Hemos reunido dos de los mejores SUV de lujo del mundo, el BMW X5 en versión 30d, frente al Mercedes GLE en versión 450 MHEV, para intentar averiguar cuál de los dos aporta mejores prestaciones dentro del asfalto, además de espacio, tecnología y calidad de construcción. En este examen minucioso en vídeo podrás conocer todos los detalles de ambos coches.
Presentando nuestros rivales: BMW X5 30d y Mercedes GLE 450
Aunque aparentemente diferentes, por ser uno diésel y el otro un gasolina de hibridación ligera, ambos coches vienen configurados en el entorno de los 110.000 € y tienen un desempeño en carretera, además de unas medidas y una tecnología muy similar que los convierte en rivales directos. Ambos cuentan con 7 plazas.
BMW X5
El BMW X5 30d lleva un motor de 6 cilindros diésel con 265 CV de potencia y un par máximo de 620 Nm a tan solo 2.000 rpm. Será esta última cifra la que más marque la respuesta contundente del BMW. Con una longitud de 4.922 mm y un maletero de 650 litros, calca prácticamente las dimensiones del Mercedes.
El Mercedes GLE lleva un motor de 6 cilindros gasolina con una hibridación suave, que totaliza una potencia máxima de 367 CV (muy superior a la del BMW) con un par máximo de 500 Nm a 1.600 rpm (muy inferior al del BMW). Su longitud es de 4.924 mm y su maletero es de 630 litros. Ambos vehículos son prácticamente idénticos.
Similitudes y diferencias
En cuanto a diseño, ambos coches son vehículos de lujo imponentes tanto por dentro como por fuera, así que será cuestión de gustos el decantarse por uno u otro, mientras que en calidades el BMW podría estar un pequeño paso por delante en ajustes interiores, aunque el sonido de las puertas es bastante más sólido en el caso del Mercedes.
Sobre el espacio, el BMW presenta una segunda fila de asientos bastante más corta en espacio para las piernas a cambio de un mejor acceso a las plazas 6 y 7 situadas en el maletero, que también son claramente más amplias. El Mercedes sería un vehículo más amplio para 5 pasajeros, pero cuenta con dos plazas auxiliares más difíciles, más lentas de acceder y sobre todo con menos espacio para cabeza y piernas en las que un adulto tendría importantes dificultades para viajar.
Ambos cuentan con suspensión neumática independiente en las 4 ruedas de última generación, con un finísimo control electrónico. Dinámicamente, el BMW tiene un tacto más natural y con un punto de «deportividad» BMW, aunque en coches de este tamaño es absurdo hablar de deportividad en sentido estricto. La suspensión neumática del Mercedes nos maravilla con su función «Corner» que inclina el coche hacia dentro de la curva como si fuera un avión y nos invita a jugar con esta sensación contra-intuitiva, pero de tacto más artificial.
Tecnológicamente, ambos modelos vuelven a estar muy a la par, si bien la realidad aumentada del navegador del Mercedes y ese detalle de la suspensión que se inclina hacia dentro, junto con mejores y más versátiles pantallas de información creo que lo ponen un punto por delante. La interfaz por voz también es algo mejor en el Mercedes, o al menos en mi caso me ha entendido mejor las instrucciones orales, sin que esto quiera decir que el BMW se quede atrás más que por esos pequeños detalles.
Conclusiones: imposible dar un ganador
Es imposible definir un ganador, pero os animamos a ver el vídeo en el que se detallan todos los aspectos de ambos coches y con el que creo que podréis tomar una decisión bien fundada sobre cuál os gusta más de los dos, ya que cada uno gana por estrecho margen en unos u otros apartados, pero ninguno está claramente por encima del otro en nada.