Con la inflación en uno de sus puntos más álgidos en lo que va de siglo y sacando menos partido que nunca al salario, ante un desembolso crítico como es la compra de un coche, el consumidor promedio español busca acertar de lleno con la compra para exprimir al máximo las posibilidades del modelo elegido en todos los sentidos. Por esto, ahora se da más valor que nunca a dos aspectos clave: un consumo de combustible contenido para tener el menor gasto posible y una alta fiabilidad que nos aleje del taller tanto tiempo como sea posible.
Estas son dos de las razones que han llevado a Toyota, con sus eficientes y duraderos coches híbridos, a dominar el mercado español, pero lo cierto es que hay más opciones casi o tan igual de recomendables. Una de ellas también es japonesa y con un enfoque muy similar al del Skoda Octavia: se trata del Honda Civic.
Claves del Honda Civic
- Tiene un comportamiento de los mejores del segmento
- Su esquema híbrido se presupone fiable por la experiencia de Honda en este campo
- Homologa 4,7 litros a los 100 km en su versión más eficiente
- Como el modelo checo, se sitúa por diseño y concepto entre un sedán y un compacto tradicional
Honda Civic
Se puede afirmar, a tenor de sus resultados comerciales, que el Honda Civic no está entre las opciones más comunes para el público español a la hora de elegir un coche de tamaño compacto o un híbrido. Esto puede deberse a su precio, ya que la versión más sencilla parte desde 33.500 euros sin contar promociones, pero lo cierto es que existen tres motivos que justifican su sobreprecio.
A nuestro juicio, el Civic destaca en tres aspectos de peso que lo posicionan como una lógica compra, a pesar de ser significativamente más caro, por ejemplo, que un Toyota Corolla, que parte desde 26.000 euros. Por contra, un Skoda Octavia 1,5 eTSI (también con etiqueta Eco, aunque híbrido ligero), que es el coche más comparable por dimensiones y filosofía, parte de 34.750 euros, en línea del Civic.
Como suele ser habitual en Honda, el Civic es un coche que pone especial énfasis en el apartado mecánico, la calidad de construcción y el comportamiento, elementos que son sus puntos fuertes y que no están a la vista o no son tan evidentes como, por ejemplo, un gran diseño. Por esto se suele decir que es un ‘coche de ingeniero’, ya que lo más interesante y lo mejor, no es lo evidente, pero es a lo que se tiene que dar valor a la hora de buscar puntos fuertes al modelo. Esto aplica a su su interior, que no es llamativo, pero sí tiene una gran calidad de construcción, con materiales de buena calidad que, sin ser prémium, aportan una buena sensación de solidez.
Sólo está disponible con una mecánica híbrida de 184 CV (obviando al radical Civic Type-R). Su tren de propulsión lo conforma un bloque de 2 litros, sin turbo, de 141 CV de potencia que puede actuar tanto propulsando el conjunto como alimentando la batería o mandando directamente la energía al motor eléctrico para impulsar las ruedas. Este último tiene una potencia de 184 CV, que es precisamente la que rinde como máximo.
Es un propulsor solvente que se mueve con soltura en todo tipo de circunstancia, excepto, tal vez, a altas velocidades por autovía. Hace el 0 a 100 en 7,8 segundos y alcanza los 180 kilómetros por hora. Lo realmente interesante, por contra, y representando la tercera razón por la que merece pagar ese sobreprecio, es su eficiencia: homologa 4,7 litros a los 100 en su versión Elegance, y es un consumo que practicando una conducción tranquila, se puede alcanzar perfectamente.
Para acabar, y aunque no se trata de un aspecto tan llamativo como en el Skoda Octavia, está la capacidad de su maletero. El Civic ofrece un volumen de carga en su zona trasera de 410 litros, lo que está muy por encima de la media del segmento (dejando de lado familiares), que suele oscilar entre los 300 y los 400 litros. Un Focus, por ejemplo, de los mejores, se conforma con 392 litros, pero el Skoda Octavia, gracias a su longitud de 4,7 metros, llega hasta los 600 litros.