Hasta hace bien poco, prácticamente todos dábamos por muerta a Lancia. Su gama se había reducido al obsoleto Lancia Ypsilon, y se había retirado de todos los mercados europeos, a excepción de su mercado doméstico italiano. Lancia estaba en coma y estaban a punto de desconectarla del respirador. Sin embargo, la creación de Stellantis ha motivado un reorientación estratégica de las marcas. La llegada de nuevos directivos y planes de futuro no ha dejado de lado a Lancia, que presenta su hoja de ruta para demostrar que aún tiene mucho que ofrecer al mundo.
Su presidente, Luca Napolitano, ha confirmado a Automotive News que el primer paso de Lancia será relanzar el Ypsilon – actualmente, uno de los coches más veteranos de todo el consorcio de Stellantis. Su próxima generación se construirá sobre la plataforma de coches pequeños de Stellantis y comenzaría la renovada ofensiva comercial de Lancia en 2024. Esa ofensiva comercial comenzaría por Austria, Bélgica, Francia, Alemania y España, con Reino Unido a partir de 2025. Como veis, España es uno de los mercados prioritarios para esta Lancia del futuro.
Lancia Ypsilon
Esta futura generación del Lancia Ypsilon contará con una versión de combustión interna, posiblemente electrificada, y una versión 100% eléctrica, muy similar a nivel técnico al Fiat 500 eléctrico que ya conocemos actualmente. Este sería el último coche de la marca en tener un motor de combustión interna. En 2026 lanzaría su buque insignia, un crossover compacto eléctrico que podría llamarse Lancia Aurelia – reviviendo un nombre icónico para la marca – y en 2028 llegaría un compacto eléctrico que reviviría su modelo más legendario: el Lancia Delta.
El diseño de estos vehículos será obra de Jean-Pierre Ploue, a cargo de Carlos Tavares, que se responsabilizará en Stellantis del grupo de marcas compuesto por Lancia, Alfa Romeo y DS. El presidente de Lancia cree que las sinergias con Alfa Romeo y DS son claras, pero que Lancia tendrá su propio posicionamiento, «una elegancia italiana limpia y discreta, de superficies suaves y gran calidad». El público objetivo de esta nueva Lancia tendrá unos 55 años, es urbano y educado y está naturalmente atraído por los coches eléctricos, y su compra por internet.
De hecho, se atreve a trazar paralelismos con el comprador de un Tesla, un Volvo o un Mercedes eléctrico. El tiempo dirá si esta nueva dirección es la dirección correcta para Lancia, cuyo reposicionamiento ya fracasó estrepitosamente durante la primera década del siglo, y especialmente durante la pasada década. Lancia solo tiene una oportunidad para acertar en la diana: si en 10 años no ha demostrado ser viable y rentable, Stellantis la relegará para siempre a los libros de historia, al igual que hará con cualquier otra marca.