Tras conocer a las versiones AMG del Mercedes Clase C, es turno de conocer a los Mercedes-AMG GLC. Se presentan en versiones GLC 43 4MATIC y GLC 63 S E Performance, y aunque la más potente aumenta su potencia hasta unos mareantes 680 CV, lo hace con una mecánica de cuatro cilindros. Esto marca el fin de los motores V8 Biturbo en estos SUV medianos, y nos mete de lleno en una era electrificada, con híbridos enchufables de altos vuelos. Vamos a conocer un poco mas en detalle a estos dos todocaminos deportivos de altos vuelos.
Mercedes-AMG GLC 43 4MATIC: 435 CV y turbo eléctrico
La gama AMG del Mercedes GLC arranca con una versión propulsada por un motor M139 desarrollado por AMG, un motor turbo de 2,0 litros y 421 CV de potencia. Este motor cuenta con un turbo eléctrico, cuyo giro no solo se debe al caudal de gases de escape, si no también a un pequeño motor de alto voltaje. Este motor pone a girar al turbo de forma instantánea y elimina – en gran parte – el lag asociado a un turbo de dimensiones generosas, montado en un motor de alta potencia específica. Además, es un coche dotado de un sistema semi-híbrido de 48 voltios.
Mercedes-Benz Mercedes GLC y GLC Coupé
Fotos de los Mercedes-AMG GLC 43 y GLC 63 S E Performance
Esto permite liberar 14 CV adicionales a la cadena cinemática mediante un alternador reversible, cifrándose la potencia total en 435 CV. Este motor está asociado a una caja de cambios AMG Speedshift MCT 9G, una caja de cambios de nueve relaciones. No es un cambio de convertidor de par, usa un conjunto de embragues bañados en aceite para transmitir la potencia a las cuatro ruedas, en una distribución 39/61 favorable al tren trasero. Este SUV es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 4,8 segundos, con una velocidad punta limitada a 250 km/h por electrónica.
Contamos con una suspensión deportiva adaptativa, así como discos de freno de acero de 370 mm de diámetro en el eje delantero. Estéticamente, está un paso por encima de un acabado AMG de un GLC «mundano», gracias a llantas específicas de al menos 19 pulgadas y un kit de carrocería donde hay tubos de escape reales, además de la opción de dotarlo con acabados oscuros o detalles exteriores en fibra de carbono. En el habitáculo, contamos con un volante deportivo con mandos específicos, semibaquets en cuero perforado o molduras en fibra de carbono.
Mercedes-AMG GLC 63 S E Performance: 680 CV electrificados para un SUV de altos vuelos
El primo de Zumosol del GLC 43 es el Mercedes-AMG GLC 63 S E Performance. Este SUV emplea la misma mecánica enchufable de altas prestaciones que ya vimos en los Mercedes Clase C más atómicos. El diseño del coche ya refleja su potencial prestacional: tiene un diseño más musculoso, llantas forjadas de hasta 21 pulgadas y detalles específicos en su kit de carrocería, además de cuatro salidas de escape rectangulares y un difusor de mayor tamaño. Su habitáculo, no obstante, apenas varía con respecto al de su hermano pequeño – esto no es una mala noticia.
A nivel de infotainment, los GLC 63 S E Performance cuentan de serie con telemetría integrada, algo especialmente útil en conducción en circuito – es opcional en los GLC 43. Donde sí hay muchos cambios es en su mecánica. Para empezar, el motor de 2,0 litros tiene turbo eléctrico, pero está alimentado por un sistema eléctrico de 400 voltios, no de 48 voltios. El motor térmico produce 476 CV, y está acompañado de un motor eléctrico de 204 CV, montado en eje trasero. El motor eléctrico está asociado a un cambio de dos relaciones, mientras que el motor térmico retiene su cambio automático de nueve relaciones.
El GLC 63 S E Performance es un híbrido enchufable, pero su batería solo tiene 6,1 kWh de capacidad bruta. Esta batería nos permite 12 km de autonomía de cero emisiones, pero en verdad, está diseñada para suministrar energía al motor eléctrico trasero. El resultado de todo esto son 680 CV de potencia y 1.020 Nm de par motor, reduciendo el 0 a 100 km/h a solo 3,6 segundos. Desgraciadamente, la víctima es la ligereza: el peso en orden de marcha de esta versión es de 2.310 kilos, 335 kilos más que la versión GLC 43 4MATIC.
A falta de probarlo, sabemos que echaremos de menos la banda sonora del V8 atmosférico, y veremos si es capaz de camuflar su peso, que con dos pasajeros, se pone en 2,5 toneladas sin problema alguno.
Fotos de los Mercedes-AMG GLC 43 y GLC 63 S E Performance