En los últimos días se está hablando mucho de coches autónomos, por desgracia por al tragedia del accidente mortal que se produjo el pasado domingo. Al hablar de coches autónomos todos pensamos en coches viajando solos, sin conductor, o mientras en el asiento que tradicionalmente hubiera ocupado un conductor viaja una persona leyendo el periódico, o su serie favorita en un tablet. Jaguar y Land Rover han preferido anticiparnos cómo el coche autónomo puede hacer nuestra vida más fácil, con funciones mucho más cotidianas, y próximas, que probablemente estén más próximas en el tiempo. Así las cosas, Jaguar y Land Rover ya nos ha mostrado como sus coches se aparcarán solos, sin la intervención del conductor.
El coche autónomo de Jaguar y Land Rover empieza por funciones sencillas
En el mercado ya nos encontramos con muchos coches que son capaces de aparcar solos, o prácticamente solos. El conductor solo tiene que colocarse junto al aparcamiento, y el coche es capaz de trazar perfectamente las trayectorias, y ajustar las maniobras para que el coche quede perfectamente aparcado. También hemos visto soluciones que, como las de BMW, o Mercedes-Benz, permiten que el coche pueda terminar la maniobra de aparcamiento sin un conductor a bordo.
Land Rover Discovery
Pero la idea de Jaguar y Land Rover va más allá y propone completar la maniobra de aparcamiento, desde cero, sin conductor. Y esta tecnología ya la están empleando en sus pruebas en Reino Unido con diferentes prototipos equipados con el sistema, como el Land Rover Discovery o el Jaguar F-PACE.
Los coches conectados recopilarán información sobre las plazas de aparcamiento ocupadas y libres, que en última instancia recuperarán de la nube para saber dónde podemos aparcar, o incluso aparcar sin intervención de conductor.
El coche conectado permitirá que los coches dotados con la tecnología correspondiente, que Jaguar y Land Rover denomina como aparcamiento colaborativo, registren las plazas de aparcamiento vacías y ocupadas de aquellas calles por las que circulen. De manera que otros coches conectados puedan emplear esa información para que el conductor sepa dónde puede encontrar aparcamiento o para que este delegue la tarea en su coche, y este se encargue de aparcar.
Con la tecnología del coche autónomo, y esa información, el coche ya podría aproximarse hasta la plaza de aparcamiento, calcular las maniobras pertinentes, y aparcar sin la intervención de un conductor. El conductor incluso podría bajarse del coche, en la puerta de su casa, de un restaurante, o de un hotel, y que su coche busque aparcamiento sin su intervención, y regrese cuando lo invoque, para recogerle en la puerta del establecimiento.
Es cierto que esta solución no es tan sorprendente como otras muchas que proponen coches que ni tan siquiera tendrán volante, o pedales. Pero muy probablemente estemos mucho más cerca de ver estas tecnologías en la calle – Tesla, por ejemplo, está muy cerca de ofrecer soluciones parecidas – que coches realizando trayectos completos, desde un punto X, hasta un punto Y, sin conductor.