Hace unos meses os hablamos de la nueva berlina compacta de Hyundai para el mercado americano, el Hyundai Elantra, un vehículo que destacaba por un diseño más atractivo frente a sus competidores locales y que con sus 4,68 metros de longitud ofrece una habitabilidad similar a un BMW Serie 3, siendo así una alternativa por espacio a los tan de moda SUV compactos responsables de que por el momento no desembarque en el viejo continente, pero que de llegar sería recibida con los brazos abiertos por sectores como el del taxi o el VTC.
El paquete N Line no es sólo estética
Dicen que lo importante está en el interior, y es por eso que comenzamos apuntando a los cambios que los ingenieros de Hyundai han incorporado con este acabado N Line para mejorar la dinámica y tacto de conducción. Destaca sobre todo el empleo el empleo de un esquema de suspensión multibrazo en el eje trasero para obtener un mayor control sobre los movimientos de las ruedas e independizarlos, además de un tarado de suspensión algo más rígido. A ello se le unen unos discos de freno delanteros de mayor tamaño y unas llantas de aleación de 18 pulgadas.
Hyundai Elantra
Bajo el capó nos encontramos con un bloque turbo de gasolina que cubica 1,6 litros de cilindrada y que es capaz de ofrecer una potencia máxima de 204 CV junto a un par motor de 265 Nm. No son cifras espectaculares, más aún si las comparamos con los hot hatchbacks actuales, pero quedan muy próximas a los 230 CV de un Golf GTI, por lo que sí deben proporcionar cierta diversión si el bastidor acompaña. Finalmente este propulsor puede ir asociado a una transmisión manual de 6 velocidades o a un cambio automático de doble embrague con levas en el volante y 7 relaciones.
El kit N Line le proporciona un aspecto muy deportivo y elegante
Los cambios introducidos a nivel estético por el paquete N Line le sientan realmente bien a la berlina coreana, aportándole una estética más deportiva y dinámica, pero con toques sutiles y sin muchas estridencias, sin alcanzar la discreción típica alemana, pero muy alejados de lo llamativo de un Honda Civic Type-R. En su frontal destaca un rediseño de la parrilla central, según la marca en forma de cascada, junto a un paragolpes con entradas de aire laterales de mayor tamaño, que por lo que se ve en las fotografías no sabemos si son verdaderas como sí lo son los air curtains para carenar aerodinámicamente las ruedas.
En el lateral no se aprecian cambios importantes más allá de las ya citadas llantas de aleación de 18 pulgadas y unas carcasas de los retrovisores en negro brillo. En cuanto al exterior, terminamos en su zaga con nuevo paragolpes que integra un difusor específico, el cual deja espacio a una salida de escape doble cromada, y un pequeñísimo alerón sobre el portón del maletero.
En lo relativo al interior nos encontramos con con unos asientos deportivos con el logo ‘N’, además de unos pedales en aluminio, un volante y pomo de la palanca de cambios con cuero microperforado, y también acompañados por la inscripción ‘N’, así como un rediseño en la instrumentación, con un fondo que simula el aspecto de la fibra de carbono en el velocímetro y una simpática bandera de cuadros en color rojo y negro en la zona alta del tacómetro. El broche final en su interior lo ponen unos pespuntes rojos que recorren elementos como los paneles de las puertas, asientos o los ya mencionados volante y pomo.