Esta semana he asistido a un evento de BMW en el que he podido probar los últimos vehículos desarrollados por su división de altas prestaciones, denominada Motorsport. Se trata de los M2, M3 Touring y XM: un coupé de cuatro plazas, una berlina familiar y un SUV PHEV (híbrido enchufable), respectivamente.
Habiendo conducido los tres en diferentes situaciones, tengo muy claro con cuál me quedaría si dispusiese del dinero necesario para afrontar su compra, poco o nada asequible en cualquier caso a pesar de que, el año pasado, BMW M logró su récord de ventas en España con 1.303 unidades. Sin embargo, no desvelaré mi elección hasta el final del artículo. A priori, ¿qué modelo encaja más contigo?
BMW M2: acceso a una gama prohibitiva, un deportivo compacto que ya no lo es tanto
BMW XM
Cuando la primera generación del M2 llegó a nuestro mercado, lo hizo con un precio de 62.900 euros. Ahora, la evolución de aquel coche cuesta un mínimo de 91.250 euros. No obstante, su coste de adquisición no ha sido lo único que se ha incrementado. La actual generación es más potente, más pesada, más segura y, sobre todo, está mejor equipada.
Su sistema de propulsión queda compuesto por una variante “descafeinada” del motor de gasolina turboalimentado con seis cilindros en línea que se instala en los BMW M3 y M4. Esta rinde un máximo de 460 CV y 550 Nm, entregados de manera íntegra al eje posterior a través de una transmisión que puede ser manual o automática (valen lo mismo). Tales cifras, a pesar de una masa de 1,8 toneladas, le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y alcanzar 250 km/h.
Este ya no es un pequeño coupé de altas prestaciones: mide 4,58 metros de longitud y es realmente espacioso aun respetando dos plazas traseras y un maletero con 390 litros de capacidad. Mi estatura es de 2 metros y me ha parecido un producto bastante confortable, quitando que la puesta a punto de su suspensión sea firme. Dispone de unos asientos deportivos cómodos y que sostienen bien el cuerpo, así como una dirección con un tacto delicioso y una dotación tecnológica de primer nivel.
Con un sonido embriagador y unas sensaciones francamente placenteras para quien busque una conducción pura, este M2 puede que sea el último automóvil de su clase: además del BMW en cuestión, ya sólo el Ford Mustang tiene alta cilindrada, propulsión y cambio manual en un “2+2” por menos de 100.000 euros.
BMW M3 Touring: el modelo más práctico de BMW M viene con apellido Competition
Pese a su evidente orientación familiar, esta berlina de dos volúmenes deriva del M3 Competition convencional, de modo que desarrolla 510 CV y no 480 (las versiones básicas de este coche no llegarán a España). Cuenta con cambio automático mediante convertidor de par y tracción integral desconectable, pudiendo prescindir a veces de la motricidad en el eje delantero. Si se transmite fuerza a las cuatro ruedas, es posible llegar a 100 km/h desde parado en unos vertiginosos 3,6 segundos.
Se diferencia de la carrocería sedán por ser 12 mm más alto y 7 mm más largo, pero sobre todo por declarar 50 litros más de maletero. Así, su capacidad es de 500 litros, ampliables a 1.510 si se abaten los respaldos de la segunda fila de asientos, que es especialmente amplia, en una proporción 40/20/40. Más allá de un grado de equipamiento estándar excelente, también puede llevar “buckets” con estructura de fibra de carbono, llantas forjadas, escape deportivo, frenos carbocerámicos, etc. Como mínimo, se han de pagar 124.000 euros para obtener uno.
El M3 Touring es un vehículo que sorprende por su comodidad y habitabilidad si se tiene en consideración el reglaje de su chasis, así como sus prestaciones. A cambio de su facilidad de manejo, incluso a ritmos elevados, su punto más negativo es un gasto de carburante difícilmente asumible en el día a día si se practica una conducción deportiva de forma habitual. Combinando diferentes tipos de uso y vías, yo obtuve un consumo medio de 14 l/100 km durante mi prueba. Además, su depósito “sólo” cubica 59 litros.
BMW XM: el primer M híbrido, un “todocamino” monstruoso en todos los aspectos
El XM es el primer automóvil exclusivo de BMW M desde el M1 (1978), a excepción de algunas ediciones especiales y de fabricación estrictamente limitada como el 3.0 CSL moderno. Además, este SUV también es el primer coche del departamento Motorsport con un sistema de propulsión PHEV que, por si fuera poco, rinde 653 CV y 800 Nm en conjunto. Gracias a la tracción integral xDrive y aun pesando 2,8 toneladas, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos. Pero lo más increíble es que pronto llegará una versión Label Red todavía más potente: 748 CV.
El objetivo de este SUV es llamar la atención y así lo demuestra su extraño aspecto, su alta tecnología, sus calidades interiores (unas de las mejores de la industria) y sus cifras más allá de las prestaciones: mide 5,11 metros de longitud por 2,01 de ancho, puede recorrer 88 km en modo eléctrico (aunque parezca mentira, luce la etiqueta CERO), equipa un juego de llantas de hasta 23 pulgadas, lleva instalado un motor de gasolina V8 biturbo de 4,4 litros y, para empezar a hablar, se deben abonar 179.700 euros. Un despropósito sobre ruedas “made in USA” que sólo es apto para personas excéntricas.
Mi elección: una apuesta por la tradición, la polivalencia, la comodidad y las emociones
Casi 100.000 euros me parecen muchos por un M2 y casi 200.000 se me hacen una salvajada para cualquier SUV, si bien cualquier alternativa al XM por dotaciones, acabados o rendimiento es mucho más cara. Para mí, el M3 Touring es un vehículo que, no siendo nada barato, aúna una cabina espaciosa, un puesto de conducción perfecto, un diseño que irradia personalidad y unas calidades de construcción plausibles.
En definitiva, se trata de una especie de deportivo muy versátil y al que, por encima de todo, le es fácil sacar sonrisas cada vez alguien lo ve, se sube en él, arranca su motor y se pone a enlazar curvas. Un verdadero juguete del que poder disfrutar sin límites y con la familia a bordo.
