Hubo un momento en que, sinceramente, reconozco que imaginé cómo los compresores eléctricos podían acabar llegando a infinidad de motores, ya no solo a coches con cierto enfoque deportivo, sino también a motores diésel pequeños, y coches para todos los públicos y para todos los bolsillos. Audi presenta estos días un nuevo coche con enfoque deportivo, el Audi SQ5 TDI. Un nuevo ejemplo de cómo el compresor eléctrico en un diésel sigue siendo una jugada magistral, con matices.
El compresor eléctrico en un diésel
En 2014 tenía la oportunidad de probar dos prototipos de Audi, ambos diésel, equipados con compresor eléctrico. En aquel momento descubríamos la gran ventaja del compresor eléctrico, sobre todo en el caso del motor diésel, la de compensar el retardo de los turbos tradicionales y conseguir motores con una respuesta y empuje inmediato.
Audi Q5
Podría decirse que, por delante incluso de la eficiencia, esa ha sido la razón que ha llevado a Audi a incorporar esta tecnología en productos como el Audi SQ7 TDI, y ahora el Audi SQ5 TDI. A pesar de que el diésel no pasa por su mejor momento, Audi sigue confiando en que el diésel tiene sentido en coches de altas prestaciones y, especialmente, en SUV de altas prestaciones. De ahí que la idea de mejorar las prestaciones y el rendimiento con un compresor eléctrico se antojara más que apetecible.
Compresores eléctricos y micro-híbridos
Sin entrar demasiado en cuestiones técnicas, de las cuales ya hemos hablado en otros artículos sobre compresores eléctricos, la principal ventaja de este tipo de sistemas de sobrealimentación es la de compensar el retardo del turbo, con un sistema que sobrealimenta el motor sin depender de los gases de escape, como en un turbo, ni de una conexión mecánica con el motor, como en un compresor convencional, sino de la acción de un motor eléctrico.
El ejemplo del Audi SQ5 TDI resulta aún más interesante si tenemos en cuenta que, además de su compresor eléctrico, también incluye un sistema micro-híbrido y una instalación eléctrica de 48 voltios.
En cualquier caso, y a pesar de que los compresores eléctricos suponen un aporte importantísimo a las prestaciones de un motor, y sobre todo a un motor diésel, no son muchos los coches que actualmente equipan esta tecnología, y los sistemas micro-híbridos están ganando, con creces, la batalla.
Más imágenes del Audi SQ5 TDI: