El mes pasado, Hyundai comunicó el inminente cese de producción de sus dos turismos más deportivos con motor de combustión: el i20 N (utilitario) y el i30 N (compacto). En ambos casos se trata de productos muy apreciados por los amantes de la conducción, pues ofrecen sensaciones muy puras al volante y logran emocionar a un cliente con cada vez menos opciones de este tipo en un mercado que se encauza inevitablemente hacia la plena electrificación.
Y es que, como viene siendo habitual desde hace unos años, los modelos pasionales con propulsores térmicos dejan paso a otros movidos mediante baterías. Los i20 e i30 modificados por la división de alto rendimiento de la marca surcoreana no han corrido mejor suerte y, desde ya, son sustituidos de algún modo por el IONIQ 5 N que, a pesar de su buena relación entre prestaciones, tecnología y precio, casi triplica la tarifa del vehículo más pequeño de los dos que acaban de extinguirse.
En realidad, el i20 N y el i30 N sólo se despiden, una vez más, de Europa
Hyundai i30
Para mayor desgracia e incluso rabia de sus potenciales consumidores, en su anuncio, los orientales hablaron de un adiós de los dos modelos sólo para el Viejo Continente, motivado en todo caso por las exigencias de las normativas de contaminación a las que la Unión Europea obliga a todos los fabricantes de coches que operen en sus Estados miembros. Dicho de otro modo, la despedida de estos deseados deportivos de bolsillo se ha producido única y exclusivamente en nuestras latitudes. Nada nuevo bajo el Sol.
La pérdida de este par de Hyundai, parcialmente desarrollados por N, se suma a la de otras alternativas picantes que han desaparecido de entre las opciones de compra en España. Nos referimos, por ejemplo, al Ford Fiesta ST que competía por precio con el más urbanista de los asiáticos en cuestión. Pronto también se crearán los ejemplares finales del Renault Megane R.S. en su edición Ultime. Desde Seúl justifican la decisión por coherencia con su compromiso «cero emisiones» para 2035.