La casa japonesa Honda tiene en su Honda Civic uno de sus grandes estandartes: un vehículo globalmente valorado que, además, siempre ha funcionado muy bien a nivel de ventas. Por si fuera poco, la variante más deportiva del Honda Civic, el Honda Civic Type R, hace tiempo que es una de las referencias del mercado. Ahora se renueva, pero el Honda Civic Type R 2020 no cambia tanto como nos gustaría.
La décima generación del Honda Civic llegó al mercado en 2017, y lo hizo con un planteamiento completamente disruptivo en términos de diseño y tecnología, algo que también podía aplicarse a la variante más cañera, el Honda Civic Type R, que tiene como principales rivales modelos como el Renault Mégane R.S o el SEAT León Cupra R.
Honda Civic
Para 2020 Honda ha preparado una actualización que, sin embargo, apenas lo hará distinguible de sus antecesores, ya que los cambios son tan ligeros que únicamente los seguidores más acérrimos del modelo de la marca japonesa podrán detectar las modificaciones del más moderno de los Type R, del que aún desconocemos su disponibilidad en Europa.
El Honda Civic Type R 2020 recibe cambios muy ligeros
El Honda Civic Type R 2020 recibe una actualización que a nivel estético se aplica en el frontal, con una parrilla algo más agresiva, así como dos pequeños «bigotes» del color de la carrocería justo por encima de las ópticas antiniebla. En la parte trasera volvemos a encontrar los ya mencionados «bigotes», más o menos a la misma altura, mientras que elementos principales de la estética como las llantas, el alerón o la triple salida de escape se mantienen inalterados.
En el interior los cambios se limitan a un volante con un nuevo tapizado en alcántara, así como una nueva palanca de cambios con un diseño renovado que además, según Honda, ha visto recortados sus recorridos, haciendo su uso aún más deportivo.
Mejor rendimiento aerodinámico para el Type R 2020
El Honda Civic Type R 2020 recibe, eso sí, un nuevo tratamiento aerodinámico que le permite ser más eficiente con el uso del aire, mejorando por tanto su agarre. Además, se mejora el potencial de refrigeración del equipo de frenos, cuyo diámetro de los discos permanece inalterado, aunque el compuesto de las pastillas ha cambiado para ofrecer un mejor tacto en conducción deportiva.
No cambia tampoco la potencia: el propulsor i-VTEC Turbo de 2 litros sigue ofreciendo 320 CV a las ruedas delanteras, conformando así una de las configuraciones más agresivas del segmento de los compactos deportivos. La suspensión sí se modifica, resultando ahora algo más cómoda en un uso más tranquilo.