Llevábamos meses, años incluso, esperando la renovación del Jeep Wrangler, uno de los pocos todoterreno puros que aún perduran. Pese a la tendencia actual de llevar todo al terreno SUV, el Wrangler se mantiene inalterado en su filosofía pero con cambios que afectan a todo el coche y que lo harán, si cabe, mejor en su cometido. Por fin conocemos los detalles del modelo más icónico de Jeep y sabemos que será más ligero, tendrá opción híbrida y contará con mucha más tecnología.
El Wrangler es a Jeep lo que el 911 a Porsche o el Golf a Volkswagen. Es su modelo más icónico y cualquier relevo generacional supone ir con pies de plomo. En estos casos no solemos ver revoluciones, al menos estéticamente. Es lo que ha ocurrido con un Wrangler que ya conocimos visualmente y que mantiene la línea inconfundible del Wrangler, con su parabrisas poco amigo de la aerodinámica (y que sigue siendo plegable), las bisagras a la vista, la posibilidad de tener techo duro o de lona… Pero que ahora luce más estilizado, con sutiles diferencias en sus líneas y con tecnología LED en sus faros que lo acercan un poquito más al aspecto de un coche moderno. Pero los auténticos cambios no saltan la vista.
Jeep Wrangler 2018: la hibridación de 48 voltios llegó para quedarse
Jeep Wrangler
Ya os hemos hablado largo y tendido sobre los sistemas eléctricos de 48 voltios y su implicación en las hibridaciones ligeras (o mild hybrid, en inglés), y las razones que harán que cada vez veamos más esta aplicación en futuros modelos. Jeep se sube también al carro con el nuevo Wrangler, que ofrecerá un sistema de 48 voltios en la motorización gasolina de cuatro cilindros en línea, 2 litros y turboalimentada con 272 CV y 400 Nm de par. Esta motorización estará asociada exclusivamente al cambio automático de ocho velocidades.
En la familia de gasolina habrá otro propulsor V6 de 3,6 litros de cilindrada con 289 CV y 352 Nm de par, que será el único motor con el que se pueda elegir entre cambio automático o manual de seis relaciones. Más adelante llegará una opción diésel V6 de 3 litros de cilindrada, 264 CV y 600 Nm que estará ligado exclusivamente al cambio automático y únicamente para las carrocerías de cuatro puertas. Un factor común en todas las motorizaciones será el sistema Start/Stop para mejorar el consumo de combustible.
El chasis de acero de siempre, mejorado, pero más aluminio en la carrocería para ahorrar peso
La columna vertebral del Jeep Wrangler sigue siendo un chasis de largueros y travesaños fabricado en acero, con ejes rígidos delante y detrás. Aún así, hay cambios con los que se ha conseguido mejorar la rigidez del conjunto y mejorar el confort de la suspensión por carretera sin alterar sus cualidades en el campo.
Aunque su chasis sigue siendo de acero de alta resistencia, en el nuevo Wrangler se utiliza mucho más aluminio que antes: el capó, el guardabarros, las puertas, las bisagras y el marco de parabrisas están fabricados con aluminio, además del portón trasero en cuya estructura interna se ha empleado magnesio. Gracias al empleo de este metal se consigue ahorrar hasta 91 kilos. Pese a la dieta, el Wrangler sigue marcando en la báscula 1794 kilos como mínimo (Wrangler Sport con motor V6 y dos puertas), que pueden llegar a ser 2034 kg (Rubicon 4 puertas con motor 2.0 turbo de gasolina).
Más grande, mejor visibilidad que antes y más tecnología a bordo
El nuevo Jeep Wrangler crece de tamaño, aunque su diseño guarde algunos trucos para parecer lo contrario. Los de dos puertas son ahora 71 mm más largos (miden 4,23 m), con una batalla 35 mm mayor. Los de cuatro puertas también crecen 96 mm en longitud, y se van hasta los 4,78 metros (incluyendo la rueda de repuesto del portón trasero).
Además, todas las variantes aumentan su ancho de vía en 63 mm y su ancho total en 5 mm. El Wrangler también tiene mayor superficie acristalada, según Jeep «en todos y cada uno de los cristales» del coche, lo que le otorga desde el interior mejor visibilidad que antes. Un interior que ya adelantamos hace unas semanas y que ahora podrá equipar sistemas de infoentretenimiento Uconnect con pantallas de 5, 7 u 8,4 pulgadas, compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto, cámara de visión trasera y sistemas de seguridad como el sensor de ángulo ciego.
Pero la tecnología no sólo repercute en los sistemas multimedia: también se aplica para hacer la vida más cómoda en el Wrangler y ahora la dirección (asistida electro-hidráulicamente) pasa a ser de piñón y cremallera, es mucho más fácil abatir el parabrisas delantero (sólo hay que aflojar cuatro tornillos en vez los 28 del modelo saliente), y bastante más cómodo plegar y replegar el techo de lona gracias a un rediseño completo del mismo que abandona para siempre las cremalleras y que promete que será tarea fácil para una sola persona.
Tan capaz, o más, como siempre y el Rubicon como estandarte
Aunque Jeep ha hecho esfuerzos por mejorar el confort por carretera del Wrangler, el verdadero hábitat del Wrangler sigue estando lejos del asfalto. Todas las versiones traen la reductora de serie, si bien hay diferencias entre los Sport, Sport S y Sahara y el Rubicon.
El Rubicon es el más capaz off-road, y no por casualidad: monta ejes diferentes al resto y equipa una reductora con una relación de reducción de 4:1 (frente a 2,72:1 de los Sport, Sport S y Sahara), autoblocantes electrónicos y barra estabilizadora que se conecta o desconecta también electrónicamente desde un botón en la parte inferior del salpicadero. Además los pasos de rueda están situados 5 cm más altos para albergar los mayores neumáticos jamás montados de serie en un Jeep: ni más ni menos que 33 pulgadas de diámetro.
Mientras, en el resto de versiones es opcional equipar un diferencial trasero de deslizamiento limitado y equiparán una caja transfer distinta al Rubicon. ¿Y las cifras off-road? Dependen de la versión y del tipo de carrocería, pero el ángulo de ataque oscila entre 41,4 y 44º; el ángulo ventral varía entre los 20,3 y los 27,8º; y el de salida entre los 35,9 y los 37º. La altura libre al suelo es como mínimo de 246 mm en los Wrangler Sport y de 274 mm en los Rubicon.
El nuevo Jeep Wrangler comenzará a venderse en EE.UU el próximo mes de enero, a un precio que aún se desconoce, y habrá que esperar algunos meses más hasta verlo en Europa.
Fuente: Road&Track
Imágenes: CarScoops