferencial trasero y carece de diferencial central, al final sufre pérdidas de adherencia que le hacen resbalar incluso del tren trasero. El Toyota por su parte es el que más sufre en esta subida, aunque hay que reconocer que los tres llegan a la cima con bastante autoridad.
«Pesadilla blanca» con tierra y piedras
Este es un obstáculo de tierra y piedras con una gran pendiente al final entre socavones que provocan fuertes cruces de puentes y que ha dejado atrás a vehículos tan destacados como el Suzuki Jimny, incapaz de llegar hasta arriba, o el propio Toyota Hilux, que sucumbió a la dificultad de este obstáculo en nuestra comparativa de pickups.
El primero en subir es el Land Cruiser, que supera el obstáculo de nuevo sufriendo, pero con una enorme sensación de control para el conductor. el Crawl Control se encuentra aquí en su salsa y sólo le podemos achacar que es algo ruidoso y puede llegar a dar la sensación de que no va todo bien (el sistema equivalente de Land Rover, por poner otro ejemplo, no hace ningún ruido).
En el turno del Raptor, hace valer sus enormes ruedas y una capacidad de tracción superior, llegando arriba con facilidad, pero es de nuevo el Wrangler con sus 4 ruedas sincronizadas mecánicamente el único que no patina en ningún momento y el que se lo pone más fácil al conductor.
El escalón: subiendo por rocas
El escalón es tal vez el obstáculo más extremo del circuito. Se trata de un peldaño de roca de unos 40 cm de altura que se encuetra al final de una fuerte pendiente ascendente, todo un reto de tracción y cotas.
En este caso, tanto el Land Cruiser como el Wrangler necesitan un pequeño impulso para llegar a superarlo y es el Raptor, con sus enormes ruedas de 33″ (las más grandes de la comparativa) y su enorme distancia entre ejes el único que es capaz de subirlo a la primera y sin inercia, de forma fluída y suave, como si fuera algo sencillo.
En este obstáculo se demuestra la importancia del diámetro de rueda, en el que el Land Cruiser tiene una clara desventaja, aunque lo cierto es que los tres llegan alcanzar la cima.
La coronación: el ángulo ventral como árbitro último
Llegamos al último obstáculo, al que llamamos «la coronación» porque se trata de una pendiente muy fuerte y resbaladiza que termina bruscamente en llano. Lo habitual es que el ángulo ventral ponga serias limitaciones en el cambio de plano y esta no ha sido una excepción.
El primero en intentarlo es el Land Cruiser, con el peor ángulo ventral de la comparativa, que se queda totalmente empanzado sin posibilidades de subir. Luego lo intenta el Ford, al que le sucede lo mismo aunque es cierto que llega algo más arriba (pero su enorme distancia entre ejes le impide llegar al final). Por último, el Wrangler corto gracias a la proximidad entre sus ejes logra coronar la pendiente rozando ligeramente la barriga, pero venciendo al obstáculo al fin y al cabo.
Y… ya tenemos ganador.