El Fiat Panda 4×4 fue lanzado en junio de 1983 como la evolución lógica de un coche cuyas aptitudes camperas ya eran de por sí sobresalientes. Este complemento mecánico dio lugar a un pequeño todoterreno con una capacidad de tracción sensacional, combinada con una masa total que rondaba los 700 kg, favoreciendo aún más su utilización sobre pistas de tierra, barro o nieve.
Además de ser el primer coche de la historia con motor delantero transversal y tracción a las 4 ruedas y el primer coche con menos de 4 m y tracción total, el Panda 4×4 pronto comenzó a ser más que una versión, convirtiéndose casi en un modelo diferenciado por méritos propios.
El Fiat 4×4 original de 1983
Fiat Panda 4X4
El primer Fiat Panda 4×4 incorpora un motor de 4 cilindros y 965 cm3 con una potencia máxima de 48 cv, siendo más potente que el Panda 45 y por tanto el nuevo tope de gama. La tracción integral se engrana mediante un tirador situado justo detrás de la palanca de cambios que puede accionarse en marcha a cualquier velocidad. La transmisión corre a cargo del grupo Steyr-Puch.
La caja de cambios, modificada para la ocasión, cuenta con 5 velocidades en lugar de las 4 habituales, pero la quinta marcha equivale a la 4ª del modelo normal y es en primera donde encontramos la principal diferencia, ya que esta marcha se convierte prácticamente en una reductora. La suspensión trasera también ha sido reforzada para esta versión.
Recopilamos aquí algunas de sus cifras de prestaciones y consumos, que creemos que pueden ser curiosas con los ojos de hoy en día, y las comparamos con las del Fiat Panda 45 que era el tope de gama en el mismo momento:
Características | Panda 45 | Panda 4×4 |
---|---|---|
Cilindrada | 903 cm3 | 965 cm3 |
Potencia | 45 cv | 48 cv |
Velocidad máxima | 140 km/h | 135 km/h |
Consumo 90 km/h | 4,9 l/100km | 5,9 l/100km |
Consumo 120 km/h | 6,6 l/100km | 7,9 l/100km |
Consumo urbano | 7,3 l/100km | 7,9 l/100km |
El Fiat Panda 4×4 se presenta como un coche muy duro, especialmente dotado para andar por caminos de montaña, zonas nevadas y pistas de todo tipo. Su un consumo de combustible es siempre muy ajustado gracias a su reducido peso y pequeño motor. Aún así, como podemos comprobar en la tabla, la tracción 4×4 supone un lastre importante en prestaciones y consumos a pesar de haber aumentado la cilindrada y ganado 3 cv con respecto al Panda 45.
Las limitaciones del Panda 4×4
Las limitaciones del Panda 4×4 como todoterreno son básicamente dos: la falta de potencia y la escasa altura al suelo del eje delantero. Aparte de eso, carece de bloqueo de diferenciales o de cualquier ayuda electrónica (esto último es obvio) así que la transmisión tenderá a enviar el par a las ruedas que menos agarre tengan. A pesar de ello, la capacidad de tracción es muy buena y resulta difícil encontrarse sin agarre.
Con respecto a la falta de potencia, es cierto que la primera es tan corta que parece poder superar cualquier obstáculo, pero cuando lo enfrentamos a una pendiente extrema el motor se ahoga antes de que las ruedas pierdan tracción. Se echa en falta mucho más par a bajo régimen, una característica esencial de los auténticos todoterreno.
Con respecto a la altura al suelo, la suspensión trasera es específica de este modelo y eleva ligeramente la parte posterior de la carrocería, pero el tren delantero es el mismo que el de las versiones 4×2 y no ofrece más altura libre que cualquier otro Panda.
Cuando se trata de circular por pistas no hay ningún problema, pero cualquier piedra un poco alta podría dar al traste con una excursión campera, más si cabe teniendo en cuenta la ausencia de un cubrecárter en condiciones: por toda protección lleva unas barras de acero pero carece de una chapa que cubra realmente los bajos del motor. Muchos usuarios le añaden una chapa de acero para complementar esa función de protección, como vemos en el modelo de las fotos.
Con estas limitaciones el Fiat Panda 4×4 podía compararse a los grandes todoterrenos siempre y cuando las condiciones no fuesen extremas, en cuyo caso saldría a relucir el utilitario que sigue siendo.
¿Cómo es conducir un Panda 4×4 original?
La verdad es que resulta curioso, chocante y muy divertido. Entrar en un Panda original es volver a un coche básico de los 80 y, por tanto, volver a los fundamentos del coche moderno.
Todo es igual que en un coche actual, pero todo es a la vez distinto. Las puertas no tienen apenas espesor, los cristales son planos y los mandos son duros y rudimentarios. Es tan estrecho que resulta sencillo bajar la ventanilla del acompañante girando la manivela desde el asiento del conductor.
Tal vez lo más llamativo son los ruidos. La falta total de aislamiento nos permite escuchar el motor, el ruido aerodinámico y de rodadura con total nitidez, un coro de ruidos que se va incrementando a medida que ganamos velocidad. A 100 km/h da la sensación de que estamos entrando en la atmósfera con una nave espacial.
Por lo demás, el embrague es muy duro, el freno esponjoso y su largo recorrido nos obliga a pisar a fondo para sentir cierta potencia de frenado. Por su parte, el acelerador es casi un botón de on/off, porque la escasa potencia nos exige emplearlo a fondo continuamente.
Nuestro Fiat Panda de 1994
El Fiat Panda con el que correremos el Panda Raid 2017 es de 1994 y por tanto mucho más moderno que el original. Para empezar, su motor es un 1.1 Fire de 50 cv con inyección electrónica monopunto. Al eliminar el carburador también se eliminan las dificultades de arranque en frío y el starter manual. Todo funciona mucho mejor a cualquier temperatura.
Aparte de esa importante innovación del motor, lo demás permanece totalmente fiel al original. El interior sigue siendo básico y tosco, el ruido atronador y las ballestas posteriores botan y rebotan alegremente sobre las ondulaciones del asfalto. Al menos delante lleva muelles.
La sensación general es de estar dentro de una máquina en la que percibes el funcionamiento de todos sus componentes, sobre todo a través del ruido pero también de vibraciones. En los coches modernos la idea es que no te enteres demasiado de que hay partes mecánicas haciendo un trabajo, pero en el Panda no te queda más remedio que darte perfecta cuenta de todo.
Conclusiones
El Fiat Panda 4×4 es toda un icono del automóvil, un coche que desde el origen más modesto y asequible nos hace soñar con pequeñas aventuras a sus mandos desde 1983.
La incorporación de la tracción 4×4 a un coche con estas aptitudes off-road lo convierte en un compañero ideal, ligero y robusto para enfrentarse a todo tipo de caminos y pistas de baja adherencia sin la menor complicación. Estas cualidades están limitadas por su escasa potencia y por una altura al suelo muy reducida en el eje delantero, por lo que no puede considerarse un rival para los grandes 4×4.
La estética distintiva del Panda 4×4 lo hace todavía más atractivo como clásico, realzando las proporciones originales del modelo de Giugiaro al convertirse en un coche más alto y más parecido a un pequeño juguete.