Ya nos hemos podido poner al volante de la segunda generación del Mercedes GLC, a día de hoy, el coche más vendido de la marca de Stuttgart. Es un coche completamente renovado, ahora solo disponible con mecánicas electrificadas de cuatro cilindros y más apabullante que nunca a nivel tecnológico. En esta prueba os vamos a contar todo lo que necesitáis saber del nuevo Mercedes GLC pero para hacerla más amena, responderemos a las 10 preguntas que te permitirán entender al 100% al Mercedes GLC 2023.
El Mercedes GLC juega sobre seguro en su segunda generación. Es el coche más vendido de la marca en estos momentos, y Mercedes no ha querido crear un producto revolucionario, si no evolucionar y modernizar su gallina de los huevos de oro. Con todo, su frontal tiene más personalidad gracias a una calandra de más tamaño y su perfil resulta algo más estilizado y elegante, rematando la zaga unas ópticas mas afiladas, unidas por una banda de color oscuro.
Mercedes-Benz Mercedes GLC y GLC Coupé
1) ¿Ha crecido el Mercedes GLC?
Sí, el Mercedes GLC de segunda generación ha crecido 6 cm en longitud con respecto a su predecesor, quedándose en 4,72 metros. Sin embargo, mantiene la cota de anchura de la primera generación y es 4 mm más bajo, con una altura de 1,64 metros. Su distancia entre ejes aumenta en 15 mm, lo que unido a su mayor longitud, da una mayor impresión de crecimiento. Es casi idéntico a los BMW X3 y Audi Q5 en tamaño, siendo unos pocos centímetros más largo que los Volvo XC60 o Lexus NX.
Pasamos ahora al interior del Mercedes GLC, que ha evolucionado de forma especialmente intensa en este aspecto. Su interior es muy similar al del Mercedes Clase C, que a su vez se ha inspirado en el del Mercedes Clase S. Sobre el papel tiene una gran calidad percibida y un diseño muy moderno, pero aquí vamos a analizarlo al detalle con el nivel de exigencia que se le debería poner a un vehículo premium.
2) ¿Cómo son las calidades del GLC?
El Mercedes GLC ha mejorado notablemente en este aspecto, que era uno de los puntos débiles de su primera generación. El habitáculo está repleto de plásticos blandos y tenemos que irnos a zonas muy bajas para encontrar plásticos duros. El salpicadero está recubierto de cuero acolchado de gran calidad. Sin embargo, se abusa del negro piano en algunos acabados interiores – que nunca escogería – y además de algunos crujidos, echo de menos que los aireadores, tirados o algunos botones estén construidos en metal en vez de en plástico.
El GLC ha mejorado y podríamos decir que ahora se encuentra en la media del segmento en este aspecto, cumpliendo con lo que se espera de un coche premium.
3) ¿Convence a nivel tecnológico?
El sistema de infoentretenimiento del Mercedes GLC es un MBUX de segunda generación y podemos considerarlo uno de los mejores del mercado. Está articulado en torno a una pantalla de 12,3 pulgadas para la instrumentación y una pantalla vertical de 11,9 pulgadas en la consola central, apoyadas en un Head-Up Display de buen tamaño y amplia información. Es un conjunto idéntico al de un Mercedes Clase C – a su vez inspirado en el Clase S. Tiene un funcionamiento muy fluido y ha mejorado en facilidad de uso, además de gozar de amplias posibilidades de personalización.
El asistente de voz del sistema MBUX es posiblemente el mejor del mercado y responde a nuestros comandos de forma muy natural con solo decir «Hey Mercedes». En el plano tecnológico el Mercedes GLC está claramente un paso por delante de todos sus rivales.
4) ¿Tiene unas buenas plazas traseras?
