Hace pocos nos enteramos de que Citroën ya ha puesto fecha de caducidad a su último monovolumen real, el Citroën Grand C4 SpaceTourer. Los monovolúmenes son una especie en clarísimo peligro de extinción. De hecho, más que en peligro de extinción, están en vías de extinción, y prácticamente al borde de la desaparición. Poco a poco, los SUV han ido abriéndose paso en el mercado, acabando con casi toda la oferta existente de monovolúmenes. ¿Pero es realmente solo culpa de los SUV? ¿Por qué han desaparecido los monovolúmenes que conocíamos?
Citroën ha anunciado que la producción del Grand C4 SpaceTourer terminará en julio. El Grand C4 SpaceTourer se fabrica en las instalaciones de Citroën en Vigo, y ello es una mala noticia para la industria española del automóvil: el monovolumen desaparece sin un reemplazo. El Citroën Grand C4 SpaceTourer nació en 2014 como Citroën Grand C4 Picasso. Era la versión larga, de siete plazas, del Citroën C4 Picasso, el monovolumen compacto de la marca francesa. Por aquél entonces ya era un segmento amenazado por los SUV, pero no vivía, ni muchísimo menos, su actual descalabro comercial.
Citroën Grand C4 SpaceTourer
La noticia de la desaparición del Citroën C4 SpaceTourer deja en el segmento aun menos opciones. Si queremos un monovolumen podemos comprar un Renault Grand Scénic, podemos comprar un Opel Crossland o podemos comprar un Renault Espace – aunque estos dos son más bien crossovers. En el segmento compacto también tenemos al veterano Fiat 500L, y en un segmento algo más grande, nos quedan los Ford S-MAX y Ford Galaxy. ¿Qué tienen todos ellos en común? Son vehículos muy veteranos, que están actualmente en tiempo de descuento a nivel de ciclo comercial.
Además, todos ellos van a morir sin un reemplazo. Es muy posible que en menos de dos años no quede ni un solo monovolumen de los de siempre a la venta. Y en gran parte es causa de la pujanza de los todocaminos. Es imposible negar que la popularidad de los SUV y crossover ha acabado con la mayor parte de monovolúmenes. Los todocaminos son productos más aspiracionales, con una estética más cuidada y con ciertas habilidades fuera del asfalto. Los monovolúmenes son coches menos apasionantes, diseñados con criterios fundamentalmente prácticos en mente.
Es por ello que coches como el Opel Crossland o el Renault Espace son ya crossovers, pese a tener sus orígenes en el segmento de los monovolúmenes. También debemos tener en cuenta que los SUV son vehículos espaciosos que cubren las necesidades prácticas de muchas familias, y que reemplazan cómodamente a los monovolúmenes de cinco plazas. No obstante, cuando sí tenemos grandes necesidades de espacio o necesitamos transportar cómodamente a siete personas, la muerte de los monovolúmenes sí resulta más dolorosa. ¿O quizá no tanto?
A los monovolúmenes grandes no los han matado los SUV de siete plazas. Los han matado las furgonetas de pasajeros. Vehículos derivados de una plataforma industrial, con carrocerías de aspecto cúbico y el mejor aprovechamiento del espacio interior del mercado. Una furgoneta de pasajeros puede ser más capaz, espaciosa y práctica que el mejor de los monovolúmenes. Tampoco conviene olvidar que no solo hablamos de las furgonetas grandes: una furgoneta compacta como la Renault Kangoo es más práctica y amplia que cualquier monovolumen compacto.
No han sido solo los SUV los que se han llevado por delante a los monovolúmenes, han sido también las furgonetas.
Fotos del Citroën C4 SpaceTourer