Hace unas semanas tuvimos el honor de ser invitados a Omán, con el objetivo de probar el nuevo Lexus LS. El LS es un modelo de importancia capital para la marca japonesa, filial premium de Toyota. Es su buque insignia, su carta de presentación. Cuando Lexus fue lanzada al mercado en 1989, el LS 400 fue el coche elegido para hacerlo. A la que vamos a conocer es a su quinta generación, más tecnológica y con un diseño mucho más marcado que el de sus predecesores. ¿Está a la altura de rivales recién renovados como el Audi A8?
Un poco de historia
El Lexus LS comenzó su desarrollo a mediados de los años 80. Toyota quería un buque insignia para competir de tú a tú con el Mercedes Clase S, que entonces era quién dominaba con puño de hierro el segmento de las berlinas de representación. Nadie había oído hablar de los Audi A8, y BMW daba sus primeros pasos con el innovador Serie 7. Lexus eligió el Salón de Detroit de 1989 para presentar su LS, dirigido en primer lugar a los consumidores estadounidenses. Aquella berlina de cuatro puertas montaba un motor 4.0 V8 1UZ-FE, con 260 CV y una suavidad de funcionamiento sin parangón: una moneda de canto se sostenía sobre la tapa del motor encendido.
Lexus LS
La fiabilidad y la durabilidad eran valores centrales para aquella nueva Lexus. El tiempo les ha dado la razón: muchos Lexus LS 400 siguen en circulación, algunos de ellos superando los 1,5 millones de kilómetros. El primer LS era un coche muy equipado, mucho más tecnológico que el veterano W126 de Mercedes – entonces la referencia en el segmento de coches de lujo. Su éxito comercial logró que Lexus sobreviviera sus primeros años de existencia, ampliando su gama con los ES y SC a mediados de los años 90. Estaban basados en coches Toyota, al contrario que el LS, que siempre ha sido exclusivo de Lexus.
La segunda y tercera generación del Lexus LS fueron evolucionarias, mejorando poco a poco el concepto original del Lexus LS, con más refinamiento, más comodidad y más equipamiento. Su competencia no se quedó ni mucho menos dormida durante este tiempo y redobló su esfuerzo tecnológico: estamos hablando de los buques insignia de empresas con tanta reputación como Mercedes, Audi o BMW. En 2006 se lanzó su cuarta generación, cuya gran novedad fue la introducción de una versión híbrida, que combinaba un motor V8 atmosférico con un propulsor eléctrico, reduciendo sus consumos urbanos y mejorando su refinamiento de conducción.
Un servidor, con el orgulloso propietario de un LS de tercera generación.
Desde entonces la apuesta de Lexus por los híbridos ha ido en aumento, hasta el punto de que todos sus coches actualmente a la venta se ofrecen con motorizaciones híbridas como opción principal. De hecho, coches como el Lexus NX o el Lexus RX no se pueden encargar con motores de combustión tradicionales – al menos en mercados maduros como el español y otros mercados europeos. El LS fue el pionero de esta hibridación. Como sospechabas, el nuevo Lexus LS sólo se venderá en España en versión híbrida LS 500h – se ofrecen versiones V6 y V8 en otros mercados, pero su porcentaje de ventas a nivel global se prevé minoritario.
Conociendo al Lexus LS en el exótico califato de Omán
Lexus eligió Omán para la presentación europea del nuevo LS. Este pequeño califato suní está ubicado en la parte suroeste de la Península Arábiga, haciendo frontera con Yemen, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos. Tras tres vuelos – uno de ellos nocturno – aterrizamos en Muscat a primera hora de la mañana. El primer día no condujimos, pero sí estuvimos probando el coche. Nada más salir del aeropuerto, un convoy de Lexus LS con chófer nos estaba esperando para trasladarnos a nuestro hotel, a dos horas de distancia de la capital y a 2.500 metros de altura, en las escarpadas montañas de Jebel Ali.