Aunque su batalla aumenta en 15 mm, Mercedes nos dice que solo hay dos milímetros mas de espacio para las piernas y un milímetros más para los hombros. Con todo, estamos ante unas plazas traseras más que correctas para dos adultos: una persona de mi talla (1,83 metros) tendrá hueco para sus piernas bajo el asiento delantero y bastante espacio en todas sus cotas. La banqueta trasera no se desplaza longitudinalmente, pero su respaldo es reclinable en hasta 10 grados. Contamos con climatizador trasero, aireadores y puertos de carga USB.
5) ¿Es su maletero mejor que el de sus rivales?
El maletero del Mercedes GLC ha crecido hasta los 620 litros, lo que supone un incremento de 70 litros con respecto a la anterior generación. Si hablamos de un GLC enchufable el maletero cubica 460 litros, lo que supone 65 litros más que en la anterior generación. Es un maletero con una boca de carga muy ancha y baja, además de tener la posibilidad de abatir los asientos con pulsadores electromecánicos y agachar la suspensión neumática del coche desde un botón. Ahora bien, su doble fondo resulta irregular y no demasiado fácil de aprovechar.
Con respecto a sus rivales, el GLC se posiciona como el líder en capacidad de carga, quedándose por delante de los 470 litros del Jaguar F-Pace, los 483 litros del Volvo XC60, los 545 litros del Lexus NX o los 550 litros del Audi Q5 y BMW X3.
6) ¿Cual es su gama de motores?
La gama de motores del Mercedes GLC se compone de mecánicas de cuatro cilindros electrificadas. No hay motores de mas de cuatro cilindros, no hay cambios manuales y por el momento, siquiera hay versiones de dos ruedas motrices. En gasolina la gama se compone de los GLC 200 y GLC 300, con mecánicas 2.0 turbo de 204 CV y 258 CV, a las que se suma una máquina eléctrica de 23 CV como parte del sistema semi-híbrido del vehículo.
Este pequeño motor eléctrico se ubica entre el motor térmico y la caja de cambios, aumentando la eficiencia del conjunto y permitiendo un funcionamiento extendido del sistema Stop&Start. En diésel, por el momento, se venderá únicamente un GLC 220 d de 197 CV, también semi-híbrido y a priori, la versión más interesante por equilibrio entre consumos y rendimiento. En un futuro habrá también un GLC 300 d de 265 CV de potencia, pero por el momento no hemos podido analizarlo. Lo que sí hemos podido conocer son sus versiones enchufables.
Estas versiones merecen una explicación aparte. Su autonomía las convierte en un perfecto puente entre el coche tradicional y el coche eléctrico. Y es que todas ellas tienen en común una gigantesca batería de 31,2 kWh de capacidad, casi tan grande como la de un Honda e. Esta batería suministra energía a un motor eléctrico ubicado entre el motor y la caja de cambios, capaz de desarrollar 136 CV y 440 Nm de par motor.
Esta batería, por cierto, puede cargarse a una potencia de hasta 60 kW, recargándose en media hora y proporcionando hasta 120 km de autonomía 100% eléctrica según el ciclo WLTP. Las tres versiones enchufables difieren en su parte térmica: el GLC 300 e y el GLC 400 e montan motores 2.0 turbo de gasolina con 204 y 252 CV, mientras que el GLC 300 de monta un 2.0 diésel de 197 CV. La potencia combinada de los tres híbridos enchufables de la gama es de 313 y 381 CV para los 300 e y 400 e, y de 335 CV para el 300 de.
7) ¿Cómo va en carretera?
He podido ponerme a los mandos de un GLC 300 de gasolina y un GLC 400 e híbrido enchufable, además de un GLC 220 d. Todos ellos comparten una plataforma renovada y una suspensión neumática con una excelente puesta a punto, además de regulable tanto en dureza como en altura. Mercedes promete que su aislamiento y aplomo es tan bueno como el de un Clase S, y aunque cuentan con cristal doble, no llegan al nivel del coche de lujo. Se percibe cierto sonido de rodadura con firme irregular y algunos ruidos aerodinámicos a partir de los 120 km/h.
Con todo, este es un gran coche para viajar, si bien rivales como el Volvo XC60 son más refinados en este aspecto. Aunque el cliente tipo de un GLC quizá nunca vaya a llevarlo a ritmos elevados, hemos de decir que el eje trasero directriz transforma al completo la experiencia de conducción y la lleva a un plano más dinámico. Aunque tiene una gran puesta a punto y es un coche más dinámico que su antecesor, con todo, es un coche pesado y su dirección está muy filtrada – algo que en el tramo digno de rallye en el que lo conduje, se deja notar.
8) ¿Cuánto consume?
Aunque analizar los consumos nunca es el objetivo de una primera toma de contacto, en un ciclo mixto de carretera y autovía, el GLC 300 probado consumió una media de 8,2 l/100 km, mientras que el GLC 220 d, con una orografía bastante favorable y a un ritmo bastante tranquilo consumió únicamente 4 l/100 km. La homologación de consumos de las versiones de gasolina es de 7,3 a 8,2 l/100 km, mientras que el diésel homologa un gasto de 5,2 a 5,9 l/100 km. Aunque no es comparable, las versiones enchufables homologan un consumo de entre 0,5 y 0,8 l/100 km, gracias a su enorme autonomía eléctrica.
9) ¿Es un buen SUV para hacer todoterreno?
Aunque sea un todocamino y no cuente con reductora, todos los Mercedes GLC ya cuentan con un control de tracción específicamente preparado para el todoterreno y un modo de conducción para salir del asfalto. No obstante, pueden equipar un paquete técnico offroad que incrementa sus capacidades fuera del asfalto. Esta unidad lo equipa, e incluye protecciones adicionales para sus bajos y un segundo modo de elevación para la suspensión neumática. Esto permite elevar en 20 mm adicionales la altura libre al suelo del coche, permitiendo rozar los 25 cm al suelo a velocidades de hasta 20 km/h.
La instrumentación cuenta con mucha información útil para el todoterreno, como un inclinómetro o relojes para la temperatura del aceite o la caja de cambios. Además, en este paquete se incluye un «capó transparente»: mediante la cámara frontal, podemos ver lo que tenemos justo delante. De otra forma, sería imposible que lo viéramos. El eje directriz nos ayuda a maniobrar en zonas muy reviradas, algo especialmente útil en conducción fuera del asfalto, donde evita maniobras. Tenemos una muy buena base para salir del asfalto, y en su prueba pudimos someterlo a una serie de obstáculos realmente complejos.
El GLC los superó sin dificultades, demostrando especialmente el buen funcionamiento del control de tracción. Además, completamos una ruta off-road en modo 100% eléctrico, ya que la hicimos en un Mercedes GLC 400 e. Esta primera toma de contacto ha demostrado que este GLC debería pasar por nuestro circuito 4×4 en Ocaña.
10) ¿Cuánto cuesta el nuevo Mercedes GLC?
Los precios en España del Mercedes GLC 2023 arrancan en 58.150 euros para un GLC 200. Si queremos un 300 de gasolina, nos iremos ya a los 65.175 euros de precio de partida. Por su parte, el GLC 220 d arranca en 60.850 euros. Son precios unos 10.000 euros superiores a los del GLC de primera generación a igualdad de versión, si bien hay que tener en cuenta un aumento de equipamiento y el encarecimiento generalizado de los precios de los coches nuevos, que afectan a todas las marcas.
Conclusiones
El Mercedes GLC ha demostrado una buena evolución en todos los aspectos relevantes para la compra de un SUV mediano. Sus versiones enchufables son especialmente interesantes gracias a su enorme autonomía y destaca en off-road con respecto a muchos de sus rivales premium. No obstante, no me ha convencido al 100% en cuanto a calidad percibida y su precio se ha encarecido de forma muy notable con respecto a la anterior generación – es ahora 10.000 euros más caro. Con todo, si te lo puedes permitir, está en la cresta de la ola del segmento, y es junto al Lexus NX una de las compras más recomendables de esta nueva hornada