Monolítica. Es el primer adjetivo que me ha venido a la cabeza al ver la primera imagen de la nueva Mitsubishi L200. La sexta generación de la pick-up japonesa ha sido desvelada esta noche en Bangkok y podemos decir que más que una generación completamente nueva, se trata de un lavado de cara profundo de la pick-up existente. Y esto no es algo negativo: la L200 era ya un producto sólido, con una excelente relación calidad-precio. Lo más destacado de la nueva Mitsubishi L200 es su lenguaje de diseño «Dynamic Shield», con el que es posiblemente el frontal más imponente del segmento.
Este frontal lo podemos encontrar en coches como el Mitsubishi Eclipse Cross o el Mitsubishi ASX, pero es mucho más efectista en un vehículo todoterreno como la L200. Me gustan los cromados de los paragolpes, así como el módulo de los antinieblas. Hay nuevos diseños de llantas de hasta 18 pulgadas y nuevos colores para la carrocería. Aunque Mitsubishi (y el resto de marcas del segmento) siempre nos presentan las versiones más lúdicas de estas herramientas de trabajo, estad tranquilos: seguirá habiendo versiones de batalla, con paragolpes de plástico oscuro sin pintar y llantas de chapa.
Mitsubishi L200
Las ópticas traseras también han cambiado, pero de forma muy ligera. Mecánicamente no hay grandes cambios: su único motor sigue siendo un 2.5 DI-D turbodiésel de cuatro cilindros y 154 CV, asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones con reductora. Se abandona la vetusta caja automática de cinco relaciones en favor de un nuevo cambio automático de seis relaciones, más rápido y eficiente. Su sistema 4×4, que sigue siendo de tipo conectable, estrena un modo que adapta su funcionamiento a la superficie sobre la que estemos rodando, sea esta gravilla, barro/nieve, arena o rocas.
Además, también dispone de control de descenso de pendientes y se ha actualizado su tren de rodaje, con nuevos amortiguadores – que buscan un mayor confort a bordo – y discos de freno de mayores dimensiones. En su interior no hay grandes cambios, más allá de un nuevo volante y una instrumentación ligeramente rediseñada. Sí ha mejorado el apartado de la seguridad activa, disfrutando ahora de un sistema de alerta de tráfico cruzado, detección de vehículos en punto muerto y asistencia al frenado frente a obstáculos y peatones. El tacto del acelerador se suaviza en maniobras a muy baja velocidad.