El mercado de las pick-up está en claro auge en Europa, algo en lo que tiene mucho que ver el mayor interés de los compradores para hacerse con vehículos de corte todoterreno y muchas posibilidades de carga. De este modo, y ante la marcha del Mitsubishi Montero, la firma japonesa revisa por completo su pick-up para estrenar una Mitsubishi L200 2020 que pretende convertirse en una muy seria alternativa a los tan de moda SUV de gran tamaño y a los verdaderos todoterreno de toda la vida. Ya la hemos probado y estas son nuestras impresiones sobre la nueva Mitsubishi L200.
El auge de las pick-up es incuestionable y la mejor prueba de esta situación la tenemos en una oferta que no para de crecer en cantidad y calidad. Por decirlo de una forma muy sencilla, con la nueva generación de vehículos pick-up los fabricantes están apostando por una fórmula no tan profesional para así convencer a los que se dejan seducir por las características de un SUV o un todoterreno de grandes dimensiones.
Ante este panorama Mitsubishi ha movido ficha estrenando una L200 2020 que pretende arañar ventas en un segmento dominado con puño de hierro por las Toyota Hilux y Ford Ranger. El objetivo de Mitsubishi se ha fijado en mejorar la calidad y equipamiento de la L200, revisando además su puesta a punto para ganar en confort y con ello hacer de la L200 un vehículo mucho más capaz en carretera.
El diseño exterior de la nueva L200 2020 es un escaparate de cuáles son las intenciones de Mitsubishi. Esta L200 gana muchísimo en estética con respecto a la anterior L200 con la cual sigue manteniendo estrechos lazos. La integración de la nueva línea de diseño de la marca ya vista en el Mitsubishi Montero Sport, hacen que la L200 gane en personalidad y presencia, pero sobre todo le aporta un toque moderno y actual que le brinda esos aires SUV que muchas de sus rivales pick-up ya lucen.
En el interior los cambios son más comedidos en el apartado de diseño, aún así sí que se ha revisado el habitáculo para mejorar el tacto y ajuste de algunos materiales, así como para incrementar el aislamiento. Dentro de las posibilidades de equipamiento también cabe resaltar que esta L200 se pone a la última en tecnología y seguridad con la posibilidad de instalar control de crucero, aviso de cambio de carril, sistema precolisión, alerta de tráfico cruzado o sistema de cámaras con visión 360º. Importante ese último añadido al poder ser de ayuda en conducción todoterreno para ver lo que el capó nos oculta.
Pero la gran novedad de esta Mitsubishi L200 la encontramos en el apartado técnico. El principal cambio está en el estreno de un nuevo motor turbodiésel de 2.268 cc capaz de cumplir con las últimas y exigentes normativas anticontaminación gracias a la adición de un sistema SCR con AdBlue para el tratamiento de los NOx. Este nuevo propulsor desarrolla una potencia máxima de 150 CV a 3.500 rpm y un par máximo de 400 Nm entre 1.750 rpm y 2.250 rpm.
Para la transmisión nos encontramos dos opciones: un cambio manual de 6 relaciones y un cambio automático por convertidor de par de 6 relaciones. Dado su talante como vehículo pick-up todoterreno la tracción es siempre a las 4 ruedas, bien mediante el sistema Easy Select (sin diferencial central) o el más capaz Super Select II (con diferencial central), en ambos casos con reductora. En el caso del sistema 4×4 más capaz se incluye un diferencial central bloqueable y opcionalmente en el acabado M-PRO un diferencial trasero también bloqueable. Como novedad dentro del apartado de tracción nos encontramos un nuevo selector de modos conducción todoterreno que promete mejorar la gestión de todo el grupo motopropulsor cuando el terreno se pone realmente difícil y un control de descenso.
La nueva L200 también añade una revisión del equipo de suspensiones, manteniendo su configuración original con esquema independiente para las ruedas delanteras y un eje rígido y ballestas para el eje trasero. El foco de esta revisión se ha centrado en mejorar el confort y la respuesta de la suspensión ante irregularidades, una mejora centrada en conseguir una mayor nobleza tanto dentro como fuera de asfalto.
