Hay decisiones extrañas, criticables o no, a la hora de diseñar cada elemento de un coche, sobre todo las que afectan al mantenimiento básico o la reparación de algunos elementos. Es lo que ha criticado un mecánico de Alcalá de Henares en su canal de TikTok ‘A pie de taller‘ desde sus instalaciones de Dagauto.
Crítica a un monovolumen por la colocación de varios elementos importantes de mantenimiento
El vehículo en cuestión es un Ford S-Max, la monovolumen de la marca del óvalo fabricada en España que contó con dos generaciones y fue uno de los últimos verdaderos monovolúmenes que han desaparecido hace relativamente poco, de modo que aún hay muchas unidades en circulación y otras disponibles para comprar de segunda mano. En concreto critica la colocación de varios de los elementos y componentes, empezando por algo tan básico como el líquido anticongelante.
La Ford S-Max a la que se refiere es a una de la primera generación (post restyling tras salir originalmente en 2006) que se vendió entre 2010 y 2015 como indican nuestros compañeros de Autofácil. La segunda generación contó con motores EcoBoost, los diésel EcoBlue y una variante híbrida, a diferencia de los Duratec y Duratorq que utilizaban las S-Max de primera generación como la que vemos aquí.
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Para poder acceder al líquido del anticongelante hace falta meter la mano hasta el mamparo que separa el compartimento del motor y el habitáculo, prácticamente debajo del parabrisas. Un lugar complicado de acceder como se puede ver en el vídeo – normalmente suele estar ubicado en un lateral, desde donde es fácil rellenarlo cuando sea necesario – en cambio, aquí rellenarlo desde una garrafa parece misión imposible.
También critica la posición del filtro de aceite, por debajo del tubo de llenado de manera que hay que desmontarlo e incluso así hace falta utilizar una llave especial. Otra cosa que destaca es el hecho de que para cambiar las lámparas hay que desmontar el faro entero – esto es más común de lo que parece, habiéndose visto casos así en modelos de otras marcas europeas tiempo atrás.
La segunda generación de la S-Max trajo bastantes cambios, además de ser más larga
Este mismo mecánico destaca también que para cambiar el filtro del habitáculo hace falta desmontar el pedal del acelerador, en lugar de estar colocado bajo la guantera o bajo el parabrisas como es habitual en otros diseños. Asimismo, destaca la mala calidad del tapón del agua del limpiaparabrisas, alegando que se rompe si se trata de cerrar con fuerza.
Para la segunda generación, la longitud de la S-Max creció desde los 4,770 hasta los 4,8 metros sin cambiar la distancia entre ejes de 2,85 metros – lo cual ayudaba además del hecho de usar motores tricilíndricos en algunas de sus variantes. Esta llegó a contar con una versión de 240 CV, potenciado por el 2.0 EcoBoost.
