Más allá de la presentación del coche en cuestión, CUPRA ha confirmado que llevará a cabo la fabricación del Tavascan en China. Según la marca, el hecho de instalar allí su planta de ensamblaje le permitirá contar con unos niveles de tecnología y de eficiencia muy altos. Sin embargo, resulta evidente que los principales motivos de su andadura industrial en Asia son la reducción de sus costes (ergo el incremento de sus beneficios) y la posibilidad de penetrar en el que, desde hace varios años, es el mercado automovilístico más grande del mundo.
Con su estrategia, CUPRA sigue la tendencia de la mayoría de las compañías europeas que operan en este sector. Sin embargo, en el caso del Tavascan, esto resulta muy llamativo, pues se trata de un vehículo de volumen (pretenden vender 70.000 unidades al año), en un segmento creciente y que prácticamente ha sido comunicado como el modelo que revolucionará, más si cabe, la firma de origen español en el próximo lustro. Todo y a pesar de que, hace tres años, se llegó a poner en duda la viabilidad del proyecto.
CUPRA Tavascan
Para su construcción, la empresa se beneficiará de las instalaciones que el Grupo Volkswagen posee en Anhui, al este del país, que al mismo tiempo es una región considerada el actual centro de la innovación global para la movilidad eléctrica y cuenta con algunos de los mejores ingenieros del planeta. Por suerte, su diseño y desarrollo no se han deslocalizado, ya que se han realizado casi de forma íntegra en Barcelona. Y es que CUPRA está convencida de qué partes del proceso de creación de un nuevo coche añaden valor al cliente y cuáles no.
Las dos caras de China: amenaza para el mercado doméstico y aliado tecnológico
Al margen de lo que pueda suponer la fabricación oriental del Tavascan en términos mercadotécnicos y de posicionamiento en la mente del consumidor o de las posibles repercusiones que genere en su imagen de marca, lo cierto es que China, en 2023, es capaz de trabajar con estándares de calidad y seguridad iguales o superiores a los que acostumbra el Viejo Continente. En otras palabras, los interesados en un SUV eléctrico tan atractivo y aspiracional como este, no han de temer nada. O quizás sí.
Al menos en estas latitudes, determinadas multinacionales y organismos relacionados con la industria del motor comienzan a exigir aranceles a todos aquellos productos que se fabriquen fuera de las fronteras de la Unión Europea y especialmente a los que se importan desde el Gigante Asiático. Curiosamente, claman por ellos ahora, al percatarse de que no pueden ni podrán competir por precio contra esta clase de automóviles. De ejecutarse una medida como esta (hay quien ya lo asume), el coste de adquisición del CUPRA Tavascan podría ser más alto de lo esperado, pese a que su firma sea ibérica y su propietario teutón.
En otro momento, a los occidentales nos interesó enseñar a los chinos cómo producir vehículos (bien hechos) en su territorio. Además, son estas mismas corporaciones y lobbies los que llevan años subiendo injustificadamente el precio de sus bienes, construidos domésticamente, y alcanzando récord tras récord de rentabilidad. En el siguiente enlace puedes leer más sobre proteccionismo y libre mercado del sector. Han llegado incluso a pedir que los incentivos públicos se limiten a las unidades “Made in Europe”.
Proyección internacional con un modelo de gran valor y adaptado al gusto chino
Sea como fuere, es evidente que algo hemos hecho mal aquí, entre Portugal y Rumania. De cara a la siguiente década, tenemos garantizados una falta de competitividad y un atraso tecnológico que hoy ya sólo vemos posible mitigar colocando palos en las ruedas de una China ambiciosa y con una visión estratégica mucho más amplia, inteligente, poderosa y largoplacista. Las consecuencias de esto también son obvias: serios problemas para que la industria local sobreviva.
En vista de lo anterior, CUPRA, bien asesorada, ha decidido pasar por el aro del traslado de sus líneas de montaje y llevarse la producción de un modelo tan relevante como el Tavascan allá donde es más barata y con el propósito de abrir una puerta a venderlo en Oriente, pues es igualmente un SUV con un aspecto adecuado a las preferencias de sus habitantes. Las cosas son distintas en esa orilla del Pacífico: la economía prospera y depende de sí misma, tanto el acceso a la innovación como la atracción del talento son sensacionales y, lo que es más importante, un número de personas cada vez mayor compra coches que, no hace tanto, solíamos nosotros.