En un mar de Toyota de color blanco, furgonetas de reparto y taxis desvencijados, los LS brillaban con fuerza bajo el sol del amanecer. Lexus ha imprimido a los LS un aspecto mucho más personal y marcado que el de anteriores generaciones, diferenciándose mucho más de sus rivales a nivel de diseño. Me llaman la atención sus llantas cromadas, el enorme tamaño de su parrilla frontal, así cómo una carrocería de 5,23 metros – el nuevo LS se deja de ofrecer en versiones corta o larga, pasando a tener una batalla única de 3.125 mm, 35 mm más larga que la del anterior LS – cuajada de nervios de expresión.
Paso a ocupar el asiento trasero, mientras un chófer local me traslada al hotel. Aunque nos encante conducir, he de decir que el viaje en sus asientos traseros fue absolutamente maravilloso. Las plazas traseras laterales – tiene cinco plazas, pero dudo que la plaza central se use en algún momento – tienen 18 ajustes eléctricos y además son reclinables. Si viajamos detrás el asiento del copiloto y no hay nadie en él sentado, podemos prácticamente viajar tumbados, estirando al completo nuestras piernas – el asiento delantero del acompañante se reclinará hacia delante para dejarnos más espacio.
Todas las funciones – incluidas las de la climatización de las plazas traseras – se controlan a través de una pantalla táctil, situada en el reposabrazos trasero. Con las cortinillas eléctricas subidas, mi “tren inferior” descansando sobre el reposapiernas y un programa de masaje Shiatsu para mi espalda dolorida, el viaje al hotel transcurrió cómoda y silenciosamente. No puedo hacer más que alabar el aislamiento acústico de esta berlina de representación, así como la comodidad de su suspensión neumática adaptativa en sus modos mas ruteros. No se debería esperar menos de un coche de cerca de 150.000 euros de precio de tarifa.
La ruta también me sirve para apreciar la calidad de los acabados del coche, y la nobleza de los materiales empleados. Nuestra unidad tenía un acabado Luxury, con inserciones de cristal Kiriko y tela en las puertas, inspiradas en la tradición y la artesanía japonesa – materiales escogidos a mano por artesanos japoneses, los Takumi. El salpicadero tiene un diseño muy diferente al de sus rivales alemanes, con muchas más “licencias artísticas”: es patente en la moldura decorativa situada frente al copiloto o en el selector de modos de conducción, una ruleta al lado derecho de la instrumentación – inspirada en el Lexus LFA.
Valoramos que Lexus trate de salirse del guión con acabados y materiales innovadores en el segmento. Existen acabados más conservadores, con inserciones de madera natural y cuero beige en los asientos – cuero de ultra-alta calidad y tacto, seleccionado y cosido a mano por los mejores trabajadores de la marca. Como antes mencionaba, también existe un acabado F-Sport que trata de imprimir algo más de deportividad al interior de la berlina. En el diseño interior Lexus ha seguido la filosofía Omotenashi, inspirada en la hospitalidad tradicional japonesa, buscando principalmente el relax y el confort de los pasajeros del coche.
Tras descansar durante el resto del día y la noche, era hora de darle el relevo al chófer. Hoy toca conducir, y tenemos ante nosotros una ruta de 500 km por carreteras omaníes.
La ruta comienza en carretera secundaria, con muchas oportunidades de adelantamiento. La configuración mecánica del Lexus LS 500h que estoy probando no tiene nada que ver con la de los Lexus LS 600hL de la anterior generación. El motor térmico es un V6 de ciclo Atkinson, con 3,5 litros de cubicaje y 299 CV de potencia, asociado a un motor eléctrico de 179 CV de potencia y 300 Nm de par máximo. La energía eléctrica es suministrada por una nueva batería de iones de litio. En este sentido, es un sistema híbrido casi idéntico al que podemos encontrar en un Lexus RX 450h, con una potencia combinada de 359 CV.
No obstante, es muy diferente. Lexus lo bautiza como Multi-Stage Hybrid, y lo equipa también en el Lexus LC 500h, otro de sus buques insignia. Buscando una mejor eficiencia y una experiencia de conducción más natural, han “acoplado” un convertidor de par de cuatro relaciones a una caja de cambios de variador continuo, dando como resultado un cambio de 10 relaciones – te explicamos su funcionamiento al detalle en este artículo a fondo. La realidad es que el sistema tiene un comportamiento natural, especialmente en una conducción tranquila.
La marca ha conseguido enmascarar el clásico comportamiento de un cambio CVT, que solo sale a relucir cuando exigimos la máxima potencia al sistema, en el modo de conducción Sport+. El motor parece estar girando a su régimen máximo casi todo el tiempo, con breves caídas de régimen, fruto de la «simulación» de marchas del variador. En cualquier caso, el Lexus LS no es un coche deportivo ni pretende serlo. Su masa y sus inercias no invitan a una conducción agresiva, pese a equipar de serie un sistema de cuatro ruedas directrices y tener la posibilidad de equipar un sistema opcional de tracción total permanente.
Aunque puede ser rápido y acelerar con fuerza, nos invita a conducir de forma tranquila, aprovechando al máximo su propulsión eléctrica – el motor eléctrico puede mover al coche por sí mismo hasta los 140 km/h. Lexus ha invertido muchos recursos en dotar al Lexus LS de sistemas avanzados de seguridad activa. Posee un avanzado control de crucero adaptativo, que en combinación con el asistente de mantenimiento de carril, otorga al coche capacidades de conducción semi-autónoma. Lexus llama CoDrive a este sistema. Sobra decir que disfruta de serie de un avisador de vehículos en punto muerto, un asistente de parking automático o cámaras en 360 grados.
Sin embargo, me quedo con ganas de más: debemos recordar que estamos hablando del buque insignia del gigantesco Grupo Toyota. Echo de menos sistemas como la elevación de la suspensión en caso de impacto lateral (Audi A8), un control gestual para el sistema de infoentretenimiento (BMW Serie 7) o un sistema de aparcamiento a través del smartphone (Mercedes Clase S). Lexus afirma que su perfil de cliente no demanda asistencias ni tecnologías tan rompedoras. En definitiva, practican una aproximación muy conservadora al segmento de las berlinas de lujo. La falta de compatibilidad con Apple CarPlay, Android Auto o servicios online en tiempo real es una prueba más.
¿Cuánto cuesta el Lexus LS?
El Lexus LS arranca en 112.000 euros, para un acabado Business de acceso. Acabado de acceso es prácticamente un eufemismo en este segmento, donde cualquier versión tiene un equipamiento excepcional. Los Lexus F Sport (desde 126.000 euros) se diferencian de los Business en un kit de carrocería específico con llantas de 20 pulgadas y un interior más deportivo, pero no son los LS más equipados de la gama. El acabado Executive arranca en 128.000 euros y añade al Business un equipo de sonido Mark Levinson con 23 altavoces, suspensión neumática, faros adaptativos full-LED, llantas de 20 pulgadas o un sistema de cámaras en 360 grados con detección de peatones.
Por último, los Luxury suponen el tope de gama, con asientos traseros reclinables – de ajuste eléctrico, con masaje – llantas de 20 pulgadas y acabados interiores de primer nivel. Sólo en los Luxury (desde 145.000 euros) podremos acceder al cuero L-Aniline de primera categoría o al acabado en cristal Kiriko. Este último es el Lexus LS más caro de la gama, con un precio que arranca en 159.500 euros – es la unidad que aparece en la sesión de fotos de este artículo. Cabe mencionar que los acabados del Lexus LS son cerrado, sin apenas opciones más allá de la pintura metalizada o accesorios «de concesionario».