Si hace apenas unos años dijeras que íbamos a tener motores rotativos de vuelta al mercado, muchos se reirían ante tal osadía. A principios de siglo, por varios motivos, entre ellos las normativas de emisiones, el RX-7 desapareció del mercado mientras que su sucesor, el RX-8, nunca fue totalmente tal y fue retirado del mercado a los pocos años. Y, sin embargo, con los coches eléctricos puros (BEV) e híbridos enchufables (PHEV) cada vez más establecidos, tenemos el rotativo de vuelta.
El motor por excelencia de Mazda, de vuelta en el MX-30 R-EV
De acuerdo, es sólo (de momento) en la versión de autonomía extendida del MX-30, el MX-30 R-EV. Vale, el rotativo es un simple generador que sirve para alimentar al motor eléctrico y no está como tal conectado a las ruedas motrices. Pero, aún así, el hecho de que Mazda se haya atrevido a hacer algo tan diferente y volver a contar con un concepto que el resto de fabricantes, como Mercedes, NSU o Citroën descartaron hace más de medio siglo es digno de alabar.
Mazda MX-30
Cierto es que Mazda tenía dos bazas a favor para recuperar el motor rotativo: es ‘su’ motor, siendo el fabricante con el que se relaciona de manera sistemática al hablar de rotativo. También ha mejorado mucho la tecnología con respecto a los tiempos del RX-7 y del RX-8, pudiéndose subsanar las dificultades o puntos débiles que tenían, empezando por el consumo de aceite. De hecho, se suma una tercera baza: el motor rotativo es muy compacto, de modo que tiene sentido colocar un pequeño motor, aunque sea de poca capacidad, como generador para el eléctrico.
Como concepto, el eléctrico de autonomía extendida es interesante a día de hoy: en un momento en el que los eléctricos e híbridos enchufables aún presentan algunos inconvenientes a la hora de realizar viajes y en su mantenimiento general, este concepto trata de unir lo mejor de los dos mundos: un motor eléctrico, con su sencillez y silencio, pero sin depender tanto de una pesadísima batería para su autonomía. El conductor, a su vez, puede utilizarlo como un coche convencional, con un motor de combustión pequeño adaptado para funcionar siempre al rango óptimo de vueltas.
Aún es pronto para saber si el concepto está para quedarse y se adopta por parte de otras marcas (dado que Audi no lo ha hecho para modelos de producción pero ganó el Dakar 2024 con Carlos Sainz y Lucas Cruz con este tipo de mecánica) o si Mazda lo acaba adaptando para un futuro modelo, ya sea deportivo o SUV. O si, por el contrario, esos inconvenientes de los BEV y PHEV se acaban subsanando de aquí al final de la década. Mercedes, por ejemplo, ha detenido el desarrollo de un EV de autonomía extendida al entender que estaría vigente poco tiempo en el mercado.
Una marca a contracorriente
Aún así, de Mazda uno ya debe esperar cualquier cosa a contracorriente. Lanzar un rotativo como generador de un motor eléctrico, mantener los motores atmosféricos en plena era del downsizing con pequeños propulsores turboalimentados o el uso de motores diésel de seis cilindros. A la hora de pensar fuera de los cánones, los del ‘Jinsha Ittai’ rara vez decepcionan.