Llega el momento de ponerse en marcha y empezamos por un largo recorrido por autopista donde la L200 2020 saca a relucir la mejora en confort. También merece la pena destacar su excelente maniobrabilidad para tratarse de un “barco” que alcanza los 5,3 metros de longitud. El confort de marcha es bastante bueno a velocidades de crucero, aunque se echa en falta algo más de aislamiento para el propulsor ya que denota su carácter diésel cuando le pedimos los 150 CV declarados. El grupo motopropulsor se muestra más que suficiente para mover a esta pick-up sin problema, aunque es justo destacar que el propulsor solo se muestra realmente cómodo cuando lo llevamos cerca de las 2.000 rpm, por debajo de este margen le cuesta ganar velocidad.
Probadas ambas cajas de cambio he de quedarme con el selector manual como el más agradable por funcionamiento y desarrollos. Solo para un uso intensivo en todoterreno me decantaría por el convertidor de par ya que el resbalamiento está y a la hora de buscar grandes aceleraciones las transiciones entre marchas se resienten.
Conocida ya las características de esta L200 en carretera nos salimos de la vía y comenzamos a circular por carriles de todo tipo para poner a prueba a la pick-up. Tanto en posición 2H como 4H la L200 ofrece un nivel muy alto de control, si bien con el eje trasero únicamente conectado regala reacciones más vivas. En estos escenarios las suspensiones brillan por una muy buena capacidad de filtrado. Cierto que solo llevamos 100 Kg de lastre a través de un baúl lleno de arena, pero la cada vez mayor complejidad de la ruta demuestra sobrada capacidad por parte de las suspensiones para mantener el tipo con cargas más abultadas.
Tras un buen puñado de kilómetros por carriles y trialeras que son coser y cantar para la L200, llega el turno de una zona más compleja donde configuramos la tracción total en su posición más radical. Esto quiere decir que además de bloquear el diferencial central también insertamos la reductora. La altura libre al suelo de 205 milímetros no es la mejor que hemos visto en su categoría, si bien resulta suficiente para afrontar carriles y caminos rotos. Por cotas nos encontramos un coche que ofrece 31º de ángulo de ataque, 25º de ángulo ventral y 23º de salida (29º M-PRO), ángulos que sí colocan a la L200 como la referencia de su clase en este apartado.
La Mitsubishi L200 sortea con facilidad todo cuanto se le exige. La caja Super Select II hace honor a su leyenda y nos permite avanzar con gran soltura, incluso tras toparnos con algún que otro cruce de puentes. Esta L200 lo pone todo muy fácil en conducción 4×4, obligando tan solo a coger el truco al motor diésel ya que tenemos que hacernos a la idea que donde más brilla el propulsor es al acercarse a la barrera de las 2.000 vueltas.
La gama de esta pick-up nos permite escoger dos carrocerías, una de cabina simple con 5.295 mm de longitud de carrocería y 1.850 mm de longitud de caja, y una de cabina doble con 5.305 mm de longitud de carrocería y 1.550 mm de longitud de caja. La capacidad de remolcado es de hasta 3.100 Kg en las versiones de doble cabina, 3.000 Kg si es cabina simple. También es importante señalar que la cabina doble ofrece una banqueta trasera con espacio suficiente para 3 personas, mientras tanto el chasis de cabina simple ofrece dos asientos traseros individuales solo recomendables para trayectos cortos o emergencias.
La Mitsubishi L200 se comercializa en España con un precio desde 29.250 euros (ver ofertas de la Mitsuibishi L200). Para los niveles de acabado nos encontramos 3 posibilidades. Mientras el nivel de acceso M-PRO (más asequible) está destinado al público más profesional, los niveles de acabado Motion desde 36.100 euros y Kaiteki desde 40.100 euros tienen como objetivo convencer a aquellos compradores que buscan una pick-up multiusos, tanto para trabajar como para riendas al ocio.