El año pasado nos dejaba uno de los productos más importantes para la industria británica y, sin duda, una de las siluetas más conocidas del mundo de la automoción, el todoterreno más emblemático de Land Rover, el Land Rover Defender. No era para menos. Durante 68 años, Land Rover fabricó un producto que resistió estoicamente el paso de los años y las crisis más importantes a las que hubo de enfrentarse la industria del automóvil en Reino Unido. Y así se mantuvo al pie del cañón hasta llegar a nuestros días, a los tiempos del SUV, y de la preocupación medioambiental. En 2006 salía de la fábrica el último Land Rover Defender, azuzando la rumorología que durante años había rodeado al futuro de este todoterreno. Mientras Land Rover sigue recordándonos que habrá un nuevo Defender, las dudas, y la oportunidad de negocio, han llevado a un ingeniero y hombre de negocios de la industria química a anunciar el regreso de la producción del Land Rover Defender, tal y como lo conocíamos hasta ahora. ¿Pero qué problemas afronta esta, a priori, prometedora empresa?
INEOS Ineos Grenadier
Jim Ratcliffe vio en la desaparición del Land Rover Defender una oportunidad. Ferviente defensor y entusiasta de este todoterreno, el fundador del Grupo Ineos, imaginó un negocio que plantearía la producción anual de 25.000 unidades del Land Rover Defender o, mejor dicho, de un modelo que, en sus propias palabras, sería tal y como fue concebido el Defender y fabricado durante 68 años.
Como podréis imaginar, Land Rover no ha tardado en centrar su atención en este proyecto. Y tal y como leíamos en Automotive News, que cita declaraciones de una fuente de la marca, Land Rover tiene dudas acerca de su legalidad.
Mientras Land Rover aún defiende que el sucesor del Land Rover Defender será un auténtico todoterreno, aunque hemos de asumir que habrá cambios de importancia, en su diseño, y en su tecnología, Ratcliffe sigue confiando en que su proyecto salga adelante.
El primer escollo a salvar no es otro que poner en marcha la producción de su coche, algo que requiere una fábrica, y que tampoco parece nada sencillo para un «recién llegado» a esta industria. Para preservar el espíritu del original, Ratcliffe estaría interesado en fabricarlo en Reino Unido. Pero los retos a los que se enfrenta la industria británica, especialmente ahora que ya se ha puesto en marcha el Brexit, le llevan a confiar en recibir fondos públicos que apoyen su proyecto, o plantearse su producción fuera de las islas, en la Unión Europea.
Por otro lado, hemos de preguntarnos si habrá mercado para un todoterreno que, pese a su valía, y su imagen, sin duda alguna habría quedado obsoleto. En 2015, el último año completo de producción del Land Rover Defender, se fabricaron un total de 22.504 unidades.
Pero aún existe un problema más. Damos por hecho que el Defender de Ratcliffe no se llamará Land Rover. Pero, más allá, de su nombre, hay que tener en cuenta que el Land Rover Defender, y su imagen, aún estarían protegidos por diferentes patentes y registros de la propiedad intelectual, tanto en Reino Unido, como en los países que podría comercializarse.
De manera que ya no solo estamos ante un problema de viabilidad económica, sino también ante un problema legal. Y es que, sin duda, parece difícil imaginar que Land Rover pudiera quedarse de brazos cruzados, viendo cómo el Defender sigue produciéndose, con otro nombre, y por otro fabricante.
De momento, la única opción segura es seguir esperando al sucesor de Land Rover Defender. Un todoterreno que llegará finalmente a los concesionarios pero que, de momento, no sabemos en qué medida se parecerá a su predecesor.
