Maserati lleva un tiempo dando bandazos, intentando golpear con los ojos cerrados la piñata de las ventas. Con una gama que en general está claramente un paso por detrás respecto a su competencia directa, en los últimos meses Maserati lleva un tiempo asomada al abismo. El año pasado anunció una renovación de su gama que incluía el lanzamiento de un SUV mediano por debajo del Maserati Levante, pero ahora se desdice asegurando que no tendrán modelos por debajo del Levante y el Ghibli.
En declaraciones a los compañeros de Autocar, el CEO de la compañía italiana, Harald Wester, ha afirmado que «hay que mirar hacia arriba, no hacia abajo», y no lanzarán modelos por debajo de los que actualmente tienen en la gama. Esto significaría, a priori, no lanzar el SUV mediano por debajo del Levante como habían planeado, aunque aún cabe la posibilidad de que acaben fabricándolo si el proyecto ya estaba aprobado, ya que Harald Wester no especificó si este proyecto se ha cancelado, o si la renuncia a hacer coches más pequeños se hará efectiva después de este modelo.
Maserati Levante
Al parecer, Maserati busca mayores márgenes de beneficio y estos se encuentran en los coches de mayor tamaño. No parece estar interesada en el volumen de negocio a base de incrementar las ventas con modelos más pequeños y asequibles, los cuales mermarían la exclusividad y la imagen de la marca. Maserati quiere también mantener estas últimas en una posición elevada. La duda es: ¿están en posición de poder permitírselo?
El año pasado Maserati vendió en todo el mundo 35.000 coches, un 28% menos que el año anterior. Si fue dura la caída en ventas, peor aún fue la de las ganancias: el beneficio antes de intereses e impuestos (EBIT) cayó a plomo un 73%, y el margen de beneficio pasó del 13,8% (en 2017) al 5,7%. Es decir: vendieron menos coches, y además ganaron mucho menos con cada uno.
Nos gusten más o nos gusten menos, los SUV son clave hoy en día desde el punto de vista de la rentabilidad. Son el tipo de coche más recurrente en el mercado y hemos llegado a un punto en el que marcas como Aston Martin, Rolls-Royce e incluso Ferrari han sucumbido a la moda. Por supuesto, no me he olvidado de Porsche, que merece mención aparte en este caso concreto por ser rival directa de Maserati.
El Porsche Cayenne, lanzado en el año 2003, ha sido la gallina de los huevos de oro de Porsche en este siglo. Después llegó el Macan, que ya se ha convertido en el Porsche más vendido en todo el mundo y es una máquina de hacer dinero para la compañía. ¿Se ha reducido la exclusividad de Porsche? Objetivamente, sin duda alguna: hay muchísimos más Porsche que nunca antes. ¿Se ha visto dañada su imagen de marca? Permitidme que lo dude. Quizá en Italia alguien debería mirar hacia Stuttgart si lo que quieren es intentar reflotar su negocio. Por suerte o por desgracia, las empresas no se mantienen a flote a base de romanticismo. Quizá, al fin y al cabo, un SUV moderno y más pequeño y asequible que el Levante sea lo que Maserati necesita hoy en